Inoportuna



Cap. 1
Por: Sonia

"Tú cómo siempre tan a tiempo y tan... inoportuna"

Creo que toda mi vida ha sido muy... común, mi familia es dueña de un pequeño local de frutas y verduras en el mercado de la Colonia, desde pequeña me crié en ese ambiente, conociendo a toda la gente que vende en el mercado, ese era mi ambiente.

Ahora tengo 27 años, me dedico de lleno al local, mis padres son grandes y me tocó a mi seguir con esto, soy la hija mayor y la heredera del local.

Terminé sólo la preparatoria, hubiera querido seguir estudiando, siempre me imaginaba en la Universidad, estudiando Historia o Geografía o , al menos, Contabilidad; pero no, no se pudo, el local apenas y sostiene la casa, a mis padres y a mí, a mis pequeños hermanos. Así que hay que trabajarle, mi vida no ha sido fácil, hasta cierto punto creo que últimamente me siento frustrada, el no poder hacer algo más, el resignarme a quedarme así, cómo estoy.

No soy casada, de hecho, desde niña supe que me gustaban las mujeres pero no he podido decírselo a mis padres, tengo una novia, trabaja en el local de junto, cómo mesera, la veo a diario y por las tardes la pasamos muy bien en la bodega, llevamos ya casi 3 años, mi plan últimamente ha sido pedirle que vivamos juntas, decirle a mis padres todo y... no sé, hacer una familia.

Al menos eso pensaba, hasta esa tarde.


El coordinador del mercado nos invitó a una junta, quería pedirnos su cooperación para un proyecto por parte de la delegación, acudí de mala gana... ahí estaba el coordinador, pedante y arrogante... pero, junto a él... había alguien nuevo, una hermosa mujer.

Cabello negro y largo, lentes, ojos pequeños, lucía pequeña...pero cuando habló, me dejé llevar por su voz:

- Mi nombre es Abigail, hago mi doctorado en Historia y quiero redactar la historia de este mercado, es uno de los mas antiguos de la Ciudad, espeor puedan ayudarme- dijo y sonrió.

El coordinador pidió que se anotaran quienes quería participar, lo dude un poco, la gente se mostraba apática, pero al final accedí. No sé porque, bueno, sí... ella era verdaderamente hermosa.

Pasaron 3 días, ella llegó al local.

- ¿Vania?- preguntó - Soy Abigail

- Hola- dije algo sonrojada - Bienvenida a mi local

Sonreímos y estrechamos nuestras manos.

- Bienvenida a mi vida- pensé mientras sentía el calor de su mano.
Inoportuna
Cap. 2
Por: Sonia

Abi se encargaría de platicar con los locatarios del Mercado, que le contaran un poco de historia de ese Mercado, mostrarle foto y cosas así, yo no tenía mucho que aportarle, creo que me sentí un poco mal.

Cada mañana llegaba al Mercado en mi bicicleta, recorriendo las calles que me habían visto creer, aunque me sentía atrapada... esos paisajes siempre me parecían alentadores, llegaba y estacionaba mi bici en la entrada, le ponía la cadena e iba a mi local.

- Hola, Vania- dijeron, reconocí esa voz.

- Abigail ¿qué haces tan temprano por acá?- pregunté curiosa

- Espero al encargado de los baños, me dijeron que tenía que hablar con él.

- Sí, el es el más viejo de todos los de acá, de hecho encargarse de los baños es cómo un cargo honorario, por su gran labor al mercado, todos acá lo apreciamos, pero viene muy de vez en cuando, perdió la vista hace poco y ya no habla con nadie.- dije

Abi puso una cara medio decepcionada, pero después sonrió - Sabes mucho del mercado, además tienes otro punto de vista- dijo

Me sonrojé - Siempre quise estudiar Historia, me gusta ver más allá de lo que hay, quizá por eso sigo acá.- dije y me despedí.

No podía dejar de pensar en Abi, en verdad era muy guapa e interesante, tenía decidido acercarme a ella... pero, ¿cómo?

Pasaron los días, un par de semanas, ella solía pasearse por todo el Mercado, platicaba con algunas personas o simplemente se quedaba mirando, a veces me escondía y la espiaba... me hubiera gustado saber que es lo que pensaba en esos momentos.

- ¿Qué haces?- preguntó mi novia, quién me sorprendió mirando a Abi.

- Nada, me preguntaba cuando dejara de estar por aquí ella- dije

- No lo sé, pero me molesta, se cree mucho con sus estudios esos, quiso platicar conmigo pero me negué, no participaré en esas tonterías- dijo algo molesta, tomó una manzana y la mordió.

No respondí nada, me quedé pensativa, mi novia me ayudó a cerrar y después nos fuimos a la bodega, a hacer lo mismo de siempre... aunque esta vez noté que realmente no me provocaba emoción, ni siquiera al inicio, siempre supe que no quería que fuera lo único, pero, ahora con la aparición de Abi, comenzé a crearme una nueva meta... Conquistarla.
Inoportuna
Cap. 3
Por: Sonia

Se cumplió un mes de la llegada de Abi, siempre me la encontraba en la mañana, en la entrada del Mercado, la saludaba sin más; pero esa mañana fue diferente, no estaba... esa mañana también, tuve que ir a la bodega primero.

Entre por el largo pasillo de las diversas bodegas del mercado, todo estaba a media luz, la mayor parte del tiempo estaba vacío, de repente... escuché sollozos, enmedio del pasillo, casi enfrente de mi bodega, había alguien de cunclillas llorando.

Me dió miedo, pensé que era algún fantasma o una aparición, me quedé ahí parada... pero decidí continuar, me acerqué sigilosamente y miré la figura.

Era... Abi.

