SIN (PECADO)



Por: - Sonia-

Siempre me he sentido orgullosa de lo que soy, de lo que hago, aún cuando mis orígenes son humildes, siempre he tenido grandes valores y escrúpulos intachables.

Eso me diferencía de los demás, soy una mujer muy familiar, amo a mi padre, pero sobre todo, a mi hermano, sin él, realmente no sé que haría.

Pero, hay una parte de mí que está escondida detrás de esa máscara, muy en lo profundo de mí lo sé, soy egoísta al igual que cualquiera y si mi bien dependiera de dejar a un lado a mi familia, lo haría sin chistar.

Lo haría, lo hice... ¿qué diferencia hay?

Esta historia se sitúa en una ciudad cualquiera, en mi situación, que puede ser la misma que le pase a alguien más... Pero, nunca nadie entendería lo que significo. Por eso lo escribo, debo hacerlo para que no desaparezca, quiero que esta historia no pase desapercibida.

Tomo comenzó una tarde de Febrero, al igual que siempre, me encontraba en el negocio familiar, el que nos proveía todo y a la vez que el me asfixiaba, éramos los tres en esto: mi padre, mi hermano y yo, la única mujer en la familia. ¿Mi madre? Ella realmente no importaba.

Esa tarde de Febrero llegó, mi hermano había dicho que tendría una sorpresa y... ¡vaya que lo fue!

Mi hermano llegó, me saludó, junto a él venía alguien que ni siquiera noté, estaba al pendiente de unas cosas en el monitor.

- ¿No vas a saludar?- me dijo molesto mi hermano.

- Hola- dije sin levantar la vista y tomé del coco que estaba comiendo.

- Mucho gusto- dijo una voz, era obvio que no era uno de aquellos vagos a los que llamaba amigos, era voz de una mujer...

- Es Fernanda, mi novia- dijo mi hermano, levanté la vista y... me capturó, alta, delgada, cabello corto y color café, era blanca pero con una sonrisa que no olvidaría en ningún instante.

- Ho... ho... hola- dije titubeando, una mujer había logrado eso, en mí - ¿Quiéres coco?- pregunté tontamente, ella sonrió y tomó de la bolsa.

Comimos dos bolsas en total, hablamos de... realmente ni lo recuerdo, sólo quería escucharla hablar, reir, sólo quería sentir su mirada en mí, esa mirada que me ponía nerviosa, que me hacía sonrojar.

- Eres muy graciosa y bastante agradable- me dijo

- ME alegra que se lleven bien, a final de cuentas... ella es mi chica favorita- le dijo mi hermano a Fernanda y me abrazó - La única que siempre ha estado conmigo.

No saben cuanto adoro a mi hermano, no lo imaginan... pero en ese momento, me sentí incómoda, quería que ella... no fuera la novia de mi hermano.
Sin (Pecado)
Cap. 2
Por: - Sonia-

- ¿Y bien? ¿Qué tal te pareció?- me dijo mi hermano esa noche, mientras cenábamos. Yo no podía apartar de mi mente a su novia, me había encantado desde ese primer momento.

- Es simpática- respondí sin pensarlo mucho, ocultando mi interés por ella. - ¿Cuánto llevas con ella?- pregunté

-Alrededor de un año- respondió - Ella es de quien tanto te he hablado- dijo mientras me guiño el ojo.

Así es, mi hermano era mi mejor amigo, ambos éramos confidentes y sabíamos todo de nosotros, la situación era un tanto complicada.

Mi madre nos había abandonado, el era un niño y yo, cómo hermana mayor, ayudé a mi padre a sacarlo adelante, lo amaba muchísimo, mi hermano era la persona más importante para mí y sé que yo para él también. Cuando le confesé sobre mi lesbianismo, me apoyó en todo y guardamos el secreto de mi padre moralista; él y yo teníamos un pacto: Vivir juntos alguna vez.

Así de unidos éramos, sabía que mi hermano tenía problemas para relacionarse con mujeres, lo de mi madre representaba una traba emocional muy fuerte, cuando comenzó a hablarme de su novia, me sentí dichosa de que compartiera con alguien esos demonios que lo atormentaban.

Pero, nunca pensé que esa persona que describía cómo maravillosa, hermosa, gentil, inteligente y perfecta... En realidad, lo fuera.

Pasaron los días y Fernandad seguía en mis pensamientos, en mis sueños... debía volver a verla a cómo diera lugar.

La oportunidad se dió, uno de los mejores amigos de mi hermano (y mío) nos invitó a su fiesta de cumpleaños, ¿lo malo? Invitó a Ivone, mi ex novia (quien trabajaba en el local familiar).

Llegué sola a la casa y de entre la multitud, ella figuró, tenía un vaso en la mano, junto a ella, estaba mi hermano. Me acerqué a saludar y ella me dió un tímido beso en la mejilla.

-Hola- susurró.

No dejaba de sonreir cómo tonta, hasta que alguien me tomó por la cintura. Era Ivone.

- ¡Viniste! - dijo Ivone y me besó en la otra mejilla. No podía decir nada.

Aquella noche fue extraña, ni siquiera bebí demasiado, buscaba a Fernanda con la mirada, a veces nos encontrabamos y ella me sonreía. Ivone no me dejaba en paz y me había besado en varias ocasiones esa noche.

Salí a comprar cigarros (en realidad me escondía de Ivone) , fumaba afuera de la casa y alguien se sentó junto a mí.

- Fernanda- dije

-¿ no disfrutas de la fiesta?- preguntó- parece que te escondieras de ... tu novia.

No podía creer que lo hubiera dicho, la miré y respondí -Ella no es mi novia-

-Disculpa, en verdad perdón, pensé que tú y ella, bueno, que tú.

- Sí, soy lesbiana- dije y sonreí.

Ella me miró asombrada y sonrió. Algo pasó en ese momento. Algo indescriptible.
Sin (Pecado)
Cap. 3
Por: - Sonia-

Es curioso, cuánto más prohibido te resulta algo, más te atrae.

Eso significaba Fernanda, comenzó a frecuentar el local y a platicar conmigo, pero siempre estaba mi hermano ahí.

ME encantaba, cada día me gustaba más y más, se hacía presente en cada uno de mis pensamientos, de mis sueños, de mis fantasías más íntimas. Fernanda, sólo ella.

Una tarde fatídica, había una tormenta que no me dejaba salir del local, así que me entretenía en la computadora, tocaron la cortina muy fuerte, era mi hermano, completamente empapado y con dos botellas, lo notaba raro, era obvio que algo le pasaba.

- ¿Nos emborrachamos?- preguntó

No respondí, no lo veía bien, su rostro mostraba una tristeza que desconocía, me sentí mal... Cerré de nuevo la cortina y él se tiró al suelo, a llorar... Era la priemra vez en años que lo veía llorar con tal sentimiento, lo abracé muy fuerte y le pregunté que pasaba.

- Me dejó, así sin más...- respondió en un susurro

SAbía que era Fernanda, lo supe desde el principio, sentía mucha pena por mi hermano pero una sonrisa se dibujó en mi rostro. Ahora ella estaba soltera, seguí sonriendo mientras abrazaba a mi hermano.

