ELLA



Ella
Cap. 1
Por: Sonia

Ella siempre solía visitar esa cafetería, ordenar el mismo americano y sentarse a leer el libro de ocasión en su vida.

Ella podría considerarse un alma solitaria, universitaria y siempre ardiente en deseo en aprender cosas nuevas, vivir, ser… ella.

Aquella tarde no distaba mucho de las habituales, bueno, dejando a un lado la intempestuosa lluvia que caía sobre la ciudad, se acomodó en su asiento y ordenó un latte y un panque, quería variar esta tarde.

¡Vaya que la vida varió!





- Disculpa, ¿puedo sentarme aquí? Todos los asientos están ocupados y... bueno- dijo una voz que interrumpió la lectura de ella, molesta, bajó e libro y miró directamente a los ojos a aquella persona que... No pudo pensar más, miró unos hermosos ojos detrás de unas gafas, cabello largo y lacio...sonrisa amplia y una chica muy alta, justo cómo ella.

- Claro, toma asiento- dijo embobaba

Aquella chica interruptora de lecturas le sonrió y se sentó.

- Prometo no ser molesta- dijo, sacó su computadora y se dispuso a trabajar.

A ella le dieron incesantes ganas por saber quién era, la miraba discretamente y notó que su latte se terminaba, levantó la mano y ordenó otro.

- ¿Gustas algo?- le preguntó a su invitada.

- No gracias- de nuevo, una sonrisa.

Ella siguió leyendo, aunque estaba ya muy distraída, miraba de reojo a la chica y cuando la vio no tan ocupada dijo:

- ¿Estudias en la universidad?

- Ehm, sí... estudio Comunicación ¿y tú?

- Artes- respondió ella orgullosa

- Por cierto, me llamo Pamela...- dijo la chica misteriosa

Ella sonrió y le dijo su nombre...

Aquella tarde se la pasaron charlando, intercambiaron e-mails y quedaron en volverse a ver.

- Dejemos que otra tarde lluviosa nos reúna- dijo Pamela al despedirse.

Ella quedó sorprendida, raro, puesto que era muy exigente... así es, ella era una orgullosa lesbiana, activista y feminista, no tenía parejas frecuentes, de hecho casi ninguna chica le atraía, pero Pamela representaba una incógnita que estaba dispuesta a aclarar...



Ella
Cap. 2
Por: Sonia

La vida de ella era rutinaria, saliendo de clases iba a su casa, un pequeño departamento que compartía con otras dos compañeras de la Universidad, tenía una habitación con baño para ella sola... solía pasar horas ahí, era su estudio, ese lugar donde las ideas fluían y los trabajos se creaban.

Esa semana estaba particularmente estresante, tenía que entregar un proyecto de trabajo para su calificación semestral; lo peor es que era una pintura, ella no era tan buena pintando, se sentía un poco inexperta.

El tema del trabajo era: "Mujer", no había tenido muchas ideas al respecto, pero esa tarde mientras miraba el lienzo en blanco, una hermosa imagen llegó a su mente, la imagen de aquella mujer misteriosa que encontró en la cafetería, Pamela.

Así fue cómo la inspiración llegó y comenzó a pintar un boceto que después plasmaría en grande, imaginó a Pamela, sus ojos, su expresión, sus labios, su sonrisa... trató de plasmar lo más que puedo en ese dibujo, quería capturar para siempre la esencia de aquella primera impresión.

Aunque la imaginaba y pensaba demasiado, no se atrevió a enviarle ningún correo electrónico, estaba pasmada pues no sabía que decirle, ni siquiera se le ocurría un pretexto para un segundo encuentro.

Siguió pintando, el resultado final fue una hermosa imagen de lo que para ella era una mujer, Pamela... le sonrió a su producto final y lo colocó cerca de su cama, quería seguir viéndolo hasta quedarse dormida...

Los días de otoño se acercaban, esos vientos le traían algo muy especial a ella...

Ella
Cap. 3
Por: Sonia

Necesitaba un café esa tarde, entregó el trabajo semestral y le dio la bienvenida a las vacaciones, celebraría con un café... el cielo nublado la obligó a correr entre los edificios del enorme campus de la facultad hasta que llegó a la fiel cafetería.

Estaba de buen humor, pidió un cappuccino y una magdalena de mantequilla, le entregaron sus cosas y notó que no había mesas disponibles, así que se dispuso a salir del local.

- Si quieres puedes sentarte aquí- escucho en uno de los extremos, giró...

- Pamela- susurró, no tardó nada y se sentó en aquella mesa, saludó, esperando que no fuera una visión.

- ¿Vienes de clases?- le preguntó Pamela

- Entregué mi proyecto semestral- contestó ella

-¿No saldrás de vacaciones?- le dijo Pamela

- No en realidad, mi abuela vendrá en dos semanas a visitarme y a recoger…
Ella hizo una pausa y miró su reloj.

-          ¿Vienes? – le preguntó a Pamela- La tienda de arte aún no cierra, queda aquí cerca.
Ambas tomaron sus cosas y salieron, caminaron por esos pasillos cercanos a la Universidad, había muchos estudiantes en los múltiples bares… pero justo en ese momento eran sólo ellas dos, llegaron a la tienda de arte, ella pasó al mostrador, al parecer había ordenado una arcilla especial. Pamela miraba por los pasillos, a ella siempre le había gustado el arte, siempre quiso ser modelo de algún artista… pero, no se creía capaz.

-          Ya terminé- dijo ella
-           
-          ¿Es para tu trabajo semestral?- preguntó curiosa Pamela
-           
-          No, quedé en hacerle una escultura a mi abuela, debo empezarla pronto- rió un poco- mi trabajo semestral fue una pintura.

Pamela detuvo su caminar y la miró –Prométeme que me mostrarás tu pintura-

Ella así lo prometió.

Siguieron caminando, ella le preguntó a Pamela sobre las vacaciones y su familia.