- ¿Estás bien?- susurré

Abi gritó y se levantó, no se había dado cuenta de que yo estaba ahí, también grité, y la abracé...

- Perdón, creo que te asuste- dije sin dejar de abrazarla... así fueron unos instantes, olía su cabello, sentía su calor...

- Perdón, también te asuste- dijo entre sollozos.

Me separé y le enseñé mi bodega, había una pequeña cama en un costado, un foco y una pequeña televisión... también habían varios libros.

- ¿Te gusta leer?- preguntó curiosa mientras leía los títulos.

- Si, mucho... cuando tengo tiempo libre, vengo acá y leo o a veces descanso y pienso... es muy tranquilo.

- Vania, sonará raro... pero, ¿crees que pueda dormir un poco? me siento muy cansada - dijo

- Ok, sólo con una condición... que pass conmigo todo el día, te mostraré cómo es mi rutina ¿quieres?-

Abi sonrió, me gustaba su sonrisa y aceptó.

Le dí algunas cobijas y la chamarra que yo llevaba, cerré la bodega y le di las llaves para que cuando saliera cerrara con seguro.

Me puse nerviosa, ¿qué demonios haría con mi novia?, me tranquilicé cuando recordé que era su día de descanso, no se paraba por el Mercado en todo el día... así que, Abi y yo estaríamos juntas.

Llegó pasado el medio día, me entregó las llaves y me preguntó que haría, le expliqué los precios y lo que se debía hacer, atendía muy bien, se le veía muy bien sonriendo, me quedaba embobada viéndola.

Cuando llegó la tarde, la invité a comer, ella accedió.

- ¿Por qué no vamos al local de junto?- preguntó

- Em... es que de ahí siempre como, además... hoy es una ocasión especial- respondí

Fuimos al otro extremo del mercado, donde nadie me viera y fuera con el chisme... la pasé muy bien esa tarde, Abi era uy simpática, ocurrente... hablamos de nosotras, de nuestras vidas.

- Yo nací aquí pero siempre he estudiado fuera, decidí regresar para este proyecto...-

- ¿Y por qué estabas triste?- pregunté curiosa

Ella no contestó de inmediato, me disculpé ...

- No te apures Vania, me dió gusto encontrarte esta mañana, me hizo bien verte- dijo sonriendo.

Así pasó ese día, comimos y después me ayudó a cerrar el local... se despidió y se fue a su casa.

- Gracias por el día tan genial, espero que se repita- me dió un tímido beso en la mejilla.

Y ahí me quedé yo, idiotizada...
noportuna
Cap. 4
Por: Sonia

A la mañana siguiente, llegué al local cómo antes y quise poner uno de mis discos favoritos, de aquél cantautor Uruguayo... Tarareando... sintiéndome feliz.

- No pensé que en este mercado se escuchara a Jorge- dijo alguien... al voltear ví que era Abi.

- Me gusta mucho- respondí

- Tenemos algo en común, a mi también me fascina- contestó

Abi había ido para saludarme y me pidió quedarse conmigo, no se sentía muy bien cómo para seguir la investigación, no le pregunté el motivo... sólo la dejé conmigo.

A partir de ahí, Abi y yo comenzamos a frecuentarnos más, cada mañana la saludaba y a veces desayunábamos juntas, o comíamos, reía mucho con ella, sus ocurrencias, me encantaba verla reir, las sonrisas que me regalaba...

Cada momento con ella lo atesoré, sin pensarlo, sin planearlo... Mi novia lo notaba, pero me excusaba diciéndole que le estaba ayudando a Abi en algunas cosas. Esas tardes las pasaba con Abi, platicando... mirándonos y dejé de ver a mi novia.

Aunque suene extraño...

Así pasaron dos semanas, estábamos cerca del aniversario del mercado.

- ¿Estarás para el día del aniversario?

- Lo dudo, tengo que entregar avances ese día- contestó- y la verdad es que no he hecho casi nada - rió

Así era ella... no sé, tranquila, así recuerdo esas tardes, amenas, a veces no necesitábamos hablar... sentía algo muy grande por Abi.

Lo admito. Estaba enamorada.

-¿ Sabes? Entre locatarios tenemos una tradición... a quién consideres el mejor locatario o locataria, le das un regalo, pero en secreto. Lo dejas en su local o en su bodega. Nunca deben saber que tú diste ese regalo. Creo que eso mantiene la solidaridad y ese espíritu comunitario en el mercado-

Abi sonrió - Me gustan estas tardes, contigo... creo que en estos momentos me doy cuenta que mi trabajo vale la pena- me regaló una sonrisa.

- ¿Cuando te vas a la Universidad?- pregunté

- En dos días- respondió

- ¿Me buscas en mi local antes de irte? Por favor-

Asintió.

Esa tarde lo descubrí, quería cortejarla, enamorarla o al menos mostrarle lo que sentía por ella ...

Llegó el día y la hora acordada, le pedí que cerrara los ojos y le dí un regalo.

- Se supone que no deberías de saber quién te lo envió... pero no quería que te fueras sin esto, ábrelo hasta que llegués allá- le pedí

Y así, de improviso... me abrazó, fuerte... aspiré fuerte su aroma, guarde el calor de su cuerpo, el latido de mi corazón acelerándose junto a su pecho... mis mejillas rojas y una sensación indescriptible...

- Gracias Vania... te extrañaré-

Me dió un beso en mi mejilla, un beso suave, tierno... cerré los ojos y ese instante me pareció eterno y bello... No había nadie más, sólo ella y yo...

y diciendo esto, se fue... regresaría en 2 semanas, si bien le iba.

"La vida no para, no espera... no avisa..." escuchaba de fondo, pero a esa inoportuna, podría esperarla todo el tiempo.
Inoportuna
Cap. 5
Por: Sonia

Llegó el tan ansiado aniversario del Mercado, era una tradición muy bella y colorida, animada y con mucha comida, por suspuesto alcohol también.