Tal vez era el momento, ahora no estaba con mi hermano y ella y yo podríamos conocernos mejor.

Bebí con mi hermano esa tarde y por la noche le envié un mensaje a Fernanda, diciéndole que aunque ya no estuviera con mi hermano, me gustaría que ella y yo siguieramos frecuentándonos.

"Nada me gustaría más. Estamos en contacto" Esa fue su respuesta.

Mi hermano seguía sollozando en su habitación, lo escuchaba desde afuera de la puerta, yo abrazaba muy fuerte mi celular.

¿Acaso estaba mal? Yo no había interferido en su relación, quizá ella no era para él. Tal vez, era para mí.

A partir de ahí comencé a mensajearme con ella, hablábamos a diario y por fin, me atreví a invitarla a salir.

- "Te veo en el subterráneo, en las bancas que están ahí."- escribí.

Estaba nerviosa, no sabía que es lo que iba a pasar ¿acaso eso era una cita? Esa mañana no pude concentrarme muy bien en el local.

- ¿Estás saliendo con alguien?- preguntó Ivone

- Eso no te incumbe- respondí tajante

- No puedes salir con alguien y lo sabes... Espero no lo hagas-

La relación que llevaba con Ivone era muy rara, ella había sido mi primer y única novia hasta entonces, la única mujer con la que había estado en mi vida y de cierta manera, la apreciaba. Lo malo, es que nuestra relación de noviazgo no funcionó, todo por sus celos enfermizos y el control que quería imponerme (aún ya no siendo novias) Se había adentrado en la familia y mi padre la quería cómo una hija (obviamente nunca supo nada de lo neustro).

Sí, mis relaciones con mujeres eran bastante complicadas.

En fin, la hora marcada llegó y cerré el local para dirigirme hacía mi cita... Miré el reloj ¡Ya era muy tarde!
Sin (Pecado)
Cap. 4
Por: - Sonia-

Mi fiel hábito de llegar tarde, pero bien dice que lo bueno, tarda.

Llegué corriendo al sibterráneo, llegaba 10 mins tarde, no sabía si ella se había ido o me había esperado.

Miré a lo lejos las bancas, ahí estaba, radiante... parecía sobresalir de la multitud, miraba hacía todos lados, su mirada, su cabello, su rostro. Me fascinaba ella por completo.

Me acerqué y la saludé, me sonrió y esta vez me abrazó muy fuerte, la abracé de vuelta y estuve sintiendo su calor, percibiendo su aroma por unos instantes.

- Gracias por esperar- dije

- No sabes las ganas que tenía de verte- respondió y nos separamos, le pregunté donde quería ir y respondió que por un café. Tomamos el subterráneo y nos dirigimos al Centro de la Ciudad, me sentía nerviosa caminando junto a ella, quería tomarla de la mano. Volteaba a verla de reojo y ella lo notaba, me sonreía y seguimos nuestro camino.

Llegamos a mi cafetería favorita, era en un antiguo edificio del Centro, ordenamos algo de beber y comer, realmente no sabía de que hablarle.

- ¿Te ha preguntado por mí?- preguntó

- No, el no sabe que hablamos, muchos menos que somos ... amigas- respondí

- ¿Amigas?- dijo ella - ¿Eso quieres que seamos?- preguntó

ME puse nerviosa, ¿acaso notaba lo mucho que la deseaba? ¿Ahora que pasaría? No contesté nada, tomé un sorbo de café y desvié la mirada, ella tomó mi mano.

- Lo he notado - dijo - He notado cómo me miras y cómo te pones cuando estoy cerca... quiero saber si mis conjeturas son ciertas.

- ¿Qué conjeturas? - pregunté algo nerviosa.

Ella sonrió, comió de su pastel y no dijo más por un rato, el silencio nos embargó.

- Veremos- dijo - Ahora es tarde, debo ir a casa o mis padres se enojarán.

- ¿Te acompaño?- pregunté

- No hoy, tal vez otro día- tomó su bolso y se acercó a mí - Y será muy pronto- susurró, después me dió un beso... muy cerca de los labios.

Me quedé pasmada, intentando superar lo que acababa de pasar. Seguí bebiendo mi café, percibiendo aquel dulce aroma que aún permanecía en el ambiente.

Era el olor de Fernanda, el olor de lo prohibido...
Sin (Pecado)
Cap. 5
Por: - Sonia-

Nuestros mensajes pasaron de ser amistosos, a contener propuestas implícitas.

Fernanda me traía loca, no dejaba de pensar en ella y sabía que podría corresponderme.

Esas tardes, el trabajo se juntó en el local, por lo que llegaba más tarde a casa y no había podido hablar con mi hermano, mi padre se notaba preocupado, mi hermano había estado bastante afectado, se le notaba triste, lloraba y no quería salir, comer, hablar con alguien.

Me dolía verlo así, en otras circunstancias hubiera hecho lo imposible para hacerlo feliz, pero no ahora... no cuando su felicidad dependía de la mía, no cuando era una mujer la que le brindaba esa felicidad y esa misma mujer era quién me estaba llenando de ilusiones.

- Seguro se le pasará- pensaba, quería convencerme de ello. MAs bien, necesitaba pensar así.

Volví a citarme con Fernanda, sus horarios eran complicados por la escuela, así que pasé a recogerla ahí.

Esperé en la puerta de entrada, ahora sí llegué temprano, venía saliendo con un grupo de amigas, se despidió y corrió a abrazarme.

- Podría acostumbrarme a que vinieras por mí a menudo- dijo

- Podría hacerlo, si tú quieres.- la miré directo a los ojos, ella sonrió pero esta vez fue diferente... se acercó a mi oído y susuró: - ¿Quieres que te diga mis conjeturas ahora?

No respondí nada, sólo sentí el calor de sus labios invadiendo los míos, cerré los ojos ante ese beso soñado, ese beso que llevaba guardado apra ella desde el primer día que la ví. Se separó y me miró, no supe que decir.

- ¿Entonces... tenía razón?- me preguntó, me limité a sonreir y a sonrojarme. - ME gustas de una manera inexplicable, me gustas y nunca me había gustado una chica- dijo

- También me gustas, desde el primer momento lo supe... que me gustabas- respondí

Me tomó de la mano y caminamos rumbo al subterráneo, brindándomos besos discretos durante el camino.

Esa tarde fue inexplicable para mí, no se de donde junté la valentía para decirle que me gustaba, para seguir besándola, para acariciar su rostro y mirarla con ternura.

Creo que si lo supe, esa valentía se traducía en un sola cosa: estaba completamente enamorada.

Ahí comenzó el idilio prohibido, todas las tarde iba por ella a la escuela y nos pasábamos a un parque cercano a besarnos, a vivir lo que estaba naciendo.

Así de la nada, pasó un mes... Mi hermano había dejado la escuela temporalmente y se hacía cargo del local, por las tardes me escapaba con Fernanda. Obviamente él no sabía nada. No hablaba para nada con él.