-          No me llevo muy bien con ellos, prefiero quedarme aquí- dijo algo triste.
-           
Ella no preguntó más, hubo un silencio entre ellas siguieron caminando y Pamela se detuvo de nuevo, esta vez habían llegado a la torre de departamentos donde vivía, era muy cerca de la Universidad. Se miraron frente a frente y Pamela sacó una pluma de su bolsa, tomó el brazo de ella y le anotó su número.

-          Salgamos un día de estos, llámame- propuso Pamela, besó la mejilla de ella y subió a su departamento.

Ella ya no pudo decir más, miraba el número de Pamela anotado en su brazo, lo copió en la agenda de su celular y caminó rumbo a casa.

Llegó, cenó las sobras que había , se quedó en ropa interior y preparó la arcilla para comenzar a modelar, puso algo de música, se sentía bastante feliz… inspirada.

Miraba su brazo y sonreía, sólo se le ocurrió mandar un mensaje de texto a ese número. “Gracias por esta linda tarde” , decía el mensaje…

Ella
Cap. 4
Por: Sonia

Una abrupta llamada hizo vibrar todo y la despertó de un sueño profundo. Miró hacia la ventana, había luz afuera. Contestó.

- ¿Hola?- se escuchó del otro lado de la bocina

- ¿Quién es?- dijo ella algo adormilada

- Soy Pamela ¿interrumpo?

- Para nada, ¿qué pasó?- dijo entusiamada ella, al saber con quién hablaba

- Me preguntaba si tenías planes para esta tarde... hay una obra de teatro y... bueno, quiero invitarte.

Silencio.

- ¿A qué hora?- dijo ella
- En una hora- respondió Pamela

Revisó su reloj, eran más de las 3, ella estaba algo confundida.

- ¿Qué día es hoy, Pamela?- preguntó

- Domingo- respondió Pamela confundida

A ella se le había pasado los días trabajando en su escultura, aceptó la invitación de Pamela y colgó, se verían en el teatro dentro de media hora.

Corrió entre la gente, quería volver a verla... y de repente, ahí estaba. Linda y sonriente.

- Ya casi empieza, entremos- le dijo Pamela, rodeó su brazo y entraron al auditorio.

Se dio la tercera llamada, la obra comenzó, aunque ella sólo estaba atenta a Pamela, su hermoso rostro sonriendo y poniendo atención a la obra.

Ella cerró los ojos y tomó la mano de Pamela... ambas se miraron y sonrieron, la obra continuaba...ella sólo estaban atentas a sus miradas.

Salieron del teatro tomadas de la mano, fueron a cenar algo.

- Hace tiempo no me sentía tan a gusto- dijo Pamela

- ¿Acaso no sales con tu novio?- preguntó directamente ella.

Pamela rió - No soy de novios- dijo.

- Entonces ¿novias?

Pamela volvió a sonreír aunque ahora se notaba algo triste... quizá melancólica.

- Sí y no... Hace mucho que no tengo una relación con una chica, es difícil ¿sabes?

Ella no entendía lo que Pamela le trataba de decir, aún así tomó su mano y siguieron comiendo, compartiendo aquella tarde juntas.

Cuando la hora de despedirse llegó, fueron hasta la entrada del departamento de Pamela.

- Gracias por todo- dijo Pamela

Ella trató de acercarse y besarla, Pamela se apartó

- No puedo- sólo dijo y se metió

Ella llegó hasta su casa, confundida, molesta y apenada... ¿había incomodado a Pamela? tomó su celular y mandó un texto: "Discúlpame, no era mi intención ofenderte."

No hubo respuesta.

Pamela era alguien especial para ella y quería hacer las cosas bien, ver hasta donde podrían llegar...

Ella
Cap. 5
Por: Sonia
El enigma que representaba Pamela no la dejaba dormir, bueno, también la escultura que le hacía a su abuela.

¿A qué se refería?

Tomó el valor y le llamó... no contestó.

- Creo que eché todo a perder- pensó

Así pasaron algunos días, de nuevo recibió una llamada:

- Espero no molestarte, quería invitarte a salir- era Pamela

Se quedaron de ver en unas horas, en aquella cafetería donde se vieron por primera vez. Y ella decidió que hacer.

Llegó temprano, se sentó en una mesa y ordenó un expreso, no había dormido bien en días. De repente la vio, Pamela tan hermosa con una gabardina café y su cabello largo hasta los hombros.

Se sentaron, hablaron del clima, de lo solitaria que lucía la Universidad en vacaciones.

- Pamela, quiero pedirte una disculpa, no quiero que me malinterpretes... tú me gustas mucho-

- No digas más- interrumpió Pamela, se notaba triste- no puedo.

- ¿A qué te refieres?-

- No soy buena en esto de las relaciones- dijo Pamela, triste.
Ella tomó la mano de Pamela, la acarició y besó sutilmente... después la miró directo a los ojos.

- Me gustas Pamela y quiero estar contigo, quiero que empecemos a conocernos más-

- No creo que lleguemos a nada- respondió.

- ¿Por qué eres tan negativa?

- Lo siento, debo irme- dijo Pamela y se levantó.

Ella la detuvo, no podía dejar que se fuera así.

- Quiero estar contigo Pamela-

De nuevo se sentaron.

Después de un largo silencio, Pamela dijo:

- ¿Estás dispuesta a conocerme?-

- Por supuesto

- Entonces escucha, si lo que buscas de mi es sexo... no lo tendrás, ¿aceptas eso?

Eso se escuchaba raro para ella pero lo acató, Pamela le interesaba de verdad.

- ¿Algo más?- le preguntó a Pamela.

- Sí, pero ahora no es momento. Quiero que vayamos lento, sin prisas... ¿quieres?
Le sonrió a Pamela y besó de nuevo su mano.

Un nuevo pacto estaba sellado.

Ella
Cap.6
Por: Sonia

Así empezaron una especie de complicidad, era algo nuevo para ella, sus relaciones habían sido tormentosas y hasta cierto punto, precipitadas.

