Cualquiera



Cualquiera
Cap. 1
Por: -Sonia-

 Soy una mujer cualquiera, una abogada cualquiera, una esposa cualquiera... Y me enamoré de ella, perdidamente y sin marcha atrás.
 Nací en el seno de una familia de abogados, mi madre y padre se dedicaban a eso y desde pequeña fui educada en un Colegio Católico, era un internado que tenía un nivel educativo excepcional, pero también aprendí valores y prejuicios que llevaban una carga moral muy castigadora.

Y así fue cómo a los 15 años tuve mi primer intento de suicidio, había descubierto que estaba enamorada de una amiga del Colegio, pero... eso me decían que era pecado.

Mi madre y padre hablaron conmigo, afortunadamente aceptaron la situación y me alentaron a seguir mi vida, estudiando Derecho.

Así lo hice, me gradué con honores y decidí formar mi propia carrera, lejos de la sombra del nombre de mis antecesores abogados. Decidí ser defensora de Derechos Humanos, especificamente de minorías vulnerables: población LGBTTTI, indígenas, migrantes y trabajadoras sexuales.

Me casé con una compañera de la escuela hace ya unos 5 años, a la larga me di cuenta que había un grato compañerismo entre ambas, nada más... pero, al ser yo una promotora del matrimonio igualitario, tenía que predicar con el ejemplo.

¿Ahora entienden porque soy cualquiera? Una máscara, una personalidad ficticia... amo mi trabajo pero sólo eso, me falta algo... siempre lo supe.

Fue durante una redada en un bar clandestino, ese día la vi por primera vez... la sacaron a jalones del lugar e intervine:

- “ Eso es abuso de autoridad... voy a interponer una queja“ - dije furiosa

En el medio era muy reconocida y tenía un peso importante... la soltaron y me acerqué:

-¿ Estás bien? ¿Porqué te sacaron así? ¿Trabajas aquí?

- No exactamente- respondió sonriendo - Gracias, pero ahora necesito seguir trabajando.

Ojos negros, cabello negro, cuerpo seductor y una personalidad fuerte...

- Toma mi tarjeta, cuando necesites algo... puedo ayudarte- dije titubeando.

- ¿Leonora? Soy Samantha, todos me llaman Sam... siempre ando en esta zona, gracias- dijo y se fue

Y esta abogada cualquiera se fue a fijar.. en aquella a quienes todos llaman una cualquiera...


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Cap. 2
Por: -Sonia-

Quería volver a verla, así que regresé al siguiente día. Me encontré a una vieja amiga: "La wera".

- Hola "mi lic" ¿qué la trae por aquí?

- Nada, quería ver si todo estaba bien después de la redada de ayer.

- Sí, ya sabe que nos las arreglamos ¿sólo por eso vino?

- En realidad... buscaba a una de tus compañeras, me dijo que se llama Samantha, ayer le tocó agresiones fuertes.

- La Sam, sí así es ella... trabaja en la esquina de allá, pero creo que hoy no vino... seguro se enfermó su hijo.

¿Hijo? En serio no me esperaba eso, creí que era mi momento de irme, derrotada:

- Sería bueno que armara otra vez lo de esos talleres para nosotras, la violencia se hace cada vez más grande y muchas pensamos en retirarnos ya.

- ¿Las jornadas de autoempleo?- mi rostro se iluminó... ahora tenía un chance de volver a ver a Samantha.

No fue dificil obtener la aprobación de las autoridades y el financiamiento, ese proyecto dejaba buenos resultados y la participación iba en aumento, "La wera" se encargó de avisarle a algunas de sus compañeras... incluída Samantha, quién también llegó.

- Hola- la saludé, trate de ser lo más neutra posible.

- ¿Leonora verdad? No sabía que tú habías organizado estos talleres antes- respondió algo fría

- Se hace lo que se puede, es parte de mi trabajo ¿te interesa alguno?

Miró un momento la lista de talleres, yo miraba su cabello, sus ojos hermosos, sus labios... todo su rostro. Ella volteó a verme y me sonrió.

- Este- dijo señalando uno de la lista, era panadería. - Mi madre hacía pan, siempre quise tener una panadería... y bueno, terminé en esto.

- Pero puedes dejarlo- dije ingenua

- Se te hace fácil, tienes la vida resuelta, seguro hasta estás casada y tienes hijos.

La miré por un momento... - No tengo hijos, no puedo tenerlos y mi pareja no se quiere embarazar.

Me miró un poco asombrada, después sonrió... - Ya ves, hasta casada eres y eso que eres lesbiana.

Se hizo un silencio algo incómodo, un pequeño niño llegó... ella lo abrazó, me lo presentó, era lindo, justo cómo ella.

- Me inscribiré en ese taller... y, espero que vengas de nuevo por aquí... eres muy agradable LEonora- dijo, acercó al niño para que besara mi mejilla y ella besó la otra.

- Hasta entonces Sam- dije completamente embobada...

Esa mujer, eres hermosa y sabía que dentro de ella se escondía una belleza aún mayor, una que yo quería sacar.

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Cap. 3
Por: - Sonia-

Una amistad se gestó entre nosotras, quizá podía tener muchos amigos en este mundo, pero Samantha me hacía sentir especial.

Comenzaron las jornadas a principio de año y en 6 meses ya había mejorado muchisimo, asï que las extendimos medio año más.

- ¿Cuánto llevas casada Leo?

- Ya varios años...

- ¿La amas?- me pregunta, sonrío y no contesto - ¿Te has enamorado?- me ve directamente a los ojos.

-No lo sé... ¿y tú?

Mira al vacio y sonríe... - Una vez y fue él, quien me metió a esto y me dejó un hijo- se rié...- creo que enamorarse te genera los cambios más contundentes en tu vida, no puede ser de otra manera, cuando el amor llega... no hay manera de evitarlo.

- ¿ Y como sabes lo que es el amor?- le pregunto curiosa

- Cuando tú, solamente tú... conoces el verdadero valor de la otra persona, cuando aunque toda la gente hable las peores cosas... para ti, esa persona es la más especial, la más hermosa... la única.

Me la quedo viendo, tenía una manera de hechizar con sus palabras...elocuencia y pasión...

- El problema , Leo, es mantener esa visión y no dejarte llevar por lo que los demás piensen... eso define el éxito del amor.

¿Mantenerlo? Miro a Sam y sonrío... eso podría significar ella para mí... ya me había dado cuenta de eso, la miraba de una manera que desconocía... desde la primera vez...

Tal vez, sólo tal vez... si lograba alcanzar esa visión única... ella, podría ser mía.

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Cap. 4
Por:-Sonia-

Algo estaba entre Samanta y yo, después de un año lo descubrí, sonrisas de complicidad, suaves toques y besos en la mejilla que deseaban bajar a los labios.