- ¿Qué pasa? Andas rara- me dijo una tarde que yo iba saliendo.

- Nada- respondí muy a la defensiva

- ¿No ves que está saliendo con alguien? - respondió Ivone - Y al parecer es alguien interesante-

- ¿Eso es verdad hermana? Me da mucho gusto que te des el tiempo de experimentar el amor. Espeor funcione.

- Eso también lo espero yo- dije y me salí.

¿Acaso estaba haciendo mal? No sentía pena o aflicción por mi hermano, sólo me sentía en una nube de la cual no quería bajar jamás. En esa nube estaba Fernanda, tan inalcanzable... tan lejana e imposible, pero que ahora lo estaba logrando.
Sin (Pecado)
Cap. 6
Por: - Sonia-

Mi hermano se quedaba por las tardes en el local, solapaba mis salidas porqué el sabía que estaba conquistando a una chica.

Si tan sólo hubiera sabido a quién.

Esa tarde quería llevar a Fernanda a mi lugar favorito en el Centro Histórico: El Palacio de Bellas Artes. Fuí por ella a la escuela y le dije que le tenía una sorpresa, llegamos y nos sentamos a un costado. Hablamos de cualquier cosa, yo sólo quería estar con ella.

- ¿Quieres ir por un café?- le pregunté

- No- dijo ella, se levantó y quedó frente a mí... me besó, me plantó un beso que nunca había sentido, fue un beso largo, cerré los ojos, sólo quería sentirla... la tomé de la cintura.

-Te quiero, me atraes cómo nunca una mujer lo había hecho- susurró

- ¿Eres bisexual?- pregunté

- No, sólo me gustas tú...- volvió a besarme.

Esa tarde fue de puros besos, besos largos, húmedos, cálidos... besos que superaron mi record, fueron muchos, miles de besos bajo la sombra del Palacio de Bellas Artes. Fueron besos en los que comprobaba lo mucho que me estaba enamorando de ella.

Nos besamos hasta que nuestros labios quedaron entumidos, no podíamos más que sonreir, la noche nos había alcanzado y ella debía llegar a su casa, esta vez me dejó acompañarla hasta la estación de subterráneo más cercana.

Nos despedimos con un último beso, fue el más especial, vino acompañado de un - Te quiero- y se marchó. Ahí me quedé en el andén, sonriendo cómo una estúpida.

Me subí al tren, ni siquiera notaba en que estación estaba, mi mundo estaba en ella, en sus besos, en sus labios...

Ella me quería y eso me bastaba.

Llegué a casa, mi hermano sostenía su celular y lloraba, me miró llegar y me abrazó.

- No estuvo en su casa todo el día, apagó el celular... no responde mis mensajes, ya no le intereso- dijo

- ¿Por qué no intentas buscar otra mujer?- pregunté

- ¿No lo entiendes? Es ella... ella es la mujer que me vino a cambiar todo lo que pensaba, lo que sentía...ella es tan especial, única, ella es tan mía, ambos nos pertenecemos; sus besos en los míos... su cuerpo...

- No siempre las cosas son así- interrumpí y subí a mi habitación.

¡Carajo! Ella es la ex novia de mi hermano ¿qué se supone que debía hacer?

ME sumergí en mi almohada y pensaba en lo mucho que me gustaba, en lo clavada que estaba y en que un deseo inexplicable había surgido.

Ella iba a ser mía tarde o temprano.
Sin (Pecado)
Cap. 7
Por: - Sonia-

Lo mío con Fernanda ahora se tornaba más cercano, me encantaba y a estas alturas, daba todo por ella.

Cada tercer día iba por ella a la escuela, la llevaba a comer o a pasear, en privado nos dábamos los besos o cuando casi nadie nos viera; toda mi vida era así, no solía expresar mucho el hecho ser lesbiana, nunca había encontrado a una chica que tampoco lo expresara abiertamente.

Aunque, con Fernanda no podía evitar abrazarla y tomar su mano,era una mujer hermosa, demasiado, era muy inteligente y hablabamos de cualquier cosa.

Esa tarde decidí llevarla a una mezcalería, creo que a estas alturas ya notaron que el alcohol y yo llevamos una relación muy cercana, esa mezcalería era muy interesante, tenían alimentos y bebidas típicas, así cómo cremas de mezcal de diferentes sabores.

PRobamos varias, no nos sentíamos muy ebrias... hasta el momento de levantarnos, ambas nos mareamos y salimos del local, abrazadas, nos sentamos en una banca cercana, no dejábamos de reir, acaricié su rostro y la besé, ella no me separó, continuó el beso...

- Te quiero Fernanda, te quiero demasiado...- susurraba

- Quiero pasar la noche contigo- dijo y me miró - Llévame a un hotel...

Me ruboricé aún más de lo que estaba, no esperaba esa propuesta por parte de ella, no supe que contestarle, volvió a besarme y esta vez acariciaba mi espalda...

- Ahora- me dijo al oído

Nos levantamos y caminamos un par de cuadras, había un viejo hotel... entramos, pagué la habitación:

- ¿Entrada por salida?- preguntó el encargado

- Toda la noche- respondió Fernanda

Subimos aquellas escaleras hasta la habitación 203, entramos, cerré con seguro y pusé la llave en el tocador, ella no espero ni un segundo, volvió a besarme y a quitarme la chamarra, a desabotonar mi blusa, seguía besándome con mucha pasión... la desconocía completamente, me desconocí al momento de lanzarla sobre la cama y meter mis manos por debajo de su blusa.

- Te deseo Fernanda- le susurraba mientras la desnudaba, ella era tan hermosa, la miré en la plenitud de su desnudez.

Fernanda, Fernanda... su cuerpo era una tentación que debía probar para terminar con la culpa que me asfixiaba, ahora era el momento de la verdad... ¿culminaría con la traición hacía mi hermano?

Cerré los ojos por un momento, respiré... y entonces, sentí a Fernanda dentro de mí... Me miraba curiosa y volví a besarla, depsués, ambas nos recostamos en la cama para satisfacer esos deseos que guardábamos.

Esa fue la respuesta que me dí...

Fernada era simplemente... perfecta, en mi vida sólo había estado sexualmente con Ivone y digamos que no me satisfacía del todo, nunca lo hizo... Tampoco tenía la gran experiencia del mundo y agradecía que fuera la primera mujer con la que estaba Fernanda, así no podía ver que era un poco torpe.

Al menos eso pensé, ella simplemente sacaba de mí sensaciones que desconocía, oler su cuerpo... mirarla, tocarla, sentir aquella humedad palpitando entre mis dedos, probarla... probarla, eso fue simplemente estupendo, snetir todo su aroma sobre mi cuepo y que esa entrega durara toda la noche.

- Te quiero- me dijo mientras nos abrazábamos para dormir - y creo que... podría amarte también.

Acaricié su cabello y besé su frente, me levanté a fumar a la ventana...

- ¿Amar? ¿qué era eso?- me preguntaba...

La miraba dormir en aquella cama de hotel, acababa de hacerla mía y ahora lo era... Ya no era de mi hermano, ahora era mi momento.

