KILÓMETROS



"Querida Dra Soledad..." Así iniciaban las cartas que llegaban a mi e-mail, así es, mi nombre es Soledad y refleja mucho de mi personalidad.
Toda mi vida he estado en este pueblo, cómo a unas 5 horas de la Capital; logré terminar mi carrera de Periodismo y ,junto a unos amigos, establecimos un periódico local que ha tenido gran éxito.

Mis tareas son sencillas: me encargo de la corrección de estilo, del diseño editorial y tengo una pequeña columna de consejos

Recuerdo esa carta cómo ningún otra, aquella de una chica del pueblo que me contaba cómo había encontrado al amor de su vida en Internet. Recuerdo que reí un poco, era envidia.

Verán, toda mi vida he sentido que soy lesbiana, pero en este pequeño pueblo, es difícil mostrarlo. Tengo un novio, llevamos cerca de 2 años juntos, no lo amo, lo veo cómo un amigo o un compañero de trabajo, pero no lo quiero. Mi eterna promesa conmigo fue: Cuando encuentre a una mujer que me haga sentir ilusiones verdaderas, lo dejaré todo por ella.

Y esa mujer apareció, del modo más insospechado.


Cada Viernes, mi novio y yo conducíamos hasta el pueblo de junto, donde había un pequeño cine. Pero ese Viernes, me sentía agotada y aburrida, por lo que le cancelé. Me quedé en mi habitación mirando videos por Internet, pero el aburrimiento llegó de nuevo, así que entré a ese foro de chat de la carta de aquella chica, adivinaron, era un foro lésbico.

Puse un nombre diferente e inicié mi labor de ¿búsqueda? , no, era simple curiosidad. Platicaba con muchas chicas, todas del otro lado del mundo; hasta que, una puso su webcam y ¡sorpresa! , se mostró completamente desnuda. No miento, me excité demasiado, jamás miré a una mujer desnuda y, aunque era a través de una pantalla, mirarla tocándose y mirar su desnudez me calentó tanto que, también puse mi cámara web.

Ahí inició mi travesía de cyber-sex de cada noche, a veces me mostraba, a veces me tocaba y también... tenía orgasmos, jamás había experimentado ese placer, jamás me había sentido tan bien.

Pasaron meses de esa rutina y un día, simplemente,entré sin buscar nada. Una ventana se abrió y una chica me saludó, tenía su webcam prendida y por primera vez miré un rostro, ya no había sexo anónimo; prendí mi webcam y la saludé...

-Hola, me llamó Alelí...- escribió

-Hola, soy Soledad- respondí
Kilómetros
Cap. 2
Por: -Sonia-

Después de que dijimos nuestros nombres, mencionamos nuestro país, eramos del mismo continente, pero de extremova extremo.

Comenzamos a charlar de cualquier cosa, pero algo me impedia mirarla a la cámara, tenía grandes ojos negros y un largo cabello chino, sonreí de manera agradable y muy a menudo.

-¿Tienes pareja? - preguntó

Lo negué, le dije que nunca había tenido novia y que estaba soltera (lo que fue parcialmente cierto).

Alelí era veterinaria, le apasionaba leer, hablar de temas que eran polémicos; era parecida a mí, en mi necesidas por opinar, opté por el Periodismo.

Nos despedimos esa noche y me pidió mi e-mail personal, compartimos direcciones y nos despedimos, sin dejar abierta la posibilidad de volver a hablar, porqué sabíamos que pasaría.

Esa semana no me dió tiempo de revisar mi bandeja de e-mails, el periódico llevaba un ligero atraso en algunas ediciones, era una perfeccionista.

De nuevo llegó el Viernes, junto con mi novio fuimos al cine, yo estaba muy aburrida y le pedí que no entráramos, me llevó a mi casa y lo besé para despedirme, el me tomó de la cabeza y me besaba fuerte, me separé:

-¿Qué te pasa?- dije

- ¿Sabes que llevamos meses sin sexo? ¡Ya no lo soporto! - gritó

- Y serán más meses...- abrí la puerta del coche y me fui a mi casa.

Me sorprendía lo patán que era, esa noche quería tener algo del ya acostumbrado cyber-sex que había frecuentado estos meses; pero, lo que encontré fueron 3 mails en mi bandeja, eran de Alelí, en ellos expresaba lo emocionada que estaba por conocerme, nos sentía muy compatibles y sabía que nos llevaríamos bien. Sonreí y abrí el chat, ahí estaba ella...