Al terminar la Jornada anual, hicimos una presentación y cada chica presentó lo que había aprendido, Sam preparó pasteles y pequeños panques.

- Toma, te preparé unos especiales de manzana con canela... me dijiste que eran tus favoritos- me dijo y le sonreí.

- ¿Cuánto te debo?- pregunte bromeando.

- Búscame en el salón de panaderia cuando todo esto haya acabado- susurró...

Eso me pareció raro, pero aun así lo hice... esperé que todos se fueran para que fuera a cerrar los salones... ahí me esperaba Sam.

- ¿Quieres saber cuanto es?- preguntó

Se acercó a mi mucho, demasiado... me acorraló entre la mesa y ella... y, de la nada... me besó, nos besamos... no sabía que hacer, asi q continue con el beso...

De esos besos que ella me daba, pasaron a caricias nada discretas, tanto mias como suyas... algo en mi me decía que todo eso estaba mal... algo, esperen... ¡nunca me habia sentido tan bien!
Me recostó sobre aquella mesa de trabajo... y entonces, ambas descubrimos que sentíamos lo mismo... ella me desea tanto como yo a ella...

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Cap. 5
Por:-Sonia-

-Todo esto esá tan mal, estoy casada...- susurraba mientras Sam me embriagaba con caricias y con besos indiscretos.

Entregándonos en aquella mesa de trabajo, eran varios de mis límites rotos en tan sólo un momento, pero ella lo valía, su cuerpo, su esencia, sus ganas... todo en ella era estupendo no me importaba cual era su profesión.

Después de que terminamos, ambas nos vestimos, le dije que tenía que irme:

- No sé que me llevó a esto Leonora, pero en verdad lo disfruté- dijo

- Sam, quiero decirte que a mi también me gustó... me fascinó, mi cuerpo no había vibrado así... jamás. Pero, no puedo ofrecerte nada, sabes cual es mi situación...

Ella me abrazó - No digas nada, no lo digas por favor, quiero sentirte cerca, aunque sean sólo breves instantes- volvió a besarme en los labios, de una manera dulce, tierna.

- ¿Sabes lo que se dice de nosotras? "Nunca esperes un beso de una callejera", es un cliché... no besamos a los clientes, no hace falta... yo diría que el beso de una de nosotras es cómo una indulgencia... un placer de esos escondidos entre la porquería...- volvió a besarme- Así que... disfrútalo.

Salió del salón y me dejó ahí, acariciando mis labios... Fuí a mi casa, mi esposa me esperaba, había preparado una rica cena y no me decía nada, cómo siempre.

- Hemos sido invitadas a la cena para la recolección de fondos de la Asociación de mi madre, es el Viernes por la noche... espero llegues temprano para ir- dijo

La miré con algo de hastio, eso me provocaba y ahora después de lo que había pasado con Sam... así serían las cosas, la odiaba, no la soportaba...su presencia me irritaba.

Pero, esa estúpida carga social y moral que no me dejaba en paz, por la noche no pude dormir bien, pensaba que realmente había hecho algo mal.

- Haberlo hecho con... una cualquiera...- susurraba en la oscuridad de mi habitación, en el silencio de mis palabras... en los pensamientos más prejuicios, más controlados por lo que todo el mundo esperaba que yo fuera.

ME odiaba, era un títere más de esa sociedad...

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Cap. 6
Por:-Sonia-

Faltaban 5 días para el Viernes... días en los que vi a Samanta, después de habernos conocido más a profundidad, confieso que me hice adicta a su cuerpo, a sus besos.

Cada salón nos conoció, el de panadería, el de costura, el de jardinería, la dirección... Samanta era una profesional, pues... a eso se dedicaba.

Maldigo esos primeros encuentros, maldigo el momento en el que ví a Samanta cómo un pedazo de carne, cómo un cuerpo que me brindaba placer... pues a eso se dedicaba.

Maldigo eso, porque todos esos prejuicios imbéciles nublaron los sentimientos que se comenzaron a gestar para ella... sabía que me estaba enamorando, pero me consolaba diciendo: " No, sólo estás con una prostituta"

Sam era dificil de leer... y me encargué de interpretarla a mi conveniencia, me convencía que ella sólo buscaba ese placer y era conveniente para mí, pues no me cobraba.

Me volví un tanto fría con ella... no sé si lo notaba, pero dentro de mí sólo quería limitarse al sexo, nada más eso.

Llegó ese Viernes... hora de cumplir mis estúpidos compromisos, de ponerme el disfraz de la abogada-esposa perfecta, hora de mostrar toda mi hipocresía.

Llegamos y salude a mi detestable suegra, quién obviamente me adoraba y se deshacía en atenciones... y ahí fue cuando encontré a una vieja rival:

- LEonora querida ¿cómo estás? Hace años que no te veo- su chillante voz resonó en mis tímpanos.

- Ximena... ¿regresaste ya de España?- pregunté sin ganas

- Así es, ahora soy Senadora... pero vamos, cuéntame de que va tu trabajo... supe que estás trabajando con sexo servidoras...

- Se les llama trabajadoras sexuales y en realidad me enfoqué en Jornadas de trabajo para zonas marginales. Pero bueno, si nos disculpas... vamos a sentarnos.

- Las acompaño queridas, tu esposa sigue igual de hermosa que antes... es una pena que te hubiera escogido.- dijo y sonrió.

Así es, Ximena era la ex novia de mi esposa... así que se convirtió en una especie de rival, me alegró saber que se había ido a España durante todos estos años, pero... saberla de regreso me desconcertó.

Se sentó en nuestra mesa y no dejó de hablar con mi esposa... me levanté y fui al bar, tomé el celular... le llamé a Samanta.

- ¿Hola?-

- Sólo quería escucharte... quería decirte que... es entre tus brazos donde quisiera estar.

- Te apuesto a que no quisieras estar entre mis brazos ahora... además, tienes buena comida gratis y mucho alcohol. Disfruta Leo, tengo que irme a trabajar. Beso.

Y colgó... así era Samanta...

- Te aconsejo que sigas así... sin involucrarte- Ximena me había seguido hasta el bar - Así pasa siempre, encontramos a una muchachita con quien pasar un buen rato y la botamos, con esas... es aún más fácil, no tienen apego, son mujeres frías pero ¡en la cama! son unas fieras... seguro debes saberlo.

- Con permiso- dije algo ofendida, me tomó de la manga.

- Tengo un proyecto para tí... mucho dinero, prestigio para ambas... sé que te interesará. Es sobre trata de persona.

La miré algo sorprendida, jamás pensé que me dijera eso.