-Perdóname- pensé en voz alta y una lágrima rodó por mi mejilla... Ese último rastro de culpa que deseché en ese momento...
Sin (Pecado)
Cap. 8
Por: - Sonia-

La mañana siguiente acompañé a Fer hasta su casa, nos besamos en la entrada, escondidas, ahora los besos iban cargados de deseo, ya no había inocencia, ahora la relación iba más seria.

-¿Qué somos?- le pregunté

- Seré lo que tú quieras que sea en tu vida- me besó de nuevo y se metió a su casa

¿Lo que yo quisiera? No entendí el significado de esas palabras, no lo entendía, en mi mente sólo habían imágenes de la noche anterior, recuerdos que me hacían humedecer. Llegué directamente al local, tomé un café y prendí la computadora.

- Espero que la hayas pasado bien, sin duda esa nueva chica ye está absorbiendo- dijo Ivone entrando a la oficina

- ¿Celosa?- pregunté burlona, ella se acercó a mi escritorio y se recargó, llevaba un blusa escotada, no evité mirar ese par de... ojos que me cautivaban.

- Jamás, tú siempre serás mía- dijo en voz baja y se acercó a mí... me quedé fría, mi hermano entró y ella ya no pudo besarme, así que salió.

- Ella nunca se dará por vencida- dijo riendo mi hermano, lo veía feliz y le pregunté la razón. - El cumple de Fernanda es en dos meses, iré a su fiesta de cumpleaños y le pediré que volvamos.

- No creo que sea una buena idea... ella quizá se sienta incómoda- contesté nerviosa

-Puede que tengas razón, pero yo la amo, debo insistir, en verdad que debo- dijo

- No, no lo hagas... además, ¿y si ya sale con alguien más?- pregunté

Su semblante cambió, no dijo nada... ya no me dijo más.

Ahí me quedé de nuevo, como tonta... ¿qué podría decirle a mi hermano? ¿qué me estaba tirando a su ex novia? ¿qué esa ex novia me dijo que podía amarme?

Miré hacía la computadora, pensando en la nada... Hasta que un pensamiento resonó en mi cabeza

¿El cumpleaños de Fernanda? ¿Qué le iba a regalar?

Aquella tarde me quedé sola en el local, estaba cansada, no había dormido lo suficiente... Ivone quien sabe a donde se había ido, típico de ella, desaparecer pero cobrar.

Una hermosa sorpresa vino hasta mi local, la miré entrar y corrí a abrazarla y besarla.

-Mi amor- dijo y volvió a besarme, ahora eran esos besos más apasionados que nos habían llevado a lo de la noche anterior. La llevé a la oficina, y seguimos besándonos con más pasión, acariciándonos con más deseo... hasta que, escuché mi nombre, era Ivone.

Acomodé mi blusa y salí, ahí estaba Ivone, molesta... no sabía porque, sólo esperaba que no supiera nada, me pidió un trabajo que tenía guardado en la oficina.

-Esperame aquí, ahora te lo doy- dije, pero ella era necia y entró conmigo, era innevitable, miró a Fernanda ahí sentada en el sillón. Ambas se saludaron, Ivone hizo una mueca sarcástica y salió.

¡Todo se había descubierto! No le dije nada a Fernanda, no sabía que Ivone era mi ex novia y no quería decírselo.

- ¿Vamos a cenar?- pregunté nerviosa.

¿En qué problema me había metido?
Sin (Pecado)
Cap. 9
Por: - Sonia-

Nunca había sentido la tensión tan fuerte cómo ahora, afortunadamente no había momento en que Ivone y yo nos quedáramos a solas, así que... no podía decirme nada.

Pero... ¿y si le decía a mi hermano?

No podía más con el nerviosismo, la mirada de Ivone me mataba, me tenía en sus manos y sé lo que quería... tenerme entre sus labios.

Pasó cerca de una semana, Fer me notaba nerviosa pero no le decía la razón:

- Adelantaré mi cumpleaños, mi casa estará sola en 3 semanas, me encantaría que me acompañaras, podría presentarte a mis amigos y... bueno, pasarala bien- dijo

- Ahí estaré - sonreí y la besé, de repente toda la tensión se esfumó.

Evitaba a mi hermano, hasta en la casa... pero esa noche entró en mi cuarto:

- Quiero decirte algo, hable con Ivone y me dijo varias cosas tuyas y de Fernanda.

Sentí morir, me puse helada y ni siquiera me moví...

- yo... yo... yo puedo explicarte todo- dije

-No es necesario, sé que son buenas amigas y por eso quiero pedirte un favor, que me ayudes a reconquistarla- dijo

No me sentía mejor, estaba helada y no sabía que responder.

- Creo que ella sale con alguien, no es conveniente que insistas.

- ¿No entiendes? La amo, te aseguro que si la conocieras... te darías cuenta de lo maravillosa que es, no hay mujer cómo ella, bueno, excepto tú, hermanita- me sonrió, mi hermano me sonrió cómo cuando éramos niños, cuando compartíamos todas esas cosas.

¿Qué es lo que estaba haciendo? Traicionando a aquel hermano que había estado toda mi vida... pero, mi felicidad era primero.

- ¿En qué quieres que te ayude?- le pregunté

- Le haré una carta y le mandaré un regalo, sé de la fiesta de cumpleaños que dará... tienes que ir.

- Cuenta con ello hermanito- respondí, sí, yo, la más hipócrita de las mujeres.

Deseaba que mi hermano no me diera nada, pero aún más... estaba tan enojada con Ivone, esa era su estúpida manera de vengarse.
Sin (Pecado)
Cap. 10
Por: - Sonia-

Lo admito, siempre he sido pésima para los regalos, tenía menos de un día para la fiesta de cumpleaños de Fernanda y aún no sabía que regalarle, esa mañana mi hermano me despertó y me dió una caja, junto a una carta.

- Es para Fernanda, dáselo mañana en la fiesta, si le intereso, tendrá que volver a llamarme- me dijo

Abrí la dichosa caja, era un disco y una película "Cinema Paradiso", supuse que era su película favorita, también leí la carta, lloré de tan conmovida que estaba, jamás había leído a mi hermano tan abierto, tan expresivo.

Y me hundí en mi cama, sintiéndome miserable; no salí aquella tarde, debía tomar una decisión, ¿mi hermano o Fernanda? ¿Por qué a cada paso que daba con Fernanda, mi hermano dolía más?

Ya no quería que me doliera, ellos no estaban juntos más, Fernanda era libre y yo... yo la quería, ella me quería también, éramos muy felices juntas.

¿O no?

El momento de la fiesta llegó, mi hermano se asomó a mi puerta y me abrazó.

- Gracias hermanita, no sé que haría sin tí. Eres la mejor

Sonreí falsamente y lo abracé, me solté y salí... debía evitar llorar en su presencia, llevaba la caja y la carta, ese día me despediría de Fernanda, ella debía de volver con mi hermano.

Llegué a su casa, encendí un cigarro y tenía la tarjeta en mis manos, no quería entrar, no quería terminar nada.