-Gracias por tan bellos mensajes - escribí y mandé la cámara, ella aceptó. En segundos estábamos cara a cara virtual...

-Mucho gusto- escuché... tenía prendido el micrófono, aquella voz resonó por mi cabeza y me sonrojé, no podía ni hablar. - Venga, por qué no me hablas...- dijo

- Disculpa, me quedé sin palabras - y sonreí.

Ahora conocimos nuestras voces y esa plática se prolongó por más tiempo, supe que vivía con su abuela y su madre, trabajaba en un refugio para animales y amaba su país... De repente el tema fue la política, hablamos por horas de la situación de nuestros países.

- Es muy tarde, en unas horas tengo que recojer unos cachorros, pero... ¿te veo mañana?- preguntó

- Sí, hasta entonces...- respondí

Escribió un beso en la ventana de chat y yo me fui a dormir, recordando la enriquecedora plática.

-Si tan sólo estvieras aquí...- pensaba - Hablaríamos por horas.- Bostecé y me quedé dormida... pensando en Alelí...
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Cap. 3
Por: -Sonia-

Alelí se convirtió en la persona con la que hablaba de diario, mi rutina era: trabajar en la mañana y por la tarde-noche nos conectábamos y hacíamos videollamadas.

Hablamos de todo y nada, se fue ganando mi confianza y me abrí completamente a ella, era curioso que alguien tan lejana me hiciera sentir una cercanía única; ella era una mujer admirable, responsable y con una sensibilidad muy profunda, así cómo una vocación tan hermosa, que me hacía estremecer.

- Si no sonara tan raro... tal vez te diría que yo...- dije temerosa

- ¿Te has enamorado de mí? - interrumpió - Mírame, yo siento lo mismo... con nadie he hablado cómo contigo, sabes secretos míos muy personales y tú, eres profundamente hermosa. Te quiero Sole - dijo hacia la cámara, me quedé sin palabras.

- También te quiero Alelí- ambas sonreímos y sentí un vínculo más fuerte con ella, algo había germinado dentro de mí... ¿Qué era?

No lo sé, sólo me di cuenta que las videollamadas con ella me hacían sonreir, cambiaban mi humor... Cuando ella salía de fiesta o no podía conectarse, me quedaba dormida frente a la computadora, esperándola.

¿Saben? Recordé esa carta que me habían enviado para la columna, ahora todo cobraba sentido y dejé que esa hermosa ilusión me dominara, al final, ya sabía que era correspondida.
Kilómetros
Cap. 4
Por: -Sonia-

He de admitirlo, tenía unos hábitos pésimos pero me sentía muy inmune a las enfermedades; por primera vez en años, me enfermé de gripa que derivó en bronquitis, lo que significaba: quedarme en cama por semanas.

No la sufrí tanto, pasaba todo el día conectada, esperando a Alelí, comíamos juntas (cada quien en su casa); mirábamos películas (igual cada quien en su casa pero dejabamos la cam prendida) y esa tarde... terminó por... conquistarme.

- Tengo una sorpresa, quiero que prendas la cámara y apagues el monitor, sólo escucha lo que tengo para tí... quiero ver tu reacción- y así lo hice.

Los acordes de una de mis canciones favoritas se escucharon...
"A varios cientos de kilómetros..."

¡Ella estaba cantando y tocando la guitarra para mí! No evité llorar, sonreía y la escuchaba cantarme...

" Que no hay distancias grandes para nuestro amor..."

- Ahora prende el monitor... - dijo, de nuevo lo hice y cargaba un letrero: "¿Quieres ser mi novia?

Sonreí y limpié mis lágrimas, no se lo que pensaba, me sentía invencible, emocionada... enamorada.

-Claro que sí- dije emocionada.

Nos miramos y lo sentía, algo se estaba creando y era fuerte, por primera vez no ne detuve a ver las consecuencias, ni a preguntarme si funcionaría todo eso, simplemente, me dejé llevar.
Kilómetros
Cap. 5
Por: -Sonia-

Al siguiente día me sentía rara, al prender la computadora, llegaron dos mensajes de "buenos días"; me sentía muy bien, animada.

Los meses siguientes fueron iguales, mensajes llenos de cariño, imágenes tiernas y ... hablar por horas en videollamadas que deseaba se hicieran eternas.

Hasta este punto, Alelí era una ilusión muy linda, que no quería perder... Al ser una ilusión, pertenecía a una fantasía, la más hermosa que había tenido, mi realidad era el periódico y mis incipientes planes de vivir en la Capital, ah , también el imbécil de mi novio, al que seguía viendo.