Ese día se cierra temprano el Mercado y se arma toda una pachanga dentro, baile, comida, bebida, rifas...

Busqué a Abi, pero no la ví... bebía y bailaba, mi novia estaba junto a mí. En el local me dejaron sólo dos regalos. La verdad nunca recibía muchos, así que no me acongojaba.

Ya se hacía noche y quería irme a casa, no me sentía muy animada... algo dentro de mi extrañaba a Abi, mi novia se acercó y me susurró.

- ¿Vamos a la bodega a darte tu regalo?-

No lo resistí, no soy de madera ... soy de carne, carne que cayó en esa tentación.

Llegamos a la bodega y comenzamos a besarnos, desesperadamente... así fueron las cosas, le quité la ropa sin sentirlo y... aunque no quería al principio, la recosté en la cama...

No lo sentí cómo antes, simplemente lo hice por debilidad, me porte un tanto fría e indiferente con ella y lo notó.

- ¿Qué pasa?- me dijo, ambas aún envueltas en las sábanas...

- Nada- dije

Se levantó y se vistió... antes de irse me dijo.

- No te hagas ilusiones, ella jamás se fijará en alguien cómo tú... tan simple, tan corriente, tan común... ¿no lo ves? Ella es muy inteligente y culta, pertenece a otro nivel... confórmate con lo que tienes Vania, ¡ubícate!- gritó y se salió corriendo...

Ahí me quedé, en esa fría bodega, entre frutas y legumbres... ese era mi lugar, ¿lo era? No lo sé... siempre me sentí diferente, pero mi novia tenía razón... ¿abigaíl se fijaría en alguien ómo yo? Una simple vendedora de mercado.

Giré y comencé a llorar... a sentirme miserable, lo mejor era seguir con los planes que tenía antes y olvidarme de Abi... o... quizá, sólo quizá...

Una idea se gestó en mi, conquistaría a Abi y ahora ella tendría la última palabra...

¡Vamos el todo o nada, Vania!
Inoportuna
Cap. 6
Por: Sonia

No había bebido mucho el día anterior, aún así me sentía mal... un extraño presentimiento.

Y la tempestad llegó.

Abi llegó al local y dejó un regalo...

- Es para tí- dijo así, fría - te lo iba a entregar ayer, te busqué en la bodega y, bueno, estabas ocupada-

ME quedé fría... sentí cómo si mi alma se hubiera ido y me quedé sin palabras, ella lo notó.... y siguió hablando:

- Tranquila, no diré nada- dijo y guiñó el ojo...

- No es lo que parece- dije

En ese estúpido momento, mi novia se asomó al local, saludó con desdén a Abi y me pidió que habláramos, le respondí de mala gana y le dije que yo la buscaría después. Se fue.

- Creo que deberías hablarle- dijo Abi- yo me voy.

- Espera...- susurré

- Tranquila Vania, yo también estoy comprometida y... bueno, ya no importa, espero te guste el regalo- dijo y se fue.

ME sentía mal, no pude decirle nada a Abi... pero, podía tomar decisiones.

Cité a mi novia en la bodega.

- Debemos terminar- dije

- ¿Es por ella, cierto?- preguntó

- Cómo sea, no quiero estar contigo más... no llegaremos a ningún lado.

- ¿Y con ella sí, Vania? ¡Por favor! ¡Deja de ser ingenua!- comenzó a reir.

- No sé... pero al menos contigo ya no quiero nada-

- ¿Y nuestros planes?- dijo con la voz entrecortada.

- Ya no hay tales- dije y le abrí la puerta para que saliera.

- ¡Te arrepentirás!- dijo mientras salía.

Era raro, no me sentía mal, no me sentía triste... creo que hasta liberada me sentí.

Ahora quedaba el siguiente paso, saber si Abi me correspondía, pero... entonces recordé:

¿Dijo que estaba comprometida?
Inoportuna
Cap. 7
Por: Sonia

Traté de hablar con Abi al otro día, no la ví... se escondía de mi.

Por todo el Mercado habían carteles y propaganda, tomé algunos y los leí, eran sobre el trabajo de Abi.

"¿Qué hay detrás del trabajo de la historiadora? La construcción del Supermercado que, tiempo atrás, habíamos luchado en contra. Ahora su trabajo pretende documentar lo que fue este Mercado cuando pase a manos de esas súper tiendas."

Venían cartas de la delgación y del mismo coordinador, todo tenía sentido.

Hace algunos años quisieron demoler el Mercado, pero logramos evitarlo, creíamos que sería permanente, pero al parecer no.

- Te dije que no duraría esto- era mi ex, había ido a la bodega durante mi descanso.

- ¿Tú hiciste esto?- pregunté sosteniendo los carteles y folletos en la mano.

- ¿Ella nunca te dijo sus verdaderos planes? Creo que no- sonrió - te dije que ella jamás se fijaría en tí.

Me enojé con ella, por envidiosa; conmigo, por ingenua; y con Abi, por ... mentirosa.

Salí de la bodega y fuí al local, la tarde transcurrió tranquila, pero yo me sentía que me llevaba el Diablo.

Pasó una semana, todos los locatarios sabíamos de los fines de la investigación y no había visto a Abi en los alrededores, todo era raro... me hubiera gustado pedirle una explicación.

Pero no se dió la oportunidad.
Inoportuna
Cap. 8
Por: Sonia

- Hola, Vania. Perdón por molestarte- escuché esa mañana... era, Abi.

La saludé normal, pero me sentía incómoda, ella lo notó.

- ¿También estás cómo los demás? ¿Tú?- preguntó - ¿Qué es lo que pasa?