Pamela era realmente hermosa por dentro y fuera, guardaba unos sentimientos profundos, auténticos, duraderos y fieles. Era una mujer única, se sentía verdaderamente afortunada de tenerla a su lado.

Su primer beso ocurrió sin pensarlo, una tarde mientras paseaban por los pasillos de una librería, Pamela se acercó a ella y la besó con fuerza, con ternura... Lo que ellas dos sentían, era verdaderamente especial.

Así comenzaron sus tardes, frecuentándose, visitando la casa de cada quien, cocinaba, miraban películas, reían, se besaban con ternura... nada más.

Ella terminó a tiempo su escultura, se la mostró a Pamela:

- Seguro le encantara a tu abuela- dijo

- Espero, de eso dependen los fondos del siguiente semestre- contestó

Pamela rió, a cada momento reía y ella, sólo se enamoraba más.

- ¿quieres quedarte en casa? mañana viene mi abuela y me gustaría que me acompañaras-

Pamela se ruborizó, pero aceptó, esa noche se quedó a dormir con ella.

No hubo más que besos discretos y abrazos profundos, algo había entre ellas, algo único y especial.

- Te quiero, Pamela- susurró ella y se quedó dormida.

- Y yo a ti- respondió Pamela...

Así fue hasta el amanecer, las descubrió abrazadas, con la misma ropa del día anterior.

El timbre sonó.

Ella se levantó y abrió la puerta.

- ¡Abuela! Llegaste muy pronto- dijo algo apenada.

- ¿No estás sola, cierto?- preguntó su abuela.

Ella se sonrojó más, su abuela rió - ¿Ahora a cuál me presentarás?

- La más especial de todas- respondió ella- todo ha sido diferente.

Abuela y nieta se abrazaron, hablaron un poco de sus vidas mientras bebían café.
Pamela salió de la habitación, saludó amablemente a la abuela.

- Mi nombre es Pamela- dijo
- Eres una chica muy alta y muy linda- dijo la abuela- mucho gusto, debes ser muy especial para mi nieta...

Aquél día transcurrió con normalidad, la escultura si le gustó a la abuela.

Por la tarde, Pamela se despidió, le dio un discreto beso en los labios a su nuevo amor y se fue.

Abuela y nieta fueron a la ópera, platicaron hasta tarde.

- Pamela tiene algo- dijo la abuela- pero creo que ese algo es lo que la hace ser tan especial.

- Me gusta mucho ella, me gusta como para tenerla en mi vida por mucho tiempo, estamos llevando las cosas diferentes... y me gusta.

- Sigue así hija, me alegra sentirte así de feliz-

Pamela, la enigmática... hasta para la abuela.

Ella
Cap.7
Por: Sonia

- ¿Pamela? Te veo en una hora en mi departamento... tengo una sorpresa para ti- le dijo ella

Así pasó, Pamela llegó, se abrazaron, se besaron y sonrieron.

- ¡Saqué 10 en mi proyecto semestral!- dijo ella - Me lo devolvieron, ¿quieres verlo?
Pamela accedió... sonrió, se dirigieron a la habitación de ella, una pequeña sábana cubría la pintura.

- cierra los ojos- le ordenó a Pamela, así lo hizo.

Ante ella se destapó la pintura...

- ¿Te gusta?- preguntó a Pamela

- Me resulta familiar- dijo ésta.

- Eres tú... el título era "Mujer", pensé en ti de inmediato, esa primera impresión, esa imagen tuya... me gustas demasiado y…

- Espera- la detuvo Pamela- se sentó en la cama y comenzó a llorar- creo que ahora debo decirte lo demás.

- ¿qué pasa? ¿Estás bien?

Pamela le acarició el rostro -Eres la primer mujer que me ve como soy realmente-

- Pamela, me está dando miedo- dijo ella

Pamela cerró los ojos, le ordenó que callara y que sólo escuchara.

- Soy una mujer, me siento como tal... vivo como tal y... me estoy convirtiendo como tal. Yo no nací así, yo... nací como un hombre.

Silencio total.

- ¿Eres una mujer transexual, Pamela?- dijo ella
- Así es, pero así como me ves, así soy...

Ella se levantó y le dio la espalda a Pamela, le pidió que se fuera... quería estar sola, digerir todo eso.

- Perdón por no decirte antes, tenía miedo de perder algo maravilloso, no sabes lo hermosa que me has hecho sentir, lo querida que me encuentro cada día y lo mejor es que me ves como verdaderamente soy...

Ella no dijo nada.

- Soy mujer, cómo tú... solo que nací en un cuerpo diferente- dijo Pamela antes de salir.

Ella se quedó ahí, inmovil... sólo lágrimas comenzaron a salir...

Ella
Cap.8
Por: Sonia

Había tantas cosas en su mente, palabras que no se aglutinaban en un solo pensamiento, sonidos que no podría reproducir.

No le llamó a Pamela, algo se lo impedía, algo que su entendimiento no concebía, ¿prejuicio? ¿Moral absurda? Se sorprendía cuan intolerante podía llegar a ser, ella, tan feminista...

No podía llamarle a Pamela, esa tarde simplemente fumaba en el balcón y un impulso la llevó al departamento de Pamela, tocó el timbre:

- ¿Quién?- se escuchó por el interfono.
- Soy yo, Pamela déjame entrar...por favor-

La puerta sonó y ella entró, no sabía que diría, pero tenía que aclararse ya.
Pamela preparó un té, una infusión de fresas... la sirvió y le ofreció azúcar, no hablaron nada...

- ¿eres un hombre?- preguntó

- No, soy una mujer- respondió Pamela aun con serenidad.

Ella no supo que decir, cualquier palabra tenía una interpretación un tanto... machista quizá.

Pamela la miró con ternura:

- Nunca fui un hombre, quizá nací como tal... siempre me supe mujer, me sentí como tal y mi máxima aspiración es llegar a ser la mujer que siempre soñé, la mujer que soy...