- Sabes que esos temas son intocables- respondí

- Pues a ti y a mi nos garantizan seguridad total, además de un presupuesto indesdeñable, piénsalo Leonora... podrías ayudar a esas mujeres y... hacerte de un buen dinero. Si te interesa, te espero en mi oficina el próximo Lunes a primera hora.

Tomé mi vaso y salí... estaba algo sorprendida, esa era una oportunidad única... podría derrocar algunas redes y brindarles una libertad a muchas chicas... y tal vez, sólo tal vez... Sam podría dejar eso... y yo, ¿podría estar con ella?

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Cap. 7
Por:-Sonia-

- ¿La trata existe?- le pregunté al día siguiente a mi vieja amiga, "LA wera"

- Claro que sí ¿acaso crees que muchas andarían por mero gusto? Está pesado eso... una vez que entras, es bien difícil salir.

- ¿Sam está dentro?- le pregunto nerviosa.

La wera me mira, me sonríe cómo compadeciéndome: - Sí y no-

- Háblame claro- le digo

- Hace tiempo dejó de hacer por obligación a un patrón... ahora lo hace por necesidad... pero bueno, es difícil salirte cuando, tu patrón es padre de tu hijo.

- ¿El padre dle hijo de Sam es el lider de los tratantes?- digo asombrada

- Así es y uno de los nexos más importantes con una red de trata bien importante... no te metas en esos asuntos mi Lic, vas a salir bien raspada.... No te metas con Sam, es peligrosa.

La miro sonriendo y la abrazo.

El Lunes a primera hora estaba en la oficina de Ximena.

- Estoy dentro... ¿qué es lo que vamos a hacer?-

- NEcesitamos informantes... pero que sean pesadas, piezas fundamentales en la red, te sugiero que sigas con las Jornadas por un año más y vayas localizando las piezas... en base a eso iremos formando nuestro plan de acción, el proyecto ya está, los recursos también. DEbemos de armarla en grande ¡Eh!

Trabajando con mi ex rival... para derrocar a mi otro ex rival.

Pero tal vez, eso ayudaría a Samanta... sólo por ella.

Por la tarde se convocó a las antiguas alumnas a una reunión, les hablé de que las Jornadas se abrirían de nuevo, pero esta vez les ayudaríamos en terminar la escolaridad que habían dejado trunca y brindarles herramientas cómo nuevos idiomas o nuevas tecnologías.

- ¿Así qué estarás otro año por acá?- preguntó Sam mientras me tomaba de la cintura.

- ASí es-

- Que bien... además, el salón de panadería siempre estará disponible.- dije pícaramente.

Y... nos volvimos a meter en ese salón. Samanta me volvía loca, si ella me hubiera pedido cualquier cosa mientras teníamos ese sexo tan placentero... se lo hubiera concedido.

Las nuevas Jornadas empezarían en unas semanas, los detalles se estaban afinados y aprovechando la soledad de los salones, Samanata y yo... invadíamos esos rincones, con lujuria, con placer... con nuestros cuerpos desnudos disfrutándose una y otra vez.

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Cap. 8
Por:-Sonia-

¿Artes? Así es... esa mañana esa palabra me dió una bofetada, al parecer Ximena le había dado un pequeño trabajo a mi esposa para que fuera la profesora de artes.

¿Trabajar con ella? No, no, no... ¿tenerla junto a Sam? Esa Ximena quería joderme en grande y estaba a punto de lograrlo.

El primer día de las Jornadas llegó, cuando finalizó la ceremonia... Sam se acercó a mi, yo estaba con mi esposa.

- Hola Leonora ¿quién es?- preguntó curiosa

- Es mi ... esposa...- respondí titubeando

- ¿Te llama Leonora? ¿Te conoce?- preguntó mi esposa

- Ella es Samanta... es... es-

- Una amiga- interrumpió Sam- mucho gusto, ella habla mucho de tí.

- De usted, ya que seré su profesora, creo que lo correcto no es tutearnos y con permiso, tengo que atender otro compromiso- me dió un beso en los labios y se fue.

- ¿Cómo la soportas? ¿Eres igual que ella?- me preguntó Sam

- No lo sé, dimelo tú - respondí

Ella me miró y alborotó mi cabello- Para mi eres muy especial Leo-

No pude decir nada, estaba tan enmimismada... tan casada con ideas estúpids sobre moral y ética... buenas constumbres y depender de lo que la demás gente dijera de mí. Tenía un puesto importante... una reputación que debía mantener.

Y así, de la nada... Sam tomó mi mano, volteó a verme y me sonrojé, lo sentí, era algo tan extraño... sentirla así.

Samanta, si tan sólo... las dos estuvieramos en diferentes lugares... en distintas profesiones.

Samanta, si tan sólo no fueramos tan distintas. Yo... yo... le gritaría a todo el mundo que estpy enamorada de tí.

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Cap. 9
Por: -Sonia-

Con mi esposa trabajando en el mismo lugar que yo, a veces era complicado tener una de nuestras interesantes sesiones con Sam, más no era imposible.

ME hacía adicta a Samanta, a sus besos, caricias... a su presencia que alegraba cada uno de mis días, ya no sólo era sexo, a veces sólo nos veíamos en un salón vacío a besarnos, abrazarnos...

Así era todo con Samanta, no sabía cómo nombrarlo, no sabía como reaccionar, dentro de mi... sabía que estaba enamorada de ella, pero no podía externárselo.

Así pasaron unos 2 meses, aquella tarde, comí en casa con mi esposa, no había clases y nos tomamos un descanso.

- ¿No saldrás hoy?- preguntó curiosa

- No, tengo pendientes de trabajo que prefiero hacer aquí- respondí algo fría

- Pensé que verías a Samanta, debería de aprovechar hoy que es tu día libre... aunque quizá ella no tenga días libres, ya sabes... - y sonrió de una manera burlona

- No sé a que te refieres.

- Leonora, no me subestimes, querida... Te conozco, y mucho, sé lo que tienes con Samanta, inclusive desde antes de verlas en aquel salón de panadería. Nunca ví en tí tanta pasión cómo con ella.

Me quedé fría y la miré, no se notaba enojada, su rostro no expresaba ninguna cosa... hasta que otra sonrisa burlona se dibujo:

- ¿Ves esto?- dijo mostrando su anillo de bodas- Por esto mismo no me preocupo, yo soy tu esposa y eso nadie lo cambiará... Ella, es una cualquiera y la estás tratando cómo tal... cuando te aburras de ella, la botarás. Para eso sirve ella....

- Cállate- le grité y me levanté de la mesa, tomé mi bolsa y salí... sólo había un lugar donde podría ir. Toqué la puerta, Samanta abrió.