¿No les pasa? A veces vivir en una fantasía, tr hace más llevadera la realidad, Alelí era una mujer, extranjera , lo que significaba lejana e ... imposible. Aunque eso no significaba que lo que me hacía sentir me llenaba de una felicidad real.

Pasaron 4 meses de nuestro noviazgo en línea; a veces deseaba pasar esa pantalla y llenarla de besos, caricias y dulces palabras al oído.

-Hoy le hablé de tí a mi mejor amiga, se notó emocionada y me dijo que me veía muy feliz- me comentó

- ¿Le dijiste que vivimos en países distintos? - pregunté curiosa.

- Sí y me dijo que era bastante curioso, pero el amor no distingue muchas cosas, entre esas la distancia. - sonrió y me mandó un beso por la webcam.

¿Contarle a los demás? ¿A quién podría decirle? Seguro a mi novio ( ja ja ja) No tenía amigos cercanos, ni confidentes... Esa idea rondó por mi cabeza por días, esa tarde salí a comer con mi única compañera del periódico (los demás eran hombres).

- ¿Qué opinas de los amores cibernéticos?- pregunté

-Qué son pavadas, no puedes amar a alguien sin haberlo tocado, a mucha gente le gusta conformarse con la tonta idea de migajas de amor, ilusiones falsas que la sacan de la mísera realidad.- respondió sin inmutar.

Ahora me encontraba con mi realidad hostil, en la cual ya no me sentía a gusto, era una realidad amarga y que negaba las ilusiones que Alelí me brindaba.

Lloré aquella tarde, me sentía en una encrucijada y debía de ponerle fin a algo, pero me era muy difícil el pensarlo, Alelí me brindaba algo que nunca antes sentí, sin tocarla, sin acariciarla, sin besarla...la sentía a cada instante en mí.
Kilómetros
Cap. 6
Por: -Sonia-

Mi novia Alelí, sonaba raro pero hermoso, en mis sueños estaba ella y cada día me imaginaba que ella estaba conmigo, encontrarla en la cocina, en mi oficina, caminando por la calle y tomando helado juntas, mirarla en mi recámara, en mi cama... desnuda y...

¡Dios! ¿Qué es lo que estaba imaginando? El momento en el que ella y yo haríamos el amor... Esperen.. ¿haríamos? Eso suena a un futuro certero y pues, sabemos que no es así.

Las cosas con mi novio iban de mal en peor, me aburría, me era tan tedioso estar con él, mirarlo, besarlo... Tener sexo , después de casi medio año en abstinencia, me asqueaba, pero esa noche, imaginé que era Aleli, en mis fantasías y lo que me provocaba verdadera excitación, era imaginar a Aleli sobre mí.

La imaginación es poderosa ¿no? Lo sorprendente es que la humedad que provocaba Aleli no la había sentido jamás, el deseo por estar con alguien, sentirla mía y que ella me hiciera suya. Alelí, Alelí... ¿qué me pasaba contigo?

Por la madrugada, mi novio se vistió y se acercó a besarme... cerré los ojos y dije:

- Debemos de terminar esto, ya no me siento a gusto.

Abrí los ojos y lo miré estupefacto, no dijo nada... Seguro en su mente imaginaba miles de cosas, no dijo nada. Tomó su chamarra y salió de mi casa.

Me quedé en la cama, no podía creerlo:

-Al parecer lo tomó bastante bien.- pensé

Prendí la.computadora, Alelí no estaba...Le dejé un mensaje: "Buenas noches amor. Te quiero demasiado."

Y, después de tanto tiempo, al fin pude dormir tranquila.
Kilómetros
Cap. 7
Por: -Sonia-

"Los pensamientos son cómo un cardumen de peces, bien, les presento mi cardumen de pirañas..." Algo así iba la frase, algo así me sentía.

Alelí se iba clavando más y más en mi vida, en mis pensamientos, en mis sentimientos; sentía algo muy fuerte y sabía que no era unq ilusión pasajera.

Todo se tornaba hermoso cuando hablábamos, cuando nos mirábamos por videollamada, todo menos la idea de despedirnos, la idea de vernos solamente en unos horarios determinados, no podía con eso.

En mi realidad inmmediata: el periódico, fuimos convocados a participar por una plaza dentro de un prestigioso periódico de la Capital, me hice cargo del proyecto y me inscribí, emprendí uno de los proyectos más importantes en mi vida.