- ¿Amor? ¿qué haces afuera?- era ella, había salido

- Fumo, estoy algo nerviosa, ya sabes, están tus amigos y familiares.

- Sólo mis amigos y seguro te adorarán, vamos, entra.

Escondí la carta detrás mío y le dije que entraría en cuanto terminara mi cigarro, se acercó y me besó:

- Me encanta que estés aquí, te quiero- dijo y entró de nuevo a su casa.

Seguí fumando, miré la tarjeta y la rompí en mil pedazos, decidí hacerlo, decidí que mi hermano dejara de pensar en fErnanda para que me la dejara. Tomé la caja y entré.

- Toma, es un pequeño regalo, espero que te gusté- le dije dándole la caja, ella la abrió y su rostro se iluminó.

-¡Cinema Paradiso! Es mi película favorita- me abrazó fuerte, la sentí... ¿acaso estaba mal sentirme así de bien con ella? ¿qué de malo tenía amar?

Me tomó de la mano y me presentó a sus mejores amigas, aunque no le decía que éramos, tampoco me presentaba cómo amiga, tocó el turno de que me presentara a una vieja conocida, la mejor amiga de mi hermano:

- Ya nos conocemos- dijo ella y me miró algo molesta, yo no pude decir nada, ahora todo mundo le diría a mi hermano.

Aquella noche fue incómoda, la mirada inquisidora de la mejor amiga de mi hermano no me dejaba en paz, decidí confrontarla, preguntarle que es lo que haría.

- Nada, las cosas siempre caen por su propio peso... pero recuerda, lo que tu haces, es lo que te harán. Sabes que a él lo amo demasiado cómo para darle una pena más grande.

Sus palabras me calaron ¿porque nadie entendía que lo que hacía era por amor? Todo era por mi felicidad. Decidí disculparme con Fernanda e irme.

- ¿Qué pasa?- preguntó

- Nada y todo, no dejo de pensar en mi hermano, en lo mucho que te ama y en lo que estoy fallando.

- Pero ahora estoy contigo, mírame- me tomó de la barbilla, limpió mis lágrimas y me besó- Mírame, yo te quiero y estoy contigo... mi amor.

Volví a besarla, a abrazarla, quería sentir sus palabras, quería sentirla y ... amarla, a ella, mi Fernanda, era mía... todo el pasado debía quedar atrás, en el presente éramos ella y yo, nadie más.
Sin (Pecado)
Cap. 11
Por: - Sonia-

Pasé ese fin de semama en la casa de Fernanda, no había nadie así que aprovechamos, ¡Vaya que sí! Haciendo el amor casi todo el día, sin que nos preocupara nada más, me gustaba tenerla así, sentirla...

Regresé a mi casa el Domingo por la noche y evité a mi hermano, pero al día siguiente no me salvé, él preparó el desayuno.

-¿Dónde andabas?- preguntò curioso

-Agarrè la farra desde el Viernes con unos cuates- respondí seca

-¿La viste? ¿Se lo diste?- dijo

- ¿Qué? ¡Ah! Hablamos del regalo... sí, se lo dí, le gustó mucho.

- ¿Y la carta?

Sin titubear respondí: -La rompió y la tiró, además, la vi con alguien... ya no le ruegues, ya te superó.

-Sí, eso me dijeron, que llevaba a alguien... No sé que hacer- y se soltó a llorar.

-Déjala ir, hay miles de mujeres- le dije mientras lo abrazaba

-¿No lo entiendes? Ninguna es cómo ella - gritó - Cuando te enamores de verdad, sabrás lo que es amar, mientras...no minimizes.

Mi hermano, desatando mi ira, ¿enamorarme de verdad? ¿Qué demonios significaba eso? Me enojé demasiado y golpeé la mesa:

- ¿Cuando me enamore de verdad? ¿Acaso crees que una mujer no puede enamorarse de otra? Y tienes razón... ella es única y especial.

Salí de la casa y le llamé a Fernanda, querí verla, fui por ella a su escuela, cuando llegué, ella me esperaba ya. Lo primero que hice fue correr y abrazarla, besé su frente y sus mejillas, yo estaba bañada en llanto.

-¿Qué pasa?- preguntó nerviosa

- Pasa que... que te amo, así, sin pensarlo ni planearlo, pasa que quiero amarte con todas laa fuerzas que habitan en mi, te amo Fernanda.

Me abrazó y la escuché sollozar, era simplemente hermosa sentirla así, tan frágil, tan única... tan mía...

-Te amo también- me susurró al oído, me quedé sin habla y la tome de la cabeza, la miré a los ojos y volvï a besarla.

Ahí estábamos las dos,ese par de enamoradas...
Sin (Pecado)
Cap. 12
Por: - Sonia-

Ahora más que nunca decidí cortar toda comunicación con mi hermano y tenía una buena razón, me dolía pero había escogido a Fernanda, a ella la amaba y mi hermano jamás lo entendería, así que decidí cortar relación con él.

Al principio, él se mostraba indiferente, frío, así duramos cerca de 3 meses, cuando él intentó hablarme de nuevo; simplemente lo ignoré.

3 meses con Fernanda, me parecían los meses más hermosos de toda mi vida, nunca había amado con tal intensidad, ella me tenía completamente enamorada, no quería más... No ahora.

Fernanda y yo llevábamos una relación discreta delante de sus amigos y de sus familiares, pero no en la calle, solíamos besarnos y abrazarnos mientras caminábamos por el Centro Histórico (nuestro lugar favorito).

No cabía en mí tanta felicidad, el sólo caminar con ella me parecía algo increíble...en lo sexual, era sorprendente la manera en que nuestros cuerpos se acoplaban, se sentían, se necesitaban y se complementaban.

Dentro de una semanas había una exhibición al aire libre de "Cinema Paradiso", compré las entradas y quisé que fuera una sorpresa. Aquella tarde pasé por ella a la escuela y simplemente le dije que la llevaría a un nuevo lugar, llegamos al cine y nos sentamos en el pasto, alguien se acercó a saludarme, era... Ivone.

- No pensé que estuvieras aquí- me dijo, ella venía con un par de chicas, pero hubo una que me llamó la atención por la manera en que veía a Fernanda.

- Me llamo Mariana , mucho gusto- dijo y estrechó mi mano, después saludó de beso a Fernanda y ésta le sonrió. Ivone y sus amigas se sentaron junto a nosotras, no podía besar a gusto a Fernanda, no con Ivone ahí... pero Fernanda, parecía no importarle.

No conforme con ver toda la pelícual junto a ellas, nos invitaron a un café, de mala gana acepté, pues Fernanda se veía entusiasmada... La protagonista de esa noche era MAriana, encantaba con su carrera de cine, era una mujer muy culta y tenía cierto atractivo; me pareció una pesada, obviamente le coqueteaba a mi Fernanda.

-Creo que debemos de irnos, se nos hace tarde- dije y tomé la mano de Fernanda, nos despedimos y ví cómo Mariana le deba su tarjeta a Fer, amabas sonreían. Salí muy enojada, no pude ni reclamarle a Fernanda, todo podrían ser suposiciones mías.