-Toma- y le di los folletos y el cartel, los leyó detenidamente.- Y bien, ¿es cierto todo eso, Abi?

Me miró y bajó la mirada: - En parte- respondió en voz baja.

Sentí cómo un balde de agua friá directo en todo mi cuerpo, mi ex tenía razón, Abi era una mentirosa, oportunista.

- No es lo que piensas, Vania, confía en mí- dijo

- No puedo, no dejaré que destruyas lo que mi familia construyó con tanto esfuerzo.

- El objetivo de la delegación si es el de poner un súpermercado, pero enfoqué mi trabajo de uan manera diferente, ahora quiero mostrar el enorme valor de este lugar, de sus personas- me miró a los ojos- entregué los avances y ahora todo depende del último testimonio, salvaremos el Mercado, todo será mejor para ustedes... para tí- tomó mi mano, miré sus ojos..

Me convenció.

- ¿El señor de los baños, cierto?- pregunté

- Sí, y debe ser antes de 2 semanas... es el plazo final- contesté.

- ¿De verdad el Mercado se salvará?- pregunté

- Así es, confía en mi,Vania.

Y ahí estuve yo... la confiada.... la enamorada y estúpida Vania.

¡Momento de actuar!
Inoportuna
Cap. 9
Por: Sonia

El mítico señor de los baños... era uno de los mejores amigos de mi abuelo, uno de los fundadores del Mercado (también junto con mi abuelo).

A su avanzada edad, había perdido la memoria, no estaba casado y no tenía hijos, vivía con un sobrino, quién ahora se encargaba de los baños.

Ahora era el último de los pioneros del Mercado, se recluyó en la soledad hace cómo 3 años, después de la muerte de mi abuelo.

No recibía visitas, pero esa tarde le pedí el favor a su sobrino, me llevó con él.

Llegamos y el sobrino le dijo quién era, quién era mi abuelo y en qué local estaba.

- Vania ¿verdad?- gritó desde su cuarto - Pasa, muchacha.

Lo saludé y pregunté cómo estaba, él no hablaba mucho...

- ¿Qué es lo que quieres muchacha?

- Quiero pedirle un favor, un favor muy grande que podría salvar el Mercado que usted, mi abuelo y otros más construyeron... - y así fue cómo comencé a contarle lo de Abi, lo del súpermercado... y todo.

Cuando terminé, todo se quedó en silencio.

- Esto me recuerda a algo, más bien, alguien... hice muchas cosas por esa persona, demasiadas... y mírame ahora, solo, ciego, cada día más cerca de la muerte. Ten cuidado, muchacha, esa mujer no te llevará a ningún lado...

No respondí nada.

- Pero bueno, debo confesar que por esa persona a la que le dí tanto, a la que amé tanto... no puedo negarte nada, no a tí, su nieta. Dile a esa mujer que mañana la veré en la mañana en el Mercado.

Estreché su mano y salí de su casa. Confundida, pero feliz.
Inoportuna
Cap. 10
Por: Sonia

Así pasó todo, esa mañana Abi obtuvo el testimonio que le hacía falta, ya no pudo entrar más al Mercado, nadie confiaba en ella.

La acompañé a la salida, me abrazó muy fuerte, lloraba de felicidad:

- No sabes cuán importante era esto, Vania, gracias, muchas gracias por todo.

- No tienes por qué, era mi deber para mantener este Mercado.

Abi tomó mi mano y la besó - Ahora será tarea de ambas el mantenerlo- dijo

No respondí, acaricié el rostro de Abi y entonces... entonces...

De un instante a otro, sus labios se posaron en los míos, primero lento, suave, fue creciendo y sus manos acaricaban mi cabello, fue creciendo y su lengua jugueteaba con la mía... fue creciendo y ... mordía sus labios. Fue creciendo hasta que... terminamos en la bodega.

Ahí en esa bodega oscura, fría, sentí el calor de Abi, su cuerpo hermoso y desnudo sobre de mí... todo fue creciendo y Abi me tomaba sin reservas, con desesperación, con ganas... ¿Acaso ella lo deseaba tanto cómo yo?

Sudor, calor, gemidos y la mezcla de nuestros sabores, rodeadas de frutas... cuerpos desnudos mezclándose, sintiéndose... Abi, Abi, sólo era ella. Nadie más.

No supe cuánto duró aquello.. ¿era un sueño?, no, no lo era... tenía a Abi entre las sábanas, entre mis brazos... dormía un poco, besé su frente y le dije que teníamos que irnos.

Nos vestimos y ella salió primero, no dijo más... simplemente salió.

Me quedé recostada en esa cama, aún aspiraba el aroma de Abi... aún sentía el palpitar de mi corazón, de mi sexo húmedo y satisfecho.

No fue la única vez, los siguientes cuatro días lo hicimos en es bodega, Abi sólo llegaba por la tarde al local y nos íbamos al amanecer, así era ella... inoportuna, inesperada.

Pero... la quería.
Inoportuna
Cap. 11
Por: Sonia

Ese día amaneció lloviendo, no me gustan los días de lluvia... siempre pasa algo malo.

Llegué al Mercado, no había ni rastro de Abi. Seguí en lo mío, con los reclamos de mi ex-novia por mis amoríos en la bodega, con la hostilidad de los otros locatarios por "traicionarlos".

Pero no me importaba, estaba con Abi, ella estaba conmigo, esa bodega era testigo de nuestro idilio, esperaba ansiosa que llegara y me pidiera que nos fuéramos a ponernos más "cómodas".

Estaba entusiasmada, feliz, cómo hacía mucho no lo estaba. Nada ni nadie opacaría mi felicidad.

Eso pensé.

Abi llegó en la tarde, cómo siempre, fuímos a la bodega, cómo siempre, y lo hicimos de nuevo... pero, había algo raro en ella.