- No lo entiendo, Pamela-

- Es muy simple, siempre lo veo cómo una metamorfosis. En esta sociedad todas nacen mariposas, pero yo debo convertirme a una, debo hacer un capullo y llegaré a ser una mariposa; pero la sociedad no acepta eso, no acepta los capullos. En el fondo puedes darte cuenta, somos iguales, mariposas.

Ella le sonrió por su dulce metáfora, tomó la mano de Pamela y la besó...

- Te quiero demasiado, Pamela... ¿qué puedo hacer ahora?-

- Lo que quieras, no te obligo a nada-
- ¿Cómo han sido tus parejas anteriores-

Pamela no contestó de inmediato, bebió de su té y le sonrió de nuevo.

- No he tenido pareja desde que empecé con las hormonas, siempre me han gustado las chicas, pero todas se acercan de la misma manera y buscan lo mismo... soy diferente para ellas, nunca me han aceptado como tal. - miró a los ojos de ella y dijo: - contigo sentí todo tan diferente, desde que te vi por primera vez me sentí única, me miraste cómo soy y... te gusté. En verdad quería que las cosas funcionaran-

Ella tomó la mano de Pamela de nuevo, la miró fijamente:

- Las cosas funcionarán... te quiero en verdad, contigo me siento diferente, plena... contigo todo me resulta mejor. Pero, debo quitarme todos estos prejuicios...

- No soy un hombre- dijo Pamela - Soy una mujer... ¿o acaso una mujer es sólo por tener vagina?

No respondió nada, ella y todo su feminismo callaron, las cosas que Pamela decía tenían toda la razón pero sus estúpidos prejuicios no dejaron iluminarse.

Esa tarde no hubo más discusión, terminaron el té y ella se despidió, Pamela la acompañó hasta la puerta.

- Pamela....- susurró ella antes de besarla con pasión, con amor... con entrega.- Quiero estar contigo, déjame estar contigo.

Pamela la besó de nuevo... se abrazaron, se miraron... y sonrieron. A partir de ahora las cosas estarían mejor.
Ella
Cap.9
Por: Sonia

Los martes eran lluviosos. De esa lluvia que inunda de gotas las ventanas, que te hace temblar con los truenos.

Esos Martes los disfrutaban abrazadas, y los miércoles y todos los días. Ella y Pamela habían logrado algo sin duda alguna.

Ella jamás se había sentido así, tan a gusto, cálida, sonriente... en un permanente estado de complicidad con Pamela, en uno donde solo estaban ambas.

- ¿Por qué no has salidos con tus amigos en estas vacaciones?- preguntó Pamela.

- No tengo muchos amigos Pam ... digamos que las pocas amigas que tenía, se fueron con mi ex novia. Pese a que estudiamos en la misma facultad, las veo muy esporádicamente. Soy un alma solitaria y...

Pamela la calló con un beso, ella cerró los ojos y se dejó sentir... la esencia de Pamela era hermosa, embargaba todo su ser y la llenaba de energía...

- Pamela- susurró ella

- Ahora ya no estarás tan sola- respondió Pamela.

Volvieron a besarse, abrazarse... era algo tan... mágico. Los besos, las miradas, las caricias, los abrazos, las sonrisas... todo aquello era único para ella, también nuevo.

Jamás se había sentido así, pero también tenía cierta incertidumbre, ese pequeño prejuicio sobre Pamela a veces la inundaba, la hacía sentir ajena.

Aún así, decidió seguir con ese sentimiento que crecía con rapidez, decidió quedarse con Pamela y vivirse con ella, sentirse, amarse.

Pamela lo agradecía, por primera vez se sentía en su lugar, comprendida y reconocida, jamás pensó que eso pasaría... pero estaba consciente que no duraría mucho.

¿Por qué a veces la felicidad es tan fugaz?

Ella
Cap.10
Por: Sonia

Esa tarde, ella fue a comprar material para una nueva pintura, quedó en encontrarse con Pamela en la tienda de arte.

- Milagro encontrarte, aunque sé que este es uno de tus lugares favoritos- dijo una voz detrás de ella.

- Tú...- pensaba ella - Hola, Ana- dijo titubeando.

Ana era una chica de la misma edad que ella, parecía igual que cualquier otra, simple, cabello negro, ojos medianamente grandes, una mujer cualquiera, hasta este punto a ella le parecía simple. Tan simple que no supo como duró con Ana tanto tiempo, casi 3 años. Así es, Ana era la ex novia de ella, también estudiaba Artes, pero ella se especializó en Fotografía.

- ¿Cómo has estado? supe que sales con alguien- le dijo Ana, ella no contestó, hasta que...

- Hola- saludó Pamela a ella.

- Hola Pamela- respondió ella- te presento a Ana-

Pamela y Ana se saludaron. Ana quedó un poco absorta, miraba a Pamela, admiraba su belleza.

- Eres muy linda, Pamela- dijo Ana

Pamela se ruborizó, se disculpó y fue a buscar algunas cosas en la tienda.

- Y bien ¿cuál es el truco?- preguntó Ana.

- ¿Cuál truco?- respondió ella.

- Pamela es hermosa, ¿estás saliendo con ella?

- Así es, Ana. No hay truco, ambas nos queremos.

Ana miró a ella algo escéptica, sonrió y se despidió...

- Descubriré que hay detrás de esto- dijo

Ahí se quedó ella, miraba a Pamela revisar algunas cosas, se veía hermosa, era hermosa y lo mejor es que ambas se compartían, se querían... Fue hacía ella, la tomó por la cintura y la besó dulcemente.

- Te quiero ¿lo sabes?
- Claro, por qué yo también te quiero- le responde Pamela riendo.

Se toman de la mano y salen de la tienda...

Ella
Cap.11
Por: Sonia

Las vacaciones se esfumaron, todo aquel hermoso tiempo estaba agonizante en la espera de retomar la rutina académica.