Llegué al local muy enojada, Ivone se metió a la oficina y cerró la puera con llave:

- Eso no durará, no cuando conoció a Mariana- dijo

No le hice caso, seguí trabajando, ella se sentó en el escritorio, llevaba un falda con un corte que me dejaba ver esas piernas, eran largas y tentadoras, un recuerdo vino a mi mente, cuando abría esas piernas y probaba aquella humedad que emanaba de ella. Me ruboricé y tomé un cigarrillo.

- Mariana se fijó en Fernanda, ahora menos ella estará contigo- siguió diciendo, la miré y no dije nada...

- ¿Lo sabes por experiencia? - pregunté irónica - ¿Ella fue una de las miles de mujeres con las que me engañaste?- reí

Ivone siguió mirándome, no sé que me pasaba con ella, nunca la había amado pero sexualmente había una química inigualable, volteó mi silla, se levantó la falda y se sentó sobre de mí, se acercó a mi cuello y me besó.

-Volverás a ser mía- susurró - cuando te canses de esa indecisa, volverás a mí- dijo

La separé y me levanté... abrí la puerta de la oficina y le pedí que se fuera, volví a cerrar la puerta y fuí al baño a mojarme, bueno, a echarme agua fría en el rostro... Mojada, ya estaba.

- No volveré a ser tuya Ivone...- pensaba
Sin (Pecado)
Cap. 13
Por: - Sonia-

Etapa de exámenes para Fernanda y para mi fortuna, el trabajo también llegaba al por mayor al local, por lo que dejé de verla un tiempo.

La extrañaba mucho, pero ella debía de ocuparse de la escuela, tenía que sacar buenas calificaciones y yo debía trabajar.

A veces me sentía muy mal, pasaba más tiempo en el local con mi hermano y no intercambiabamos palabra alguna, lloraba sin que él lo notara, pero bueno, al final esa había sido mi decisión, esocger a Fernanda.

Otros días sólo estaba con Ivone, trabajabamos duro y por la tarde comíamos juntas, a veces era agradable estar con ella, pero me costaba trabajo no desearla, todo en ella me povocaba.

Esa tarde, ella y yo terminabamos de comer y me puse a lavar los trastes, se colocó detrás mío y me tomó la cadera, después besó mi cuello, esta vez no la detuve, giré y la besé, seguí besándola hasta llevarla al sillón de mi oficina, cerré la puerta y seguí besándola, ahí estaba yo, desnudándola, pero ... algo me detuvo.

- No puedo, debo darle el lugar que merece mi novia.

- ¿Y cuál es ese?- preguntó irónica

- Mi novia, el amor de mi vida- contesté segura

Se levantó y abrochó su blusa, mientras reía - No digas tonterías... a ver, dime... ¿dices que la amas y le quieres dar su lugar? ¿porque no se la presentas a tu papá? No, no, no, espera... mejor aún, ¿porqué no se la presentas a tu hermano?- y volvió a reir.

No había pensado en eso hasta ese momento ¿qué lugar le ofrecía a ella? La amaba, eso era cierto... pero ¿hasta donde quería llegar con ella?

Ivone se acercó a mi y susurró:- Apuesto que a tu hermano le gustará saber que todos estos meses te has estado cojiendo a su ex, de hecho, curiosamente es el amor de su vida también.

Salió de la oficina, me quedé parada ahí...pensando. ¿A donde iba todo esto? ¿ En serio estaba dispuesta a algo más comprometido con FErnanda? ¿qué es lo que quería con ella?

No sabía nada ya, de escoger a Fernanda ahora sí...significaba que perdería a mi familia para siempre.

Ahora si se me presentaba la verdadera encrucijada.
Sin (Pecado)
Cap. 14
Por: - Sonia-

¿Qué lugar tengo para darte, Fernanda?

Es cierto, nunca había amado así... pero tampoco podía darle un lugar dentro de mi vida... no de esta manera.

Esa semana me sentí triste, pesaroza y con una melancolía que llenaba mi sistema, no hablaba con ella, no le mandaba mensajes, quería estar sola.

Esa tarde, Fernanda llegó al local:

- Se terminaron mis clases antes, vine para que salieramos- dijo

- Ahora no- respondí- no me siento bien, te llamo después... ¿ok?

- ¿Qué tienes?- preguntó

- NAda, te llamo después, ahora tengo mucho trabajo... por favor, sólo vete- respondí

Le había respondido mal, lo sabía...pero no hallaba manera de comportarme con ella, no quería clavarme más, no quería que ella sufriera por mi culpa, no quería sufrir yo.

PAsaron días, ese fin de semana decidí ir a mi cantina favorita, apagué el celular y me senté en la barra:

- ¿Otra pena de amor?- preguntó el cantinero, así es... ahogaba mis penas de amor en alcohol. Esa noche quería hacer eso.

Bebí, lloré, canté... platicaba con desconocidos que se compadecían de mí, pero Fernanda, seguía en mi mente, en mi corazón.

Decidí, jugarme el todo por el nada, le llamé a su celular pero lo tenía apagado, fui a su casa, pero no estaba ¿dónde se había metido?

Con la resaca invadiéndome, sólo regresé a casa a darme un baño y dormir, a perderme entre sueños, el Lunes buscaría a Fernanda, le diría que quería dejar todo por ella.

Desperté en la madrugada apra ir al baño, en el buró de mi cama, junto a mi lámpara de cabecera... había un chocolate y una nota:

"Cómo en los viejos tiempos, perdóname"

Comencé a llorar, era mi hermano, reconocí ese chocolate, cada que em enojaba con él, compraba uno y me lo regalaba para que se me pasara el coraje, seguí llorando, aplasté la nota y la tiré a la basura.

- Lo siento hermano, lo siento en verdad... una nunca decide a quién amar-

Miré hacía mi ventana, la Luna se asomaba... hermosa, volví a dormir, esperando el amanecer para dar un paso muy importante en mi vida.
Sin (Pecado)
Cap. 15
Por: - Sonia-

Llegué al local muy temprano, llamaba a Fernanda pero no contestaba... hasta mediodía contestó:

- ¿Dónde has estado?- pregunté

- Lo mismo te digo... desapareces.

- Tenía cosas que pensar Fer, ¿podemos vernos?- pregunté insistente

- No..no creo, no lo sé... te llamo al rato, tengo cosas que hacer. Adiós- respondió y colgó.

Eso sí que fue raro, después llegó Ivone, tenía una sonrisita sarcástica en su rostro.

- ¿No te respondió tu noviecita? Tranquila, debe tener una resca tremenda.

- ¿Resaca?- pregunté

- ¿No te dijo? Mariana la invitó a su fiesta... tu novia llegó desde muy temprano y, bueno, no se fue... hasta el otro día; tomé unas fotos buenísimas... ¿quieres verlas?- Ivone sacó su celular y me lo mostró, se lo arrebaté y me metí a la oficina...

En efecto, era FErnanda... y, Mariana... pero no significaba nada, no al principio, después las fotos mostraban una cercanía inusual hasta que... había una foto de ellas besándose.