- Mi esposa lo sabe todo- le dije algo preocupada.

- ¿Qué haremos?- me respondió

La miré y acaricié su rostro, la besé en la mejilla, en las manos, ella era tan hermosa:

- No más sexo Samanta- dije decidida

- No entiendo- dice algo confundida

Entonces la beso, la beso de una manera dulce, cálida... la beso y quiero que interprete ese beso cómo lo que es, una declaración de amor... una entrega de mis sentimientos más tiernos, puros.

- Quiero que no nos una sólo el sexo, quiero que... tengamos algo más, te quiero Samanta- le susurro aún con su rostro en mis manos.

Ambas sonreímos y le propongo que vayamos a comer, junto con su pequeño hijo.

Aquella tarde fue por mucho, la mejor que había pasado en muchos años, me sentía con una familia, un hijo hermoso y lleno de vida y una esposa que me amaba...

Ese era mi sueño, desde que yo era pequeña... esa, era la vida que anhelaba, los sueños que me fortalecían. ¿En qué momento me había perdido tanto de ese ideal?

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Cap. 10
Por: -Sonia-

¿Qué tipo de relación llevaba con Sam? Clandestina, era la mejor manera de describirla.

Si bien durante clases nos tratábamos normal, cómo amigas, solía pasar con ella casi todo mi tiempo libre, a veces me quedaba en su casa y salíamos nosotras y su hijo.

Empecé a faltar en casa, mi esposa no me decía nada, ya ni siquiera dormíamos juntas, pero... seguíamos casadas y en mis planes no estaba cambiar eso.

Pasaron 6 meses de la Jornada y me reuní con Ximena para platicar del proyecto, no tenía ningún avance, las chicas no querían hablar.

- El nexo más importante que tengo, es una chica que tiene un hijo con uno de los tratantes- respondí

- ¿La que te estás tirando? Debes involucrarla, no pierdes nada... callejeras cómo ella, hay muchas. Piensa en el proyecto, Leonora-

No respondo nada, no sé que decir... cualquier muestra de afecto hacía Sam, me costaría caro.

- Trataré, haré que ella de algunas declaraciones y convenceré a las otras chicas- me levantó y casi salgo.

- No pierdas la cabeza por ella, es una callejera, se sigue dedicando a venderse en las esquinas... en cambio tú, eres una prestigiosa abogada, si todo sale bien con este proyecto, tu carrera se remontará a lugares más elevados. Piénsalo, ¿quieres perderlo todo por esa cualquiera?

No respondo y salgo de la oficina, voy al estacionamiento, subo ami auto y me suelto a llorar... ¿Ximena tenía razón? ¿Estaba perdiendo todo por un nada? Al final... Samanta nunca dejaría su profesión.

Arranco el auto y me voy a casa de Samanta, ahí está... arreglándose para el trabajo.

- ¿Qué haces?- pregunto algo molesta

- Debo de trabajar... ya he faltado bastante- responde

- No quiero que trabajes más, quiero que lo dejes.

- No puedo Leo, sabes que no.

- Si quieres, puedes.

- Las cosas no son así LEonora, yo... debo cuentas a alguien y si ese alguien no me ve en la esquina...habría consecuencias- mientras dice eso, acaricia el rostro de su hijo, está dormido.

- Pues entonces... dime quién es ese alguien y puedo sacarlo de aquí-

- Es poderoso, no quiero involucrarte- responde, me acerco a ella y la beso

- ¿No crees que estoy lo suficientemente involucrada contigo? Te quiero Samanta, te quiero demasiado que no quiero que te pase algo, deja las calles... ven conmigo, podemos ser felices. Denuncia a ese tipo y serás libre, al fin.

Me mira y vuelve a besarme, esa mirada la desconocía en Samanta, es tierna... dulce, ingenua, es la mirada de inocencia que guardaba dentro de sí. Toma su bolso y sale, me dice que me lleve al niño a casa de la Wera, en realidad, lo llevo a mi casa.

Mi esposa no está y no me interesa, el pequeño duerme junto a mí, se parece a Samanta, es hermoso...

- Eres cómo el hijo que nunca tuve- le digo y beso su mejilla, duerme plácidamente.

Cierro los ojos, pienso en Samanta... ¿qué es lo que haría ahora?

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Cap. 11
Por: -Sonia-

La Ciudad nunca duerme, en realidad sons sus habitantes los que sí.

En esa zona específica de la Ciudad, van algunos de los habitantes que no duermen, que buscan no dormir ... y si lo hacen, quieren hacerlo acompañados.

Paradas en una esquina están unas ofertantes de caricias, de besos, alquilan noches de pasión, horas de sudor y de excitación... a cambio de dinero, te prestan su cuerpo.

En la misma esquina donde ha estado los últimos 8 años, está Samanta... ella es una chica como cualquier otra, esta noche luce una minifalda negra y una blusa escotada del mismo tono, tiene un largo cabello negro chino, esta noche ha estado tranquila, muchos se le han acercado pero se van sin concretar nada.

En realidad a ella ya no le interesa si tiene o no suerte en el trabajo, una dicha particular la ha llenado últimamente y sus ilusiones se han inflamado, ahora es alguien nueva, tiene una nueva actitud en la vida y por primera vez considera el hecho de dejar de andar en las esquinas.

Un auto muy elegante se acerca a ella, la ventana de atrás se abre y reconoce un rostro familiar, le pide que suba y así lo hace.

- ¿Qué hace usted aquí?- pregunta algo preocupada

- Quiero alquilarte por unas horas, para hablar... ¿cuál es tu precio?- le dice

Samanta se siente ofendida y quiere salir del auto...

- Quiero hablarte de Leonora- le dice aquella persona - de mi esposa.

Así es, se trata de la esposa de la nueva ilusión de Samanta, se sienta y no dice nada, deja que la otra hable.

- Samanta, tú eres muy linda y también realista ¿crees que mi esposa te ama?-

Samanta no responde, esas palabras duras no la harán dudar de sus verdaderos sentimientos.

- Responde, ¿te ama? ¿la amas? ¿qué planes tienes juntas? Porque a mi ni de broma me ha pedido el divorcio.

- Yo... la quiero y ella a mí, no tenemos planes, las cosas sólo surgen.

- Claro, claro, claro... ¡Ay Samanta! Pensé que serías un poco más astuta.... ¿sabes del proyecto que tiene mi esposa sobre trata de personas?-

Samanta de nuevo no responde, pero esta vez presta mucha atención... eso es algo que ella no sabía, Leonora no se lo había comentado.

- Así es, Leonora busca mujeres...cómo tú, que testifiquen contra tratantes de blancas, los encarcelan, las liberan y todos son felices. Claro, ella más, le aseguran un puesto importante, más dinero, fama y todas esas cosas que... seguro desconoces o no podrías soportar.