Pamela a veces se sentía algo triste, sentía que cada momento que pasaba con su amor terminaría. Miraba el rostro de ella y lo besaba. Pamela no quería eso, no ahora que había encontrado un amor tan auténtico.

Pero ahora la escuela aguardaba, para Pamela siempre había sido difícil, pese que nadie lo sabía, se sentía observada y a veces acosada. Después de tantos años a la expectativa se había convertido en paranoica por excelencia.

Aquél primer día todas sus dudas se fueron, la vio ahí tan sonriente, tan suya... ahí estaba ella esperándola, tomó su mochila y Pamela sujetó su mano. Ambas caminaron juntas, platicando del primer día y de lo que esperaban de ese nuevo semestre.

- Me gustaría que todas las tardes fueran así, haré lo necesario para pasar por ti cuando mis clases terminen temprano, ¿quieres, Pamela?- dijo ella

Pamela le respondió con un beso dulce, tierno... de esos que solo eran para ella, únicos, duraderos.

Aunque tenía un mal presentimiento.
Esa tarde se cumplió, alguien la esperaba afuera del edificio y no era ella,

- Ana- dijo algo sorprendida Pamela

- ¿me permites invitarte un café?- respondió Ana

Pamela accedió, fueron a la cafetería de la Facultad y se sentaron... primero hubo silencio, después Ana sonrió y miró fijamente a Pamela

- Eres muy hermosa ¿qué haces con ella?- dijo

- La quiero demasiado... ella ha sido la única que me ve como soy realmente, que me entiende, me mima... me entrega su amor por lo que soy y no por lo que los demás dicen.

Ana sonrió y acarició suavemente la mano de Pamela, le hizo algunas insinuaciones, Pamela se ofendió y se levantó.

- Serás mía, tarde o temprano- dijo Ana antes de que Pamela se fuera.

Ahora Pamela tenía miedo, ¿si Ana se enteraba? ¿si trataba de regresar con ella?
Llegó a su departamento y se sentó frente a su tocador, se miró... era una mujer hermosa, plena... preciosa.

- Pero no le daré lo que Ana le ofrece- susurra mientras mira su imagen.

Y entonces, comienza a llorar...

Ella
Cap.12
Por: Sonia
A ella le parecía una nueva etapa, una en donde sólo entraba Pamela, la iba a buscar a su escuela por las tardes, ambas regresaban juntas a casa y a veces comían en su casa.

Pero esa mañana, en esa clase de pintura... se encontró con una desagradable sorpresa.

- ¿Ana que haces aquí?-

- Es una optativa ¿lo olvidas? Me tendrás todo el semestre-

Ella podía soportarlo, ¿o no? Decidió afrontarla ese mismo día.

- Ana quiero decirte que... aunque tuvimos una relación y también compartimos tantas cosas...- pausa incómoda por la sonrisa descarada de Ana- ehm, quiero pedirte que seamos amigas, tratemos de llevarnos bien y ya, quiero mucho a Pamela, no me gustaría echar todo a perder con ella.

Ana le sonrió y aceptó, ambas estrecharon sus manos. El inicio de algo nuevo. Ella creyó que había logrado apaciguar a Ana... pero esto apenas comenzaba.

Una de esas tardes con Pamela, en las que parecía que la felicidad era lo único que las rodeaba...a ella se le salió el nombre de Ana y decir que tomaban una clase juntas.

Pamela sintió celos.

Otro silencio incómodo que fue interrumpido por Pamela:

- Quiero decirte que... puedes estar con Ana-
- No entiendo, Pamela-
- Sí, ya sabes, en todo lo que yo no te daré... búscalo con Ana, te doy esa libertad- la voz de Pamela se quebró y las lágrimas comenzaron a correr.

Ella las limpió suavemente y besó las mejillas de Pame, sonrió y le dijo:

- ¿No lo entiendes? No busco de ti algo tan banal como es el sexo... tenemos una conexión más profunda, que se mete cada vez más en mis fibras más sensibles, las más escondidas. Te quiero, Pamela.

Ambas se besaron, Pamela se sentía reconfortada ante la respuesta de su amor...

Ella
Cap.13
Por: Sonia

Ana no buscaba la amistad de ella, de hecho ni estaba interesada en nada que la incluyera, quería a Pamela, le generaba un enojo terrible el hecho de que alguien tan hermosa como Pamela se fijara en su ex.

Así es, Ana en realidad nunca la amó. Duraron mucho, sí; pero a veces el tiempo no representa un sentimiento, una realidad, el tiempo es algo tan relativo que no se puede utilizar para medir el amor, al menos entre ellas dos.

Y la verdad es que era correspondida, aunque esas dos estuvieron juntas por años nunca llegaron a amarse, ni siquiera a acompañarse... era una unión rara, vacía, sin ningún tipo de conexión.

Con Pamela era diferente, a diferencia de lo que vivió con Ana, Pamela era diferente, era hermosa, tierna, cariñosa y se sentía tan único y especialmente unida a ella, amándola, sintiéndola más allá de caricias...
Aún así decidió llevar la fiesta en paz con Ana, la trataba indiferente pero ésta era insistente y parecía una sombra que buscaba algún error para actuar.

Pamela a veces se sentía insegura, triste y envidiaba a Ana de cierta manera, Ana era alguien simple, sin gracia... pero tenía algo que quizá ella nunca tendría.

Aunque llegaba el momento en el que Pamela se quitaba de esos pensamientos, el momento en el que estaba en sus brazos, en el que los labios de ella con su amor se juntaban y alrededor parecía desvanecerse todo.

Ese justo momento de conexión, de complicidad... el momento en el que sabes que estás con la persona correcta, en el momento preciso y que se puede traducir cómo una felicidad completa.

Al menos, por un instante... Pero vale la pena sacrificarse por él, un espacio de gloria.

Ella
Cap.14
Por: Sonia

Existe un viejo cliché entre las personas que se dedican al arte, dicen que la mejor manera de lidiar con sus demonios es plasmarlos en un lienzo. A ella le hacía falta, urgentemente... y la oportunidad se dio.