- ¿Qué significa esto?- pregunté asombrada

- Lo que te dije... MAriana no descansaría hasta tener a tu novia y creo que la tuvo muy bien... Fernanda se quedó a dormir con ella.

Puse el celular en el escritorio, me puse las manos en la cara y me solté a llorar, Ivone se acercó a darme un masaje en los hombros, me decía que no valía la pena llorar.

- No entiendes- grité mientras me levantaba y la tomaba por los hombros, la besé arrebatadamente y la aventé contra el sillón.

- ¿Es lo que querías? Pues ahora lo tendrás- le dije, ella no tardo en desnudarme, quitarme la playera y desabrochar mi pantalón... no tardamos en quedar desnudas sobre el sillón de mi oficina, la sentí en mí, dentró de mí... me sentía en ella, dentro de ella, la saboreaba, la tomaba... pero, en el fondo, mi alma estaba destrozada.

Después de aquél sexo sin sentido... sin amor, ella se vistió, yo hice lo mismo...

- Te lo dije, volvería a ser mía- dijo riendo y salió de la oficina.

Me solté a llorar, no podía hacer nada... todo estaba perdido, lloraba cómo nunca...

Le llamé a Fernanda, contestó:

- No me vuelvas a buscar, quiero que te alejes de mi vida. Adiós- grité, borré su número de mi celular y me quedé ahí, sin nada ni nadie.

- Y yo que estuve a punto de cambiar tu mundo, por el mundo mío...
Sin (Pecado)
Cap. 16
Por: - Sonia-

No pude soportarlo, no pude continuar mi vida sin Fernanda, no pasaron ni tres días para que yo volviera a buscarla.

Primero, fuí a su escuela, pero no estaba, no apareció.

Después, fuí a su casa a dejarle un ramo de rosas, me abrió la puerta su hermano y le dije que me ayudara, necesitaba hablar con su hermana, la amaba. EL me abrazó y dijo que me ayudaría.

Pasaron días sin saber de Fernanda... días que se pasaban lentos y grises, en los que añoraba sus besos sus caricias.

- ¿Te pasa algo?- preguntó mi hermano esa noche

- Nada- respondí seca

- No me dijsite nada del chocolate... ¿me perdonas?- dijo, lo miré a los ojos y me solté a llorar, lo abrazé muy fuerte y le dije que lo amaba.

- Ahora te entiendo hermano, sé porque llorabas tanto por esa mujer, es única, es tan perfecta...pero dañina, sé porque la amas tanto, ahora lo entiendo todo- pensaba, tenía ganas de gritárselo, que entre los dos superáramos a Fernanda.

Pasaron más días... hasta que una mañana mi día se iluminó con un "Hola" de Fernanda... estábamos a un día de cumplir meses...

"Mañana cumpliríamos otro mes más juntas" - le escribí

Tardó en responder, la espera me mataba...pero la respuesta me aniquiló:

"Lo sé, sé que significa mañana. Quiero pedirte perdón, me siento una basura pero no se ni que onda conmigo. Creo que nunca volveremos a estar juntas. Adiós y perdóname."

Ya ni siquiera me atreví a responder, eso lo había dicho todo... ella me estaba terminando por completo, ella quería olvidarme.

¿Qué se supone que tenía que hacer?

Tomé un poco de la dignidad que me quedaba y decidí no contestarle, se me ocurrían miles de ideas para conquistarla, pero no quería, ya no... eso estaba doliendo y mucho.

¿Qué es lo que podía hacer?

Seguir... supongo.
Sin (Pecado)
Cap. 17
Por: - Sonia-

No podía seguir así, todo, absolutamente todo me recordaba a Fernanda, así que tomé una decisión, mi último recurso que no quería ocupar.

Una de mis mejores y únicas amigas se había ido de la Ciudad desde hacía mucho tiempo, nadie sabía donde, sólo yo... Le llamé y le dije:

- Es tiempo de irme contigo.

Preparé mis cosas, mis cuentas, el trabajo del local que tenía pendiente, no hablé con nadie al respecto, tal vez no los volvería a ver y eso era lo mejor, quería desaparecer y tener una nueva vida, lejos de Fernanda, de mi hermano, de todo mundo.

Pasaron 3 meses, no supe más de Fernanda, tal vez porque no salía más, del local me iba a mi casa y viceversa, quería estar sola, no compartía palabras con nadie, me fui apagando lentamente, sin que nadie pudiera hacer algo.

Nadie, excepto ella... Mi gran escape sería en dos semanas, afinaba los últimos detalles y mi celular sonó, escuché un tímido: "Hola"

- ¿Fernanda? ¿Eres tú?- pregunté muy feliz, en efecto, era ella...me pedía que la viera. Accedí.

Había un punto en mi vida en el que siempre había creído en que cerrar círculos era lo primordial, el asunto redicaba en que no sabía la manera de cerrarlos, siempre pasaba algo que los abría de alguna u otra manera.

Con Fernanda me pasaba lo mismo, la amaba cómo a ninguna otra mujer, pero decidí dejarla, ella lo decidió... Yo había tomado la decisión de dejar a mi familia a un lado para brindarle una felicidad. Ella, lo negó.

Acudí a la cita, se veía hermosa, cómo siempre...

Fuimos a una cafetería, me hablaba de su escuela, yo del trabajo, aunque me quedaba muy callada.

- ¿qué tienes?- preguntó

- Te amo, demasiado Fernanda... pero, debo olvidar todo, por mí, por mi hermano, por tu indecisión y porque nunca podré darte el lugar que mereces, lo siento.

-¿Sabes? Estos últimos meses le he platicado a mis amigos sobre tí, le dije que me había enamorado de una mujer y que me había sido algo muy agradable, no quiero que te vayas de mi vida- tomó mi mano y sonrió

- Siempre estaré para tí, Fernanda- acaricié su rostro y besé su frente, después pagué la cuenta y la acompañé al subterráneo.

-Espero podamos salir de nuevo, quizá cómo amigas- dijo

La jalé hacía mi y la besé´arrebatadamente, ella no era mi amiga, nunca lo sería... ella era mi amor.
Sin (Pecado)
Cap. 18
Por: - Sonia-

Llegué a la estación de autobuses, me encontraba en la sala de espera... PRecisamente eso hacía, esperaba que llegara Fernanda y me detuviera... Pero no fue así.

Mi camión se fue, llevándome lejos, donde nadie pudiera encontrarme... pero, era yo quién debía encontrarse.

Viaje unas 13 horas, hasta llegar a ese bello lugar, mi amiga me esperaba muy feliz, me abrazó y fuimos a desayunar, le platiqué todo, ella sólo escuchaba atenta.

- Debes darte tu tiempo y espacio, debes tomar una decisión.

Me instalé en su casa y dormí por mucho tiempo, cuando desperté...le hablé a mi papá, le dije que no me sentía bien y que decidí darme unas vacaciones, pero...le seguiría hablando, ahora cambiaría mi número de celular y sólo él y mi hermano lo tendrían.

Hablé con mi hermano, le dije que me perdonara por todo (aunque seguro ni sabía porque), le dí mi nuevo número y me despedí.