Samanta se siente ofendida, pero... sabes que es la verdad, jamás tendrá la clase ni la educación que tiene la mujer con la que está sentada.

- ¿Y sabes cuál es la mejor parte? Que si ella gana ese proyecto, jamás dejará a su esposa... mucho menos por una... callejera. En este mundo todas son apariencias y, seamos sinceras, ¿quién muestra mayor clase? ¿tú o yo? Admito que Leonora busca en tí lo que yo hace años le dejé de dar... pero, sólo es eso. Cuando lo obtenga y se harté, te botará. Te lo puedo apostar.

Samanta ahora siente que se marea y le pide que la regrese al lugar donde la recogió. Así lo hace esa mujer.

- Piénsalo Samanta, piensa que es lo que quieres y que es lo que verdaderamente obtendrás.

Samanta ahí se queda, triste, quiere llorar... pero las calles no perdonan la debilidad, un auto se acerca, un hombre le rpegunta el precio y al parecer llegan a un acuerdo.

Samanta sube al auto de aquél hombre, quiere olvidar el trago amargo que acaba de vivir, cierra la puerta y comienza a trabajar... Ahí van sus ilusiones, en gemidos fingidos, sudor chocante... caricias que la asquean...

Pero, eso es lo que ella es... al menos, de eso se convence.

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Cap. 12
Por: -Sonia-

Pasan otro par de meses, notaba a Samanta un poco distante, alejada... ¡qué ganas de darle toda mi calidez!

Era un Domingo cualquiera, su hijo estaba con La Wera y Sam y yo, estábamos en su casa, en su cuarto, en la cama de ella, donde nos habíamos compartido tantas veces más.

- Leonora, quiero preguntarte algo- me dice

Aún desnudas, envueltas en una sábana, acaricio su cabeza y beso su frente...

- ¿Dejarías a tu esposa por mí?- pregunta muy segura

No sé que decir, cierro los ojos y sólo digo: - Es complicado-

Se hace un silencio incómodo entre ambas... ella se levanta y me mira.

- ¿Cómo puedo dar mi declaración para lo de tu proyecto? Quiero testificar- dice

- Sam, no tienes que...

Me besa y no me deja continuar hablando... Se acerca a mi oído y me susurra...

- ¿Recuerdas lo que te dije del amor? Bueno, a mi todos me dicen que me dejarás y he decidido no escucharlos, he decidido arriesgarme y escucharme... ¿sabes lo que escucho? que te amo y que sé, que tú me amas... es raro, nunca me había sentido así, pero es contigo con quien quiero estar, LEonora.

No sé que decirle, más bien sí... quería decirle que eso mismo sentía, que aunque todos me dijeran que ella era sól una cualquiera... yo la amaba, la amaba más que a nadie en este mundo, nunca me había sentido así, nunca lo haría más... con ella es con quien quería estar. Pero, no se lo digo... sólo la abrazo fuerte y la beso.

- Samanta- le susurro y vuelvo a besarla, acaricio su rostro...

- Leonora- sonríe y me besa, bajando suavemente la sábana por su cuerpo, mostrándomelo... ese cuerpo hermoso, adictivo.

Se pone sobre de mí y me toma de las manos, no quiere que me mueva mientras ella recorre mi cuello hasta llegar a mis hombros, mientras con sus labios baja hasta llegar a mis senos, sin reservas los prueba, los muerde... los saborea y me quedo indefensa ante lo que ella quiere, ante lo que ella desea....

Suaves gemidos salen de mi boca ante este primer acercamiento de su cuerpo al mío, mi piel se eriza con el contacto de la suya, esta sobre de mí, besándome, recorriendo con su lengua mi torso... me suelta las manos, mientras ella baja lentamento por mi abdomen, esa lentitud me hace enloquecer, sabemos lo uqe va a pasar ¿porqué no apresurlarlo?

Baja, baja... su mirada se posa en aquel lugar que la invita a probarlo, estoy muy húmeda, su sola presencia me pone así... me invade de repente y tiene que hacer algo al respecto, lo hace... baja su lengua hasta ese botón que parece borrar el entorno y me hace concentrarme en ella, en sus ojos mirándome desde abajo... mis manos acarician su cabello, lo acomodan para mirar su rostro, la mirada de satisfacción que me regala.

Ahora es su lengua la que en la incipiente búsqueda de devorar esa humedad, la propicia, la aumenta en cada uno de esos movimientos, no puedo más con ese placer, acaricio su cabello y restriego un poco su cabeza hacía mí, quiero que... me devore por completo, quiero saciar la sed que tiene con el néctar que estaba a punto de liberar mi cuerpo excitado.

Gimo más fuerte, grito... ahora son sus dedos los que me buscan por dentro, me embisten ante una excitación que parece no tener final... pero ella y yo sabemos que si lo hay, es lo que buscamos, aquél final que es sólo el principio de el clímax. Lo siento, se adueña de mi ser, siento espasmos en aquella zona donde ella, extranjera, visita. Siento mis extremidades entumecerse, mis labios superiores se secan ante la humedad de aquellos inferiores.

No puedo resistirlo más, no debo... me libero en ella, noto su mirada, está complacida... pero, la más complacida soy yo.

Así pasamos esa noche, sintiéndonos y teniendo más y más clímax... me encantaba llenarme de su esencia, de su ser... la amaba, de eso no había duda.

Pero, qué lástima que no pudiera decírselo...

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Cap. 13
Por: -Sonia-

Recuerdo esa tarde, acompañé a Samanta a la estación, para que dijera todo lo que sabía...

"Cuando lo conocí, yo tenía 15 años... no sabía en realidad lo que era la vida, él iba a visitar la panadería de mi mamá, me regalaba cosas... nos besamos algunas veces, pero él siempre me respetó.

Cuando tenía 16 años, me escapé de mi casa con él, estaba ilusionada, me sentía invencible y creía que con amor todo lo lograría.

Así pasaron 2 años, fuimos muy felices y yo llegué a amarlo en verdad... pero, él comenzó a involucrarse en otros negocios, comenzó a frecuentar bares y lugares clandestinos, quizá siempre lo había hecho, pero nunca lo noté... hasta que, un día, llegó muy borracho con algunos de sus amigos y... me obligó a estar con ellos.

Así fue durante varias noches, él dinero no alcanzaba en casa y tenía que trabajar para mantenerme, intenté escapar varias veces, pero no tenía donde ir, después de eso...me llevaba a bares, donde me ofrecía y así terminé siendo una más de las suyas.