Al terminar, ella me besó fuerte... y se vistió, no decía nada.

- No podemos seguir con esto, Vania- dijo

- Si quieres podemos ir a otro lugar- respondí ingenua

- Me refiero a estar juntas nosotras dos

- ¿Por qué?- pregunté nerviosa

- Somos diferentes- respondió

Otro golpe de realidad y las palabras de mi ex regresaron para torturarme... Diferentes, diferentes... diferentes. No era nadie, ni siquiera pensar que podría ser digna para ella.

- Entiendo- dije

- No, no es lo que piensas- dijo, pero no la dejé hablar... no ahora, le pedí que se saliera de la bodega.

- No podremos estar juntas, yo no podría estar con alguien cómo tú- dijo susurrando, mientras le cerraba la puerta.

Escuche un sollozo en el pasillo... dijo mi nombre 3 veces y después se fue...

- Hasta aquí- dije desilusionada.

Pasaron 2 días, no supe nada de Abi... hasta que el coordinador del MErcado aclaró mis dudas:

- Se fue, ya había terminado el trabajo... pero dejó esta carta de agradecimiento que pegaré aquí-

Leí sus palabras, las leía arrogantes... sus palabras finales me parecieron hipócritas:

"Jamás pensé que alguien cómo yo, podría querer pertenecer con tantas ansias a ustedes... Gracias"

Firmaba Abigaíl Ríos, esa oportunista que me usó... y me botó cuál vil basura.

Esa... a la que le entregué mi amor.
Inoportuna
Cap. 12
Por: Sonia

Quizá a estas alturas de la historia ya me odien, pero merezco decir mi versión... al menos mientras dure este trayecto en autobus.

Mi nombre es Abigaíl Ríos, eso ya lo saben, también saben que estudio un Doctorado en Historia. Lo que no saben es... cómo inició todo.

Nací en esta Ciudad, pero cuando terminé la preparatoria decidí darle un giro a mi ida y me fuí a estudiar la Universidad lejos de mi origen. Siempre he sido así, movimiento constante... aunque ningún movimiento me genera los cambios que espero; así que después de que terminé la Licenciatura en una enorme apatía; decidí seguir estudiando.

Así lo hice y fue durante la maestría que lo conocí, era una chico encantador, fotógrafo y ... comenzamos a andar, no sé, no me notaba muy convencida pero, al cabo de 3 años, nos comprometimos.

Fue ahí que, por primera vez en años, decidí darle un plan y objetivo a mi vida, decidí que me casaría después de terminar el doctorado, sí, me casaría con un hombre al cual no amaba lo suficiente... ¿hay algo más triste que eso?

En realidad sí, el hecho de que no sabía que hacer de mi vida y mis estudios, de soportar lo mismo, los lugares "que debía" visitar, los platillos "que debía comer", la gente a la que le "debía hablar", al principio este elitismo me resultó encantador y fascinante, después se convirtió en un horror... es pedantería que siempre ostenté, ahora me era tediosa.

Y fue así, cómo si nada, que una convocatoria llegó a mis manos, la ciudad en la que nací estaba haciendo investigaciones sobre mercados populares, me inscribí y fuí seleccionada.

El trabajo era sencillo, hacer una especie de monografía o historia de ese mercado... aunque los motivos eran oscuros, muchos de ellos serían demolidos y miles de personas se quedarían sin hogar. Pero yo no era una sentimental, decidí huir de mi inminente matrimonio para trabajar en algo que no era mi ambiente.

Debo mencionar que , a estas alturas, dudaba de mi compromiso, él me parecía odioso y tonto, controlador y menospreciaba mi trabajo... a veces me preguntaba: ¿qué demonios hacía con él? Hacía mucho tiempo que el sexo dejó de ser maravilloso, nos invadía la monotonía y... decidí escapar.

Heme ahí, en el mercado que me fue asignado, conocí al coordinador y le expliqué mi trabajo, sin rodeos...

Heme ahí, en esa presentación y , de repente, la ví.
Inoportuna
Cap. 13
Por: Sonia

La vi y la noté en esa junta, era innevitable, su mirada tierna, su sonrisa encantadora. Dejó sus datos y al cabo de unos días fuí a visitarla.

En realidad no me interesaba mucho el trabajo, pero ella me hablaba con pasión de lo que hacía (vender frutas y verduras), me contagió de algo que había perdido, las ganas de seguir.

Creo que desde ese momento decidí que el trabajo que estaba realizando les tenía que garantizar la conservación del mercado para los locatarios, me lo debía y se lo debía a Vania.

Cada mañana la veía en su bicicleta, con esas ganas de vivir, de seguir, con esa alegría que le contagiaba a todo mundo , empezando por mí... el verla me hacía sentirme bien, segura, feliz... ¿por qué?

Sabía bien lo que me pasaba, me estaba enamorando de Vania. ¿Cómo saber que ella me correspondería?

No sé, por primera vez dejé a un lado mi egoismo y decidí trabajar para el bien del mercado, para el bien de ella, a veces me sentía miserable, ella era hermosa por todos lados, era tierna y dedicada, era paciente y entregada... era... perfecta y muy inocente.

Eramos diferentes, en mi ser habitaban egoísmo, individualidad... no quería a nadie más, ni a mi prometido, a nadie...

Mi prometido, ese bastardo.

Una noche, una fatídica noche... él llegó a mi departamento, me saludó y me preguntó por mi ausencia. Le conté sobre el trabajo y los avances que debía entregar en poco menos de 3 meses, no me hizo mucho caso.

- Quiero adelantar la boda Abi, debemos irnos a Francia... me ofrecieron un contrato bastante considerable.- dijo

- No puedo, tengo trabajo aquí y la verdad, no quiero ir a Francia.