Pasaron cerca de dos años, mi vida no había sido relevante, no podía dejar de pensar en Fernanda, pero ahora si no tenía ni forma de comunicarme con ella. Hasta esa llamada, la contesté y era su voz.

Ambas nos pusimos a llorar, me dijo que me extrañaba, que me amaba, aún después de dos años de no vernos, dijo que me esperaría, que estaría conmigo.

- Pero ¿de dónde sacaste mi número?- pregunté

- Tu hermano me lo dió.

- ¿Le has vuelto a hablar?- pregunté

- Bueno, digamos que nos estamos dando un tiempo... para conocernos de nuevo.

- Adiós- dije

Aquella llamada sólo removió viejos sentimientos, sólo me hizo sentir peor... aunque ya no tenía culpa, mi hermano había regresado con ella. Cada día me despertaba y pensaba en Fernanda, mi amiga lo notaba:

- ¿Sabes? El amor nunca muere... sólo se transforma, deberías de volver por ella.

- No lo creo, no quiero interferir- decía

Cada mañana me decía "Hoy sí regresaré por Fernanda", pero no me atrevía.

Cada mañana, durante cerca de año y medio... hasta que ese día, decidí hacerlo, compré el boleto de ida, para andentrarme en aquella vieja vida que llevaba.

Llegué a mi antigua Ciudad, después de un largo viaje, fuí a mi casa, estaban ahí mi padre y hermano, los abracé muy fuerte y lloré, los había extrañado.

Hablamos del local, ahora Ivone estaba de tiempo completo, mi hermano estaba a punto de terminar la carrera, mi padre había estado enfermo pero poco a poco comenzaba a mejorarse.

Mi hermano abrió la alacena y me dió un sobre:

-ésta es la más grande sorpresa- dijo
 
Sin (Pecado)
Cap. FINAL
Por: - Sonia-

-          No debí haber regresado, no debí haber seguido mis estúpidos sentimientos- le digo al mismo cantinero que me había visto en farras anteriores.
-          ¿Qué había en el sobre?- pregunta curioso, parece que ha estado prestando atención a mi relato.
-          Tú que crees- respondo
Miro mi reloj, la hora marcada ha pasado, ahora no tengo nada más que hacer, pago la cuenta y me dirijo al subterráneo, huelo un poco a alcohol, no me importa, este día lo ameritaba.
Llego a la dirección acordada, hay mucha gente, todos me saludan, me encuentro a mi hermano, luce muy galán y junto a él, ella… luce un vestido de novia hermoso.
Los recuerdos vienen a mi mente, ese día, cuando mi hermano me dio la invitación de su boda con Fernanda.
Miré la invitación, mis manos temblaro, sonreí y lo felicité.
-¿Qué tienes?- me preguntó
-Nada, es sólo que no puedo creer que mi hermanito se vaya a casar-
- Por favor, dime que te quedaras para la boda, júralo, al fin, Fernanda es muy amiga tuya también- dijo
No respondí nada, me disculpé, estaba muy cansada, fui a mi habitación, permanecía intacta y me dormí, me desperté con un abrazo en la madrugada.
-          Regresaste- susurró… Fernanda
-          ¿Qué haces aquí?- dije
-          Ahora vivo aquí.
-          Claro, eres la prometida de mi hermano- respondí sarcástica – Ahora salte, quiero dormir.
Me volteó y me besó fuerte, mientras me acariciaba, estúpidamente no me pude resistir, seguí aquel juego de caricias de besos, hasta quedar completamente desnudas, entregándonos a la pasión que era costumbre en nosotras, terminamos y nos vestimos.
-          Te extrañé, me alegra que volviera- dijo sonriendo
-          No podría perderme tu boda- respondí
-          No entiendes , sólo así podemos estar tú y yo- volvió a besarme.
Aquello se tornó aún más extraño.
Les plantearé la situación, ella era la prometida de mi hermano, ahora vivía en la misma casa, la boda sería en menos de 3 meses y yo…la seguía amando. Ahora agreguémosle el hecho de que cada noche se escabullía a mi habitación y le hacía el amor, todo el amor que tenía para ella. Creo que a estar alturas de mi vida ya no me importaba ser descubierta. La amaba, sólo a ella.
-          No te cases- le decía cada noche, ella sólo se iba a su habitación.
Cada mañana veía a mi hermano, estaba reluciente, feliz, me abrazaba y me decía que me había extrañado.
-          Las dos mujeres que más amo, ahora están conmigo.
Sonreía, a él lo amaba también, era mi hermano y su felicidad…ahora estaba garantizada.
Llegó la noche anterior a la boda, de nuevo, Fernanda fue a mi habitación, cuando terminamos nuestra clásica rutina sexual, me abrazó y me dijo.
-          Estaré esperándote aquí, mañana antes de irme a la Iglesia, si me lo pides…me voy contigo, te amo.
Aquella noche no dormí, me levanté muy temprano para ir a correr, mi hermano salió a acompañarme.
-          ¿Qué harás?- preguntó
-          ¿A que te refieres?- dije
-          A lo que escuché ayer, en tu habitación.
Me helé y me detuve en seco
-          ¿Crees que no lo sabía? Cuando desapareciste, los amigos de Fernanda me comentaron todo pero nunca me atreví a confrontar a Fernanda, no lo he hecho, aunque noté sus repentinas desapariciones nocturnas.
Lo miré y le di un abrazo enorme, me solté a llorar cómo una idiota al ser descubierta.
-Perdóname hermana, te estoy robando el amor que quieres.
-Perdóname a ti, te robé tantas cosas y me comporté cómo una idiota… perdóname.
Lo dejé ahí y me fui al local, me dí un baño y me puse un viejo traje que guardaba ahí, tomé el subterráneo y me fui a la cantina.
Regreso al lugar de donde partió este recuerdo, al ver a mi hermano tan guapo, no pude más que abrazarlo y felicitarlo:
-          Gracias por… todo- me dijo sonriendo y unas lágrimas rodaron por sus mejillas.
-          Debes prometerme que serás feliz ¿ok?- le digo, también llorando.
A Fernanda la abrazo por una última vez, no le digo nada, no vale la pena.
Esa misma tarde, me desaparezco de la fiesta, regreso al lugar donde me había escapado.
¿Acaso hice algo mal? Me pregunto a cada momento, supongo que las cosas debían de ser así, yo no podía vivir a costa de la infelicidad de otra persona, mucho menos si se trataba de mi hermano.
Esta fue mi historia, la historia de mi gran amor perdido, de un amor prohibido y que muchas personas podrían llamar pecado, creo que el amor se basa un poco en eso, en pecados que cumplimos para disfrutar, pero que se pagan con un dolor tan profundo que a veces es insoportable.

Comentarios

  1. Anónimo21.10.13

    muy buena historia... he leído algunas y en verdad me pierdo leyendo... saludos

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  2. Anónimo3.3.14

    Hola preciosa..ya estoy aqui y como lo prometi. Nuevamente eres genial y tus histtoruas maravillosas..

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  3. Anónimo30.6.14

    muy buena historia. :)

    ResponderBorrar

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