De los bares a las calles no hay mucha distancia, así fue cómo comencé a estar en las esquinas, él me cuidaba, ahora él se encargaba de mi seguridad y de la mayoría d elas chicas de ahí, seguíamos viviendo juntos. Dos años después, terminé embarazada.

Durante mi embarazo fue cuando me di cuenta de lo que él era, supe de las chicas que engañaban para venderlas, de las chicas que tenía amarradas y encerradas contra su voluntad, algunas las torturaban, las violaban e incluso las mataban.

Horrorizada le dije que quería irme, que ahora que teníamos un hijo debía irme... él me dejó ir, viví un tiempo sola, pero nunca encontré un trabajo, así que regresé a las calles... él seguía cuidándome y mantiene a mi hijo, aunque nunca lo ha visto.

Puedo decirle que es bueno, pero la verdad es que no, muchas chicas están bajo su poder, las maltrata...las vende... así cómo lo hizo conmigo...

Creo que el único delito que cometí, fue enamorarme de la persona equivocada..."

Ese fue el testimonio de Samanta, sentí un nudo en la garganta, ahora entendía muchas cosas de ella, seguido de eso... mencionó el nombre de lugares donde aquel tipo trabajaba, mencionó nombrs de chicas que trabajaban para él y podían ratificar ese testimonio.

El pryecto se iba consolidando.

Salimos de aquel Juzgado y la llevé a comer:

- No me gusta recordar eso ¿sabes?- me dijo

- Lo lamento Samanta... eres muy valiente- le dije y besé su mano.

- Tú me das la fuerza que se necesita, gracias Leonora, ahora veo el mundo distinto... te amo- me sonríe

Samanta, si tan sólo supieras que ... la valentía que a ti te sobra, a mi me falta, me falta valentía para dejar todo mi trabajo y familia atrás... yser feliz contigo, mi amor... Pero, ahroa más que nunca, necesitaba mantenerme en el lugar correcto, el proyecto iba viento en popa.

Tal vez, después...

Cualquiera
Cap. 14
Por: -Sonia-

Después de que Samanta testificó, juntar el testimonio de las otras chicas fue tarea dificil, pero, ella mismo se reunió con cada una de ellas para invitarlas.

- ¿No quieren dejar de hacer esto? O mejor aún ¿no quieren hacerlo para ustedes? Sin que le tengan que pagar a un parásito que vive de las regalías de su cuerpo?-

Muchas se mostraban dispuestas, otras no... parte del proyecto era brindarles la atención médica, psicológica y legal que pudieran necesitar, así lo hicimos, ahora eran más de 60 los testimonios que habíamos recolectado.

- Te estás metiendo en terreno peligroso mi Lic- me dijo aquella tarde la Wera

- ¿A qué te refieres?

- Ya todos saben lo que estás haciendo... también yo sé que tú estás bien protegida, pero ¿y las muchachas? Me llevaré al hijo de la Sam, voy al pueblo de mi mamá... las cosas se ponen densas y es mejor prevenir... cuídate, pero sobre todo, cuida a la Samanta, está dando su vida por tí.

Abrazo a la Wera, Samanta le había dejado que se llevara a su hijo por unos meses, en lo que las cosas se calmaban, no quería que pasara ningún peligro.

Samanta dejó las esquinas, le alquilé un nuevo departamento, en realidad ahí vivíamos las dos, aunque a veces... tenía que quedarme en casa, Samanta comenzó con un pequeño negocio de pasteles y repostería.

Le sugerí que se hiciera promoción entre mis amigas y amigos, algunos la recibieron muy bien... pero también, la rechazaron.

¿La razón? Mi "flamante" esposa, habló con ellos y les dijo a lo que se dedicaba Samanta antes.

- ¿No van a querer un pastel hecho por una callejara, verdad? ¡Vayan ustedes a saber donde metió esas manos!- esas fueron las palabras exactas que usó.

Pero... aún así, Samanta no se desanimaba, seguía vendiendo y haciendo esos pasteles que le quedaban deliciosos.

Las Jornadas al fin terminaron y logramos 110 testimonios sobre trata, eso era lo suficientemente grande para presentar.

Ahora se venía lo mejor, redactar todo el proyecto finalizado...
Cualquiera
Cap. 15
Por: -Sonia-

Redactar el proyecto no se veía dificil, olvidé la parte en la que trabajaba con Ximena... lo que significaba, pasar mucho tiempo con ella, en su oficina, soportando su odiosa cara.

Mi ilusión era que Samanta dejara de trabajar en eso, que pudiera poner un negocio propio y no se viera inmersa en eso nunca más, quizá... después, ella y yo podríamos estar juntas. Eso es lo que quería, estar con ella.

Redactamos el proyecto y ahora le tocaba a Ximena presentarlo ante sus compañero diputados y llegar a una media, en la cual se ejecutara una acción.

Así que, sólo restaba esperar.

Aquellos días viviendo con Samanta, eran los mejores, cómo ya no tenía trabajo, me la pasaba con ella... amándola cada día más.

¿Mi esposa? Bueno, ella realmente no figuraba en mi panorama, no ahora... cuando la felicidad embargaba cada uno de mis sentidos y Samanta era quién lo producía.

Samanta, Sam, su sólo nombre me hacía temblar ¡imaginen cuan enamorada estaba!

Así que, decidí adelantar una Luna de Miel, de improviso ella y yo fuimos a visitar a su hijo, en casa de la mamá de la Wera, era un pueblo cercano a la playa, planeamos quedarnos ahí cerca de un mes.

Fuí a mi casa y tomé mis maletas:

- ¿ Te vas con ella?- preguntó mi esposa

- Regreso en un mes- respondí - quizá quieras irte.

- ¿Bromeas? Me quedaré, me quedaré aquí hasta que te canses... el gusto con esa no te durará tanto- dijo y me di la media vuelta.

Tomamos el avión Sam y yo... nos dirigimos a ver a su hijo y a relajarnos de la tensión que nos había embargado ese año.

Samanta, la playa, un paisaje encantador ¿qué más podía pedir? Si esa no era felicidad... no sé lo que sería.

Esa noche, mirando la Luna desde la hamaca donde ambas yacíamos desnudas lo decidí: pediría el divorcio y perseguiría mi verdadera felicidad.

Pero obviamente, sería una sorpresa para Samanta.
Cualquiera
Cap. 16
Por: -Sonia-

Aquel paisaje paradiasico, me resultó el mejor que pude haber tenido en toda mi vida, nunca había tenido unas vaciones así de encantadoras, quizá porque ahora estaba con las personas con las que realmente quería estar.

Llevábamos cerca de 3 semanas ahí, decidimos alargar nuestra estancia... pero, recibí una llamada:

- Deja a tu callejera y regresa a la Ciudad, mañana por la noche se hace la redada para detener a los tratantes, quiero que vengas sola, LEonora- era Ximena, colgué el teléfono, Sam estaba conmigo.