- Pero soy tu prometido- dijo

- Ojalá no lo fueras- pensé y me solté a llorar, en ese instante quería terminar todo, él sólo me abrazó y me dijo que los preparativos estaban para poco más de medio año. Hicimos el amor, bueno, el lo hizo... yo estaba cómo ausente, sollozando sin que lo notara.

Esa mañana, muy temprano, se fue...

No me sentía con ánimo de seguir, fui al mercado y esta vez no esperé a ver a Vania entrar, me escondí en las bodegas a llorar amargamente.

Pedía una señal, pedía algo.. estaba segura que no quería esa vida que me esperaba, ahora no ... Quería una nueva oportunidad.

Y entonces, llegó... me asustó verla de repente, pero llegó Vania, la esperaba, la llamaba... Vania, Vania, Vania... no había dejado de pensar en ella.

Había cambiado de tajo todo en mi vida.

Dormí un poco en s bodega, rodeada de su ambiente, miré sus libros, cada vez me fascinaba más... pero ¿qué tenía que ofrecerle yo? Una estirada que no había aprendido a vivir, una cobarde que tenía miedo de seguir sus metas.

A partir de esa tarde me dejé llevar por los nuevos aires que propiciaba Vania, cómo una veleta la seguía... quería poner mi cara de rudeza, de frialdad... pero por dentro ardía en deseos de estar con ella.
Inoportuna
Cap. 14
Por: Sonia

Tenía que presentar los avances del trabajo, hasta eso había avanzado demasiado, me faltaban algunos testimonios.

Pasé por el local de Vania, escuchaba a uno de mis cantantes favoritos y me dió un regalo.

Lo abrí cuando estaba en el autobus, era un disco: "Inoportuna", mi favorito... sonreí.

Así era Vania, inoportuna.

No fue fácil convencer a las autoridades de que mantuvieran el mercado, me pidieron un último testimonio, el de aquél hombre de los baños (que jamás había visto).

Decidí que sorprendería a Vania el dia de la presentación, le diriía el verdadero propósito de lo que investigué y... quién sabe, quizá me querría cómo a una igual.

Me instalé en el viejo departamento que compartía con mi prometido, no sé si me esperaba... pero yo no me sentía perteneciente a hí, tuve un recibimiento en la cama... el cual no me satisfizo.

- quiero decirte algo- le susurré, casi dormía - No iré a Francia y... no me casaré contigo.

- ¿qué dices , Abi?

- Lo que escuchaste, me quedaré en donde estoy ahora, en mi trabajo, en mis méritos...

- ¿Es alguien más?- dijo

- No te incumbe, pero ya no quiero- dije

Me levanté y fui a la cocina, escuché que él salió... no me importó mucho, no lo vi los siguientes días de mi estadía en mi Ciudad.

Salí con amigos, me sentí bien, pero... ya no pertenecía ahí.

Por primera vez, había encontrado mi lugar... era con Vania, era con esa gente...

Empaqué y decidí sorprenderla en la fiesta del mercado, le compré la nueva novela de su autor favorito y la envolví, quería corresponder el detalle y mostrarle que me interesaba.

Llegué y no la ví, pregunté y me dijeron que estaba en la bodega. Caminé sigilosamente, entre esa oscuridad se veían sombras de cuerpos desnudos entregándose a la pasión, sudor, gemidos... todo a media luz.

El foco alumbraba levemente el interior de la bodega de Vania, me asomé por una rendija, temía que estaría dormida y no quería molestarla y entonces... la ví, bueno, las vi.

Dos cuerpos desnudos, Vania y otra chica, al principio no supe quién era, hasta que descubrí que era la mesera de la fonda de junto. Ahí estaban ellas, amándose, entregándose al deseo, a la pasión.

Miré cómo Vania la poseía, la devoraba, escuchaba los gemidos de aquella otra, esa que me robaba el lugar, la envidiaba, quería ser yo quién estuviera en esa bodega, con Vania.

Me fuí sin decir más, me sentía... triste, decepcionada, Vania tenía una vida y yo no figuraba en ella, no ahora.

¿Quién era yo para inportunar su vida?
Inoportuna
Cap. 15
Por: Sonia

Quería darle el regalo, al fin se lo había comprado...

Fuí por la mañana a su local y se lo entregué, le hice un leve reproche sobre lo que vi.

- No diré nada- dije y guiñé el ojo.

- No importa ya ... al fin estoy comprometida- dije estúpidamente y me fuí.

Desaparecí un rato de ahí, no quería ver a Vania, me dolía... le llamé mi prometido y le pedí que nos tomáramos un tiempo, que pronto le diría si quería continuar.

- Un mes Abi, sólo eso te doy- dijo

Cuando regresé al mercado, las cosas empeoraron, la gente no me saludaba y me gritaban, se portaban raro conmigo. No tuve otra que ir con Vania.

ME mostró los folletos, los carteles, al parcer había salido a la luz lo de la investigación, quería decirle toda la verdad a Vania, pero aún no podía asegurar nada porque me faltaba un testimonio.

Y de la nada, ella me ayudó, me consiguió la entrevista y una mañana fuímos.

Ya no pude entrar al mercado, así que Vania me dejó en la salida, le agradecí... en realidad estaba maravillada con ella, por lo que había hecho por mí, por todo el mercado.

Ahora todos la odiarían por ayudarme, pero a ella no le importó... quizá ¿podría ser?

Debía de averiguarlo y... la besé, la besé cómo siempre lo había soñado, la besé, acaricié ese rostro inoportuno que había cambiado mi vida, mis planes...

- Llévame a la bodega- le susurré

así lo hicimos, nos encerramos en esa bodega, me entregué a ella y después de tanto tiempo, volví a sentirme bien, deseada... experimenté placeres desconocidos, experimenté... amor.