De nuevo tenía otro trabajo para el bimestre, en esta ocasión era retratar una belleza única en un pintura, la particularidad consistía en que debía escoger a un modelo para pintarle.

No lo pensó dos veces y de inmediato vino a su mente Pamela y su deseo por ser modelo. Aunque, Ana participaba en esa clase y temía mucho por lo que pudiera pasar.

Suspenso.

Esa tarde Pamela fue a su casa, hicieron pasta y vieron una película... Ella estaba ansiosa y Pamela lo notó.

- ¿Qué pasa?

- tengo una tarea importante y... quisiera que me ayudaras Pame-

- ¿Cómo?

- Pintándote desnuda- respondió ella

Pamela se ruborizó, después se disculpó y fue por sus cosas, ella también pidió una disculpa si la había ofendido.

- No es eso... es que, no sé- respondió Pamela y salió de la casa.

Caminó hasta su departamento, tenía miles de pensamientos, culpas, dudas, se sentía avergonzada.

Llegó a su habitación y se encerró... miró aquel espejo junto a su puerta... se desnudó y se miró en él. Pamela no se daba cuenta de la belleza de su cuerpo, vivía con un acomplejamiento.... Pamela aún no se daba cuenta que hay muchísimas maneras de ser una mujer, distintos cuerpos, distintas formas...
Lloró un rato, pensó en lo hermoso que estaba viviendo... en lo feliz que se sentía al encontrar a alguien que la hacía sentir a gusto, segura... amada.
Volvió a mirarse en el espejo y tomó una resolución.

Ella
Cap.15
Por: Sonia

Alguien tocó en la puerta de ella, cuando abrió era Pamela... sonrieron y Pamela la abrazó, la besó...

- Gracias- susurró

Ella estaba algo confundida con la actitud de Pamela, pero se sentía bien... incluso cuando comenzó a mirar como Pamela se despojaba de su ropa, suavemente la deslizó por su cuerpo hasta que quedó en el suelo, junto a sus miedos e inseguridades...

Por primera vez la miraban desnuda, ella se sintió maravillada ante la belleza de Pamela

- Eres demasiado hermosa Pamela- dijo ella y se acercó a besarla...

Ambas se besaron, se acariciaron... se sintieron de aquella manera especial y única que compartían.

Un lienzo aguardaba en el estudio de ella, y siguió esperando hasta ya muy entrada la noche... ambas dormían plácidamente, desnudas y abrazadas... ese día habían concretado la unión.

- Entonces ¿puedo pintarte?- le preguntó ella.

Pamela accedió... se acomodó frente a ella y el lienzo y se quedó quieta por horas, sintiéndose feliz, deseada, admirada... amada.

Terminaron casi al otro día, ambas exhaustas por todo lo que había pasado decidieron ir a comer, la mirada de las dos se notaba diferente, había cierto brillo especial que cautivaba.

Fue ese momento de felicidad, en el que quedaron atrás las dudas y miedos de Pamela y los prejuicios de ella también desaparecieron, ahora no había ninguna traba para el amor, ningún bache que entorpeciera el paso de ellas dos.
Ahora estaban ellas dos, amándose, sintiéndose... ellas dos ahora liberadas.

Ella
Cap.16
Por:Sonia

Después de los últimos retoques, aquella pintura quedó lista... ella la firmó en un costado con una pequeña leyenda: "para ella..."

Después de que se la calificaran, se la regalaría a Pamela junto con una promesa... pero eso sería después.

Entregó su trabajo, el profesor quedó admirado ante lo que había captado ella en la pintura y la felicitó.

- No sé si sea por el vínculo que hay entre la modelo y tú... pero aquí se muestra algo especial, si no es mucha molestia me gustaría que invitaras a tu modelo para una clase ¿crees que quiera?- dijo el profesor

Ella no supo que decir, quedó en confirmarle después...

- Te quedó muy hermosa ¿quién es el misterioso modelo?- preguntó Ana

Pero ella no respondió, tomó sus cosas y salió...

Aquella tarde fue a quedarse en casa de Pamela, le platicó de su calificación y de la invitación del profesor.

- Me encantaría- dijo Pamela

- Ana toma esa clase también-

Ambas se quedaron calladas, Pamela tomó un sorbo de café y sonrió.

- Hagámoslo- dijo

Se besaron y ahora no sólo pasaban besos, después de dar un primer paso...lo demás venía solo.

Pamela estaba cumpliendo uno de sus sueños... el ser una modelo.

Y sería demasiado pronto...

Ella le confirmó a su profesor y quedaron en un día para que Pamela fuera, la clase era sobre retratar en un lienzo más allá de lo evidente... la esencia.

Esa mañana toda la clase llegó, Ana también...

Y de la puerta entró Pamela en un bata, el profesor le indicó donde pararse.

Ana sonrió... al parecer podría deleitarse con la belleza de Pamela.

Ella estaba nerviosa, pero miraba a Pamela segura y sonriente.

Y entonces, se quitó la bata.

La cara de Ana era de sorpresa, pero nadie puedo decir nada... el profesor indicó que tenían poco tiempo y quien no terminara, no pasaría el curso.

Ella y Pamela intercambiaban miradas de vez en cuando, sonreían...

Pamela estaba ahí, desnuda frente a todos y la verdad es que... nunca se había sentido mejor.

Ella
Cap. 17
Por: Sonia

La mirada de Ana se posó en Pamela al salir del salón, después se dirigió a ella... un dejo de ironía se reflejaba.

Ella salió del salón, esperaba a Pamela... Ana llegó y se rió un poco:

- ¿Ahora sales con hombres?- preguntó sarcástica y se fue, sin tener oportunidad de réplica.