- ¿Era tu esposa?- preguntó nerviosa

- No, era sobre el proyecto... mañana empiezan los operativos para detener a los tratantes. Al parecer los intereses se movieron y tenemos completo apoyo- dije con voz nerviosa - Debo irme, en cuanto esto termine... regresaré.

- Voy contigo- dijo Sam, pero se lo impedí... tomé mis maletas, la besé y me fuí.

- Regresaré por tí, para ser felices...

Llegué a la Ciudad, primero a la oficina de Ximena, me explicó toda la situación... el primero en caer sería el papá del hijo del Sam.

- Seguro querrás presenciar eso, tenemos primera fila mañana... a las 8, pasaré por tí- dijo y me fui a casa.

Estaba nerviosa, no pude dormir... miraba hacía la ventana, fumaba y la tensión acababa conmigo, no dormí nada y por la mañana sólo me angustié más.

- Estoy afuera de tu casa- era Sam, salí y la abracé, la besé

- Es peligroso, debiste quedarte allá-

- No te dejaría sola, no después de que te estás arriesgando por mí.

Nos fundimos en un abrazo, la llevo a desayunar y vamos a su casa, necesitaba de su cuerpo, de sus caricias... la necesitaba a ella.

- Samanta, hazme el amor... quiero estar entre tus brazos, quiero olvidarme de todo...- le susurro

Aquella tarde, en los brazos de Samanta, encontré mi verdadero lugar... mis verdaderas ganas de vivir, en el calor de sus labios hallé aquella temperatura en la cual mi cuerpo despertaba.

- Te amo- le susurro en el oído, ese sonido se diluye entre gemidos...pero sé que ella me ha escuchado, me ha sentido y lo ha notado.

Después de esa tarde que lucía imparable, me visto y me voy a mi casa... Ximena pasa puntual por mí y vamos a uno de los bares, hay muchos elementos de polícia.... nos mantenemos en el auto, fueron las indicaciones del capitán.

8 en punto, los elementos entran en acción, gritos, gente corriendo... disparos, aquellos minutos me parecieron eternos...pero... de repento lo veo salir, es él... esposado y custodiado por elementos de policía lo suben a una de las patrullas, Ximena arranca, saco u cigarro, le ofrezco otro.

Al fin... vería la cara de ese bastardo.
Cualquiera
Cap. 17
Por: -Sonia-

Llegamos al Ministerio... Ximena y yo nos presentamos y procedemos a remitir las acciones que fueron expedidas de acuerdo al proyecto.

Lo miro por primer vez, cara a cara... se sonríe:

- ¿eres las que se está tirando a Sam? Veremos cuanto te dura el gustito- exclama...

Después de esa noche, una importante red de trata fue descubierta y todos fueron encarcelados, muchas chicas quedaron libres y recibimos felicitaciones de muchas partes.

Ximena me da un sobre, es una cena de gala con el Gobernador, al parecer festejaran el éxito de las dos.

- Hagas lo que hagas, no lleves a la callejera- dice

- Se llama Samanta- le respondo

Voy al departamento, Samanta me espera y me muestra el periódico, la noticia da la vuelta al país y al mundo entero, mi nombre aparece, mi foto también.

- Me siento orgullosa de tí- me dice y me abraza

- No hubiera hecho nada sin tí, así que prepárate... mañana habrá una cena muy elegante, quiero que te veas muy linda. El chofer pasará por tí a las 10.

Ella me sonrié, nos besamos y nos vamos a dormir... esa noche hacemos el amor, la siento conmigo, la siento así... cerca, mía.

- Mi Samanta- susurro...

Al día siguiente debo preparar algunos pendientes en la oficina, después voy a casa a vestirme y arreglarme... mi esposa no está en casa.

Llamo al chofer y le doy indicaciones de que pase por Samanta en punto de las 10.

Tomo mi auto y me voy a la cena... si tan sólo hubiera sabido...
Cualquiera
Cap. 18
Por: -Sonia-

Samanta se mira en el espejo, son las 9:55 pm, ya debe de bajar... el chofer seguro espera por ella.

Se mira, sus chinos se han acomodado perfectamente, caen libremente por su cabeza hasta llegar a sus hombros, el maquillaje es discreto. Sus viejas amigas estilistas hicieron un buen trabajo.

Mira su vestido, es largo y negro, no es escotado y luce elegante con una pequeña chalina en sus hombros. Samanta se siente otra, al fin no se ve en el espejo como una ... prostituta.

- Ese pasado quedó atrás- dice

Piensa en Leonora, su amante, el amor que la vida se encargó de darle en situaciones extrañs, pero es el amor más grande que ha tenido y, junto a su hijo, son las personas más puras en su vida, las que le generan esos sentimientos que había creído jamás tendría.

Se cerciora de apagar las luces y cerrar la puerta con llave, baja las escaleras y el chofer le abre la puerta amablemente.

Se sienta en el asiento de atrás y alguien la saluda:

- Buenas noches Samanta, luces linda... aunque lo callejera nadie te lo quitará por más vestidos, por más maquillaje- se escucha una risa... esa voz es de...

-¿ Qué haces aquí- pregunta Samanta

- Voy a la fiesta con mi esposa, pero tengo unos asuntos pendientes... tú...

Samanta de nuevo no dice nada, aquella mujer con toda su clase, su porte y con toda su educación la opaca, es hermosa y culta, tiene elegancia natural... y Samanta, es sólo una callejera.

- ¿En serio creiste que Leonora estaría contigo?- aquella mujer vuelve a reir y le muestra el anillo que tiene en su mano - Tengo este añillo desde hace años... ¿tú que tienes? Sólo recuerdos fugaces... ¿no lo entiendes? ¿que haría LEonora contigo? ¿Casarse? - vuelve a reir. - No era nadie Samanta, ni siquiera terminaste la escuela, tu lugar es la calle , camas de hotel y de vez en cuando ... podrías estar con Leonora. Pero, entiende... la esposa soy yo.

Samanta siente algo romperse... auqella mujer tenía razón, se suelta a llorar... Samanta comienza a creer que si historia es cómo la de la Cenicienta, aquella mujer es la madrastra malvada que quiere evitar su felicidad, arruinando su maquillaje, arruinando su vestido... el auto se detiene, la esposa de Leonora abre la puerta y le dice que se baje.

- Si Leonora en verdad te ama... dejara su elegante cena por rebajarse a tu esquina- se escucha que la puerta se cierra, el auto arranca y deja a Samanta ahí, sola... en esa esquina que durante años le sirvió de lugar de trabajo.