Me vestí y salí... estaba feliz, complacida... pero, no, no quería cambiar mi vida, me aterraba este movimiento.

Miedo al cambio, miedo a la felicidad ¡Ay, Abigaíl! ¿Cuándo aprenderás?
Inoportuna
Cap. 16
Por: Sonia

Esos momentos, esas caricias... no lo cambiaría por nada.

Vania, Vania, sólo ella... Vania, había venido a cambiar mi mundo, a mostrarme un nuevo mundo.

Pero ¿una persona tan egoísta y vacía podría tan sólo imaginar que podría tener un lugar en esto?

Ya lo tenía todo decidido, compré un boleto de autobus para dentro de dos días, me senté en mi escritorio y escribí dos cartas.

En una le agradecía a todos los locatarios que me ayudaron en la investigación, que pese a malos entendidos y todo, logré mi cometido.

Escribí otra carta, en esa le decía a Vania todo lo que sentía, que había cambiado mi mundo y cada uno de sus besos eran un tesoro que, ahora descubierto, no quería soltarlo, le proponía tantas cosas juntas, estar juntas, vivir juntas...

Esa mañana llovía, llegué al mercado algo temprano y fui con el coordinador a entregarle la carta y agradecerle todo, saliendo de la oficina... me encontré con aquella mesera y me invitó un café en un restaurante fuera del mercado.

- ¿Así que te vas?- preguntó

- Sí-

- ¿Lo sabe Vania?- dijo

Oprimí la carta dentro de mi bolsillo, en ella venían todas mis aspiraciones, todas mis ilusiones... no respondí nada.

- Supongo que no, y creo que es lo mejor... lo suyo no llegaría a nada- dijo muy fría

- ¿A qué te refieres?-

- Son diferentes, ve a Vania, su vida se reduce a ese local, ahora ve lo que tú tienes, estudios, trabajo, oportunidades, ni hablar del mundo tan diferente en el que te desarrollas... tú estás en peldaños mucho más altos, peldaños en los que ella jamás estará... además.

- ¿Qué?- pregunté cada vez con menos ganas de hablar

- Tú eres cómo yo, egoísta, buscas tu propio beneficio a costa de los demás, obtienes lo que quieres y te vas... Pero Vania no es así, Vania es entregada, ilusa, ingenua; sólo te aprovechaste de ella y ahora que obtuviste lo que querías, te vas.

- No es cierto- susurré

- ¿Por qué no le dijsite el verdadero proyecto de la Delegación? ¿Por qué no decirle que con cada entrevista estaban firmando la sentencia del mercado?

- No lo sé- dije sin ganas

- Eres egoísta Abigail, porque no tienes nada ni nadie a quién perder, eres así, sola, solitaria... nunca sabrás lo que es perder algo que amas, a alguien que amas, hasta que experimentes eso, entonces cambiarás... ahora no, ahora estás viviendo a costa del sufrimiento de otros. Y... te hago la sugerencia, vete, vete ahora antes de que Vania lo sepa, vete y no vuelvas, no la lastimes más.

Pagó el café y salió, me quedé pensando en sus palabras... tenía razón, Vania y yo éramos diferentes.
Inoportuna
Cap. 17
Por: Sonia

Llovía demasiado, empapada, llegué con Vania y casi de inmediato nos pusimos cómodas en el calor de esa bodega.

No me cansaba de ella, de sus besos, de la pasión... no me cansaba de nada, quería... tantas cosas imposibles.

Por primera vez, quise hacer un gesto amable y no le dije que me iría esa misma noche, que huiría después de esa entrega.

Me vestí con solemnidad y la miraba ahí, recostada y sonriéndome. Acaricié la carta dentro de mi bolsillo y dije:

- No podemos seguir con esto-

- Podemos ir a otro lugar- me dijo con ternura, con ingenuidad.

- Me refiero a estar juntas nosotras dos- respondí sería

- ¿Por qué?-

- Somos diferentes- dije solemnemente, ella me miró extrañada y después, noté decepción en su rostro.

-Entiendo- sólo dijo eso y se levantó



- No, no es lo que piensas- grité, pero ella me obligó a salir de la bodega


- No podremos estar juntas, yo no podría estar con alguien cómo tú- dije casi llorando y ella cerró.

Me quedé afuera, llorando, - Vania, Vania, Vania- dije con todas is fuerzas, ella no respondió.

Sentí la carta y la guardé en mi bolsillo.

No dije más y me fuí; esa misma noche me dui de la Ciudad y regresé a la Universidad, tenía que entregar el trabajo, sólo lo envié por correo.

Pasaron los días, no salía de casa... mi prometido había ido a verme y platicábamos cómo buenos amigos, extrañaba eso de él... cuando era mi amigo, cuando reíamos juntos.

- Abi ¿has reconsiderado lo de nuestro compromiso?-

No respondí, no quería responder.

- ¿Sabes que debes retomar tu vida, cierto?

- Sí, pero no ahora- dije

No ahora...

Pasaron cerca de dos meses, no había hecho nada, seguía yendo a las clases del Doctorado, y entregué ese mismo trabajo cómo último proyecto de investigación.

Esa tarde, regresaba de comer y en mi buzón había una carta, tenía un sello oficial:

"Nos complace informarle que su trabajo ha sido seleccionado para publicarlo, esperamos nos acompañe para tratar algunos otros temas de interés"

No me la creía, eso significaba que el mercado estaría a salvo, que mis esfuerzos había dado resultado y sobre todo ¡volvería a ver a Vania!
Inoportuna
Cap. 18
Por: Sonia

Pasaron muchos meses desde que Abigail se había ido, ese sentimiento de sentirme tonta no se iba... al contrario, cada día imaginaba a Abi burlarse de mi, de haberse aprovechado de mis buenas intenciones.