Pamela bajó las escaleras y le dio un eufórico beso a ella:

- ¿Lo hice bien?- preguntó inocentemente

Ella sólo pudo responderle con una sonrisa, el profesor se acercó a Pamela y le pidió hablar:

- Es usted una maravillosa modelo y tiene un gran potencial, por favor no deje que nadie apagué eso, es única, hermosa y verdaderamente una preciosa mujer. Tomé estos cupones de descuento para el comedor vegetariano de aquí enfrente y muchas gracias- dijo él y se despidió.

Pamela se acercó a ella y le dijo de los cupones, así que la invitó a comer... Pamela estaba más que feliz, radiante... por fin se sentía una mujer entera. Todos la veían así, al menos eso pensó.

Por otro lado, ella venía sumida en sus pensamientos, las palabras de Ana resonaban en su mente pero, cuando vio el rostro de Pamela todo parecía tener una respuesta, una solución, volvió a sonreírle y agradecerle por modelar.

- ¿Te arrepientes?- le preguntó Pamela

- Jamás-

- Ana estaba ahí, noté cómo me miraba... me incomodé pero después seguí con lo mío. Ella me envidia- respondió Pamela y rió.

Ambas comieron, rieron y se besaron... se sintieron.

Pamela tenía razón -pensaba ella- Ana esta celosa, nunca será una mujer como lo es Pamela, hermosa por donde se le mire, única, auténtica y ... mía.

Pero, nunca hay nada peor que la semilla de la duda, esa espinita que no sale y que Ana sólo había enterrado más, Pamela no era una mujer "por completo", lo que eso significara, Pamela no tenía un cuerpo de mujer como tal y ante la mirada de la mayoría era un hombre.

Pero ¿quiénes son esos demás para decir lo que verdaderamente somos o sentimos?

Eso era algo que ella aún no entendía y que lo aprendería con un caro precio...

Ella
Cap. 18
Por: Sonia

Después de eso Ana no volvió a buscar a Pamela, pero a ella la molestaba cada clase, le hacía bromas pesadas o comentarios hirientes.

Ella no lo soportaba, parecía que Ana sabía el punto de quiebre exacto y lo estaba explotando al máximo.

Cada Viernes, en aquella facultad de Artes muchos estudiantes se reunían a convivir con alcohol y algunas drogas en el viejo patio trasero, ella no lo frecuentaba desde hace mucho, pero ese día quiso hacerlo.

Se sentó y bebió algunos tragos de cerveza, después llegó el turno de la marihuana y entre una y otra cosa... Ana se apareció.

- Hace tiempo que no venías- dijo

Pero no hubo respuesta, Ana volvió a insistir

- Salir con hombres te hace antisocial- y rió

- Pamela no es un hombre-

- A mi no me lo parece, tiene cosas que los hombres tiene... ¿acaso un vestido te hace mujer?- dijo Ana aún con más insistencia

- ¿Acaso una vagina te hace una mujer? De que te sirve tener una si eres una prejuiciosa-

Ana rió - ¿tienes miedo? ¿O quieres que te recuerde lo que pasó hace unos años?

Silencio absoluto.

Ella se levantó y se despidió, Ana la tomó del brazo y le dijo que fuera a su casa.

- Nunca en esta vida- dijo ella

Compró más cerveza y se aisló en su casa, a beber, a fumar... los recuerdos comenzaron a llegar y rogó porque jamás lo supiera Pamela.

Pasaron las semanas, eran semanas tensas para ella, muchos proyectos finales y no podía ver a Pamela, pero estaba bien, se sentía muy confundida, muy a disgusto con ella.

Esa tarde era el último trabajo por entregar, pensaba sorprender a Pamela en su departamento por la noche... pero... primero se desvió a ese patio trasero, ya era una tradición.

Ana de nuevo estaba ahí, le ofreció una cerveza... no hablaron.

- ¿Y tu noviecito?- dijo Ana

Ella se molestó pero no dijo nada, tomó un cigarro... Ana le ayudó a encenderlo.

- No seas mustia, sabes que también piensas eso... o qué ¿olvidaste lo que pasó hace años?-

Silencio de nuevo, hasta que ella dijo.

- No, Ana, no lo olvidaré jamás... y creo que me arrepiento-

Ana rió de satisfacción, le dio otra cerveza a ella, quién ya estaba llorando...

- ¿Vienes a mi casa?- preguntó Ana

Y... ella accedió.

Ella
Cap. 19
Por: Sonia

Tanto Ana como ella sabían bien que pasaría... y pasó.

Entre una y otra cerveza se fueron desnudando, besando, tocando... pero ella tenía lágrimas en los ojos.

- Te enseñaré lo que es estar con una mujer de verdad- le susurraba Ana mientras bajaba su pantalón y devoraba aquella humedad tan inoportuna e involuntaria.

Ella sólo lloraba, para empezar hacía mucho que no disfrutaba el sexo con Ana, era bueno pero vacio y carente de sentido... después, sabía que le había fallado a Pamela..

A cada gemido era un "perdón"... un pensamiento de tristeza que se iba con Pamela... aquella noche carente de todo sentido, pero para ella, muy en su interior, representaba una expiación, una manera de volver a saberse lesbiana, de volver a estar con una mujer.

Una mujer con vagina latente que demostraba los resultados de la excitación y la lujuria escurriendo por sus muslos, ella los devoraba, los sentía sin pudor con sus dedos...

Aquella noche sin sentido, la mañana reflejaba el horror y al vergüenza que sentía ella, tomó sus cosas y salió sin decir nada.

Llegó a su casa y lloró profundamente, rompió cosas, gritó, se tiró al piso... pero el daño ya estaba hecho. Le llamó a Pamela y la citó esa tarde en la cafetería que les era familiar.

Se bañó y acudió puntual a la cita... tomó un expreso esta vez. Pamela llegó, sonriente como siempre y la besó discretamente en la frente cuando llegó.

Pero ella no le dijo nada.

- Anoche te busqué ¿mucha tarea?- preguntó Pamela

- Pamela... no puedo seguir más, no puedo con lo que siento en mi interior...- y ella se soltó a llorar, Pamela acarició su rostro.