Toma su celular y escribe un mensaje...

"Estoy en mi esquina, aquí te esperaré para que me lleves contigo... No tardes"

Samanta mira su celular con esperanza, con impaciencia... espera una señal, mira hacía la calle, espera que un auto se acerque y su verdadero amor la saque de esa calle que ahora le es hostil.

PAsan minutos y casi una hora se ha cumplido... Un auto se acerca a ella, sonríe... al fin llegó.

El auto se estaciona frente a ella y la cara de Samanta ahora es de sorpresa...
Cualquiera
Cap. FINAL
Por: -Sonia-

Miro mi reloj, pasan de las 10... Samanta debería estar aquí, sonrio y hablo de palabras tontas con aquellos invitados de esa farsa.

Alguien me toma por la cintura:

- Llegaste- susurro

- Así es amor- ella no es Samanta, es mi esposa.

- ¿Dónde está Samanta?- preguntó enojada.

- Olvídala y más vale que disfrutes tu noche- me dice mientras me toma de la mano, la suelto y voy al baño.

REviso mi celular, tengo un mensaje de SAmanta... debo ir por ella, salgo y de nuevo mi esposa me toma de la mano, esta vez Ximena la acompaña... junto al Gobernador, me invitan al podio.

- Es una sorpresa- dice el Gobernador

- PEro yo...- ni siquiera puedo terminar la frase, soy obligada a pasar al frente de toda esa hipocrecía, de toda esa falsedad.... Ximena habla de un proyecto que le llenó la vida. Esas son puras mentiras.

Me toca hablar y sigo el mismo discurso que Ximena, falso... pero bueno, sólo esa noche, después de eso... pediría el divorcio y al fin podría vivir con Sam, en la playa... ¡Ya hasta la casa tenía!

El gobernador se acerca y me saluda y hace un anunció:

- Me complace anunciarles que Leonora es ahora la encargada de la Secertaria de DErechos Humanos-

Miro a Ximena, levanta su copa y me sonríe... ¡Me acababan de dar el puesto que había soñado durante toda mi vida! Mi esposa se acerca y me besa, todo el mundo me felicita...

Y en ese instante... me olvidé de Sam por un momento, me cegué por el egoísmo y... me dejé llevar. Caro lo pagué.

No podía dejar la fiesta así, esperé a que terminara y abordé mi auto, mi esposa subió... estaba algo alcoholizada, así que antes de ir por Sam, la dejaría en casa. Trataba de localizar a Sam, pero no contestaron.

Dejo a mi esposa, la recuesto en la cama y junto a ella pongo un sobre donde está la demanda de divorcio, salgo y voy por Sam, la busco en la esquina... no está, la busco en su casa, no aparece.

¿Dónde podría estar? Regresé a nuestro departamento y no había nadie, algo no andaba bien... sentía algo raro, tomé una copa de vino y me senté en la sala a esperar... el timbre sonó desesperadamente, era de abajo, hablé por el interfón y nadie contestó. Bajé desesperada... algo, algo no iba bien.

Tumbada junto al edificio, estaba alguien... me acerqué, no podía creerlo... era... Samanta, creo que en ese momento mi vida se detuvo, al verla así, lastimada... golpeada, llena de sangre. Tomé mi auto y la llevé al hospital, no reaccionaba para nada.

- Resiste- le susurro antes de que la metan a la sala de urgencias, siento como aprieta mi mano con la suya y la camilla se aleja....
Cualquiera
FINAL 1
Por: -Sonia-

Pasan horas, una doctora sale a verme:

- ¿Es usted familiar?

- Sí, soy su... prometida- respondo

- Lo lamento, sufrió heridas internas muy graves, al parecer fue golpeada y también hay indicios de violación, pues tiene desgarres internos. La verdad, esta noche será la última... puede pasar, esta un poco consciente.

No... es lo único que mi mente repetía, a Samanta no le había pasado eso... NO... si tan sólo yo...

Entro y la miro, tiene la cara hinchada y su cuerpo tiene moretones, la abrazo y beso su frente, ella me mira y sonrie...

- Te esperé- alcanza a susurrar...

No puedo decirla nada, todo era mi culpa, si hubiera tenido la valentía de ir por ella, de dejar a todos e ir por ella...

- Cuida a mi hijo...

- No hable Sam, debes reponerte, debes estar bien para que vayamos por él.

- Te amo- veo una lágrima correr por su mejilla y su mano se vuelve liviana..

-No- es en lo único que pienso al verla ahí... al amor de mi vida morir junto a mí, por mi culpa.

La abrazo hasta quedarme dormida, alguien llega a moverme... es Ximena.

- Lo mandaron a hacer- dice

No sé ni de que me habla, los servicios funerarios se preparan y aprovecho mi poder para que me sean entregados... no hubo ceremonias ni nada, sólo yo fui a incinerarla y tomé las cenizas conmigo.

Preparé mis cosas, mi esposa cedió al divorcio después de una jugosa oferta y... logré saber quien había sido el responsable de todo. Lo adivinaron, fue ese bastardo... me encargué de usar mi nuevo puesto para que obtuviera su merecido.

Fui por el hijo de Sam, llevé las cenizas al mar y entre los dos las esparcimos... eso le hubiera gustado. Dejé al niño con La Wera y me hice cargo de su manutención, ahora ellos viven en la casa que había comprado para nosotras y el pequeño.

Mi nuevo puesto era fascinante... poder y dinero... pero una increible soledad, eso fue lo que obtuve al final.

Todos me decía que Sam era una cualquiera, pienso que ella fue extraordinaria, se atrevió a amarme como nunca nadie me amó.

Si hablamos de cualquiera, la cualquiera soy yo... en esta oficina, en este puesto... en esta vida de cualquiera, por seguir los consejos de otros cualquieras... deje ir lo más hermoso que pude tener en esta vida, a ella... a Sam... a quien curiosamente, le llamaban cualquiera.

Comentarios

  1. Siiii... me gustó, como me han gustado todas tus historias, pero me gusta mas el final feliz :)

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  2. Imaginas quien soy querida Sonia?

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  3. Vivo en un lugar lejano a Mexico, pero siempre te envio saludos desde acá ;)

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  4. Andrea Mendoza12.11.13

    me encantó... es odioso como ponen etiquetas a la gente tan fácilmente! ..

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  5. me gustan mas los finales felices, pero de nuevo Sonia, excelente historia cuando leo no las puedo dejar hasta que termina, te felicito!!

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  6. Anónimo7.2.14

    tus. historias me cautivan de prencipio a fin gracias sonia

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  7. Anónimo11.5.14

    Una historia muy interesante y realista! Gracias Sonia por compartirlas con nosotras saludos...

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