Regresé con mi ex novia y decidí retomar mi vieja vida, cada vez que me quedaba sola en la bodega, recordaba que ese era mi destino, tenía que aprender a vivir con ellos, con esas frutas y verduras, mis eternas compañeras.

Quizá debía verle el lado positivo, el lado amable a esa aparente estabilidad que Abigail había llegado a mover, debía retomarla, es más, hasta volvería a amar a mi ex-novia (bueno,eso si alguna vez la amé).

Caminaba esa tarde cuando un cartel llamó mi atención, no podría creerlo.

"Presentación del libro: El Mercado, parte viva de la Ciudad. por su misma realizadora, la Dra. Abigaíl Ríos."

No me la creía, era la próxima semana... mis ojos se iluminaron.

Lo admito, aquello que sentía por Abi, no lo había sentido jamás y era bello, aunque me sentía usada, una parte de mi sabía que las cosas no eran así y esa misma parte sabía que Abi, también me amaba, me correspondía (a su manera, pero lo hacía.)

De inmediato sonreí, mi mundo se iluminó... y de repente ¡Zaz! llegó la realidad:

- ¿Qué hará esa aquí? ¿Presentar su traición?- dijo mi (ahora) novia (de nuevo).

- No lo sé- respondí y me di la media vuelta.

Sólo ansiaba la llegada de ese día, volver a ver a Abi y... decirle todo lo que sentía, todo...

¿Qué es lo que perdería?

Mi rostro se tornó serio...

Y sí ... ¿ella no me correspondía?

REcordé sus fuertes palabras: "somos diferentes".

Quizá tenía razón, ¿qué podía ofrecerle una vendedora de verduras y frutas cómo yo?

Miré a mi ex novia atendiendo el negocio de junto, tampoco quería eso... no, no lo tendría, haría una nueva vida.

Y en ese momento lo decidí, mi vida tomaría el verdadero rumbo que quería.
Inoportuna
Cap. FINAL
Por: Sonia

Llegó la presentación, llegué tarde a propósito... no quería saludarla, me senté atrás pero en un punto en el que pudiera verme.

Obviamente me miró.

El coordinador y el delegado estaban ahí, en sus discursos falsos, cuando le tocó hablar a Abi... se levantó y ofreció una disculpa a todos los locatarios, comenzó a narrar la finalidad de esa investigación, la demolición.

- Pero al final, convertí este trabajo en suyo, plasmé sus voces y ahora es un pilar, sabemos lo que significa este mercado y ustedes, lo salvaron, este mercado no so extinguirá en muchos años, no con gente dedicada cómo ustedes, no cómo gente que me enseñó el verdadero significado de lo que es un deseo, una aspiración. Somos diferentes , ustedes saben el verdadero valor de la amistad, del amor a algo... a alguien. Ustedes cambiaron mi vida y fue un honor poder trabajar.

Sentí su voz entrecortada, yo también tenía un nudo en la garganta, mi novia se acercó.

- ¿Acaso esa piensa que le vamos a creer?

- Yo lo hice- miré a mi novia a los ojos - Creo que unca debí regresar contigo, no es lo que quiero... perdóname y... mejor dejarlo todo hasta aquí.

- ¿Piensas que Abi te va a retomar en su vida? No te engañes, no lo hará... son diferentes.

- No es por ella, es por mi... adiós- le dije

Todos se acercaban a saludar a Abi, me acerqué, me sonrió.

- No pensé que vendrías- dijo

- ¿Lo olvidas? Esa última entrevista la concerté yo- dije

Sonrió, extraña su sonrisa y... un tipo se acercó.

- ¿Nos vamos?- le preguntó.

- En seguida- dijo ella.

- Vania... yo...-

- No digas nada Abi, sé muy feliz- y ella tomó la mano del otro tipo, dispuesto a salir.

-Abi- grité y volteó - recuerda la canción 3 del regalo que dí: "la vida no para, no espera, no avisa..."

Ella me miró por unos instantes, después volteó con el tipo y salieron.

Ahí se quedó mi vida, con aquella inoportuna, di la media vuelta y me dirigí a tomar uno de los ejemplares del trabajo de Abi.

Me quedé en mi local, con la mirada perdida...

- ¿Leíste los agradecimientos?- dijo alguien, miré... era ¡Abi!

Abrí la página, leí:

"Tantos planes vueltos espuma, tú por ejemplo, tan a tiempo y tan... inoportuna"

- Recordaste la canción- dije casi llorando

- No pensaba en otra cosa, pero ¿qué harás ahora que cambiaste toda mi vida?- preguntó

-Supongo que... formar parte de ella- la tomé entre mis brazos y la besé.

Y así seguimos, ella dejó a su prometido y yo a mi novia, contraté a alguien para que llevara el negocio y mis padres siguieran viviendo de eso...

¿Yo? Me fuí con ella,entré a la Universidad (abierta) y comencé a estudiar Historia, lo curioso es que Abi era una de mis profesoras.

Así comenzamos nuestra vida juntas, felices, sonriendo... es curioso cómo puedes hacer tantos planes, tantos sueños, tantas ilusiones y... llega alguien que los cambia.

La vida es así, gira y gira el mundo y ésta no se detiene, hasta que llega alguien que lo interrumpe; aquella, inoportuna.

Comentarios

  1. Anónimo4.5.14

    Qué linda historia, creo que es el sueño de muchas personas vivir algo así, escribes muy bien :)

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  2. Anónimo13.5.14

    Buenísima Historia Sonia ... siempre llega esa personita inoportuna que te hace cambiar de rumbo!

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  3. Sonia muy buena historia nunca dejes de hacer esto.

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