- Todo se puede solucionar- dijo dulcemente Pamela

- Me acosté con Ana-

- Oh, bueno... supongo que eso también se soluciona- volvió a repetir Pamela

- Lo hice porque estoy confundida respecto a lo que siento por ti a...

- No sigas- dijo Pamela

- ¿Sabes? No puedo quitarme muchas ideas y prejuicios de mi mente, me importa lo que dice la gente y... creo que me estoy dejando llevar por eso.

- ¿Es Ana, verdad?- preguntó Pamela

- Soy yo, Pamela, cuando recién entre a la escuela... tenía una compañera transexual, la repudiaba, cada vez que podía la molestaba, cuando me la encontraba en el baño hacía que saliera... Ana me ayudaba, éramos iguales pero aquella chica no. No soportó mucho y ni siquiera terminó el semestre... por gente como yo.

Pamela se mostró un tanto decepcionada, triste... le pidió que la mirara a los ojos.

- Te quiero- le dijo Pamela

- No podemos seguir, no puedo y...

Pamela le ordenó que se callara... - Me equivoque contigo, creí que tendrías la valentía de afrontar las cosas... Adiós-

Se levantó y salió de aquella cafetería, ella se quedó ahí... mirando la taza de Pamela, el asiento vacío que dejó... no sólo en aquel lugar, sino dentro de ella también. Pidió la cuenta.

- Disculpe señorita- dijo el mesero- ¿es usted estudiante de Artes de la Universidad?

- Sí- respondió ella de mala gana

- Estamos recolectando pinturas para adornar las paredes de este lugar y cómo usted es una clienta frecuente, pues esperamos le interese.

Ella sonrió, pagó la cuenta y se fue... encendió un cigarro y caminó hasta la casa de Pamela, la luz estaba apagada, quiso tocar... no se atrevió.

Caminó hasta su casa y se encerró por día, bebiendo, fumando... llorando y añorando aquél amor que había dejado partir.

Tomó una resolución entonces, fue a la Facultad y arregló unas cosas pendientes... después fue a la cafetería.

Ella
Cap. 20
Por: Sonia

- La dejaré con unas condiciones, primera: que esté junto a esa mesa y segunda: habrá una chica que preguntará sobre la persona que la pintó... su nombre es Pamela... si pueden, entréguenle este sobre.

Eso fue lo que dijo ella antes de dejar la pintura en la cafetería. Fue a su casa y comenzó a prepararlo todo.

Mientras tanto, Pamela no le iba mejor, se sentía muy tonta, muy triste... y tenía un sobre en sus manos, era la aprobación para la cirugía a la que se sometería esas vacaciones, al parecer ahora si podría ser "una mujer entera" ante los demás...

- Quería hacerte partícipe- susurró mientras lloraba, también guardó sus cosas.

Pasaron dos semanas y ambas se habían ido.

Pamela se realizó la operación con éxito, una reasignación que la dejó satisfecha, aunque fue sola y se recuperó sola, fueron más de 3 semanas las que se quedó dentro del hospital, después tuvo que tener cuidados especiales antes de regresar a su vida habitual. Se dio de baja temporalmente en la escuela.

Pasó cerca de un año, ninguna de las dos sabía algo de la otra... pero estaba fresco el recuerdo y la herida de aquel amor que le había hecho sentirse lo suficientemente valiente a Pamela como para acceder a realizarse la cirugía.

- Si algo tengo que agradecerte, es esto- decía y sonreía...

Por supuesto que se preguntaba donde estaba aquel amor, pero no quería buscarla... no quería conflictuarla más y ahí supo que su destino era la soledad.

Eso pensó hasta que conoció a aquella enfermera, si bien no la atendía directamente, ambas comenzaron a platicar y pareciera que fue un flechazo instantáneo.

En unos cuantos meses ya vivían juntas, Pamela se sentía feliz... se sentía liberada, pues la enfermera no parecía importarle nada, la veía como la verdadera mujer que era.

Pamela regresó a la Universidad, esa mañana decidió comprar un café en aquella cafetería que le llenaba de tantos bellos recuerdos. Se sentó en la misma mesa y... se percató de aquella pintura.

Aquella con la leyenda: "para ella..."

Se acercó a la barra y le preguntó al mesero por el origen de la pintura, este a su vez le habló al gerente.

- ¿Eres Pamela?

Pamela asintió y una carta le fue entregada, se sentó y se dispuso a leerla.

"Gracias por todo lo que me enseñaste, lo que me dejaste, lo que compartimos y creo que jamás encontraré a alguien cómo tú... la única mujer que me ha enseñado el verdadero valor de serlo...Hasta siempre, Pamela."

Las lágrimas corrían por todo su rostro, abrazó fuerte la carta y miró la pintura...

"Gracias a ti también..."- dijo y salió del lugar.

Con la carta entre sus manos y las lágrimas escurriéndole camino por la calle con una gran sonrisa. Se sentía feliz, aliviada... la buscó, pero no la encontró.

Sabía que eso no era una despedía, que de alguna manera el destino se encargaría de volver a juntarlas, de volver a encontrarse...

Camina hacía la Universidad, siente el aire rozándole, camina entre los demás estudiantes, se siente una más de aquellas chicas que camina, que estudia.

Ahora lo sabe, siempre fue una mujer, lo supo hasta que alguien más le dejó reconocerse por completo, liberarse.

- Sé que volveremos a encontrarnos, amor mío...- dice y entra a su salón.

Ella, siempre fue ella.

Comentarios

  1. Anónimo4.5.14

    Una historia que serviría para quitar tantos prejuicios de las personas, muy linda y muy real, me haré fan de tus historias

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  2. Anónimo6.6.14

    Llevo leyendo estos dias varias de tus historias y sólo puedo decir una cosa wow, escribes extraordinariamente Gracias por tus historias.

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  3. Sin duda Sonia eres muy talentosa que historia, y si la verdad todos tenemos esos prejuicios.

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