Todo el día me la pasaba en la oficina, con Alelí hablaba poco y solamente cuando nadie estuviera, nos aguardaban largos meses.

Esa noche me quedaría a dormir en la oficina y Alelí estaba conectada:

- Amor, me gustaría hacerte un masaje, besar tu cuello, tus hombros...- dijo y pensé que era una insinuación, comencé a desabotonar mi blusa y bajarla un poco por los hombros.

- ¿Qué haces? - preguntó

- Algo que he tenido ganas de hacer desde hace mucho.

Y de inmediato apagó su cámara, y escribió en el chat: "No lo quiero, no así... Te haré el amor cuando estemos juntas y juro que será por siempre." Después de eso se desconectó.

No miento, me enojé... Al final, eso es lo único que podríamos hacer ella y yo, por que ahora le disgustaba tanto, estaba muy molesta y una ventana de chat se abrió:

- Hola amor ¿Estás caliente? - se leía

- Sí , pon la cámara - respondí.

Y de nuevo me sumerguí en ese sexo cibernético, nada real, nada concreto... Al final con Alelí era lo mismo, ¿no? Un amor cibernético era una especie de juego en línea.

Al menos de eso me trataba de convencer...
Kilómetros
Cap. 8
Por: -Sonia-

Lunes, el inicio del caos, para el Viernes debía viajar a la Capital y entregar el proyecto.

No hable con Alelí en toda la semana, la extrañaba pero tanto trabajo me impedía estar con ella.

Mi ahora ex-novio se portaba muy atento y me ayudaba en lo que podía, se lo agradecía bastante.

Los días se pasaban lentos y el trabajo parecía interminable, no dormí el Miércoles, pero el Jueves ya estaba todo listo; faltaba imprimir:

-Ve a tu casa a descansar, yo lo imprimo y te lo dejo al rato- dijo mi exnovio, acepté su oferta y fui mi casa directo a dormir.

Por la mañana del Viernes llegó para llevarme a la Central de Autobuses, lo notaba extraño, hacíq comentarios irónicos y tenía sonrisas falsas. Raro, pero no le presté atención, llegamos, tomé el proyecto y me disponía a salir del auto, me tomó de la mano:

-Alelí - dijo tomando un flor y la puso en la solapa de mi saco - Espero que ayude en algo- sonrió de nuevo y no entendí nada.

Abordé el autobús y me esperaba un largo trayecto, dormía y un perfume peculiar me llenó, era el olor a Alelí, la recordé y me sentía feliz.

Llegué a la Capital, tanta gente, tanto movimiento; tomé un taxi y me dirigí al edificio del periódico, miraba por la ventanilla la Ciudad, tanta gente, tantos edificios... Sin duda, debía de estar ahí pronto.

El edificio se asomaba entre todos los demás, altos edificios con ventanas de cristal, me acerqué a la entrada... respiré hondo y seguí adelante.

Me registré y me indicaron subir al piso 22, apreté el botón del ascensor, y la ví, era una mujer hermosa, ella me miró y me sonrió. Me sonrojé.

Subimos varias personas al ascensor, quedé hasta el fondo y ella junto conmigo... Pedí que presionaran el piso 22.

- ¿Vas por lo del concurso?- preguntó

- Así es - respondí nerviosa - ¿tú también? - pregunté.

- Algo así, voy al concurso de fotografía... soy fotógrafa- diciendo esto miré que de su cuello colgaba una cámara- Me llamo Lucía - dijo y estreché su mano.

- Soy Soledad- respondí y sonreí.

El piso 22 se abrió ante nosotras, entramos a las oficinas y dejé el sobre donde se requería, ella también.

Todo el trabajo que se hizo durante meses, se redujo a menos de cinco minutos de entrega, volví a apretar el botón del ascensor. Ella se acercó.

- ¿Quieres ir a comer algo? Supongo que tú no vienes de aquí.

- Vengo del Sur del país, a unas 6 horas de distancia. Vamos a comer, no he comido nada desde la mañana- respondí.

Lucía vivía en la Ciudad, la conocía perfectamente, me llevó a su restaurante favorito, comí muy bien.

- Hay una fiesta al rato, pensé que podrías venir...- dijo

- No traigo dinero para hospedaje, debo volver- repliqué

- Puedes quedarte en mi departamento, vivo sola- dijo y sonrió.

- Está bien- respondí...
Kilómetros
Cap. 9
Por: -Sonia-

Llegamos a su departamento, era bastante espacioso aunque su edificio estaba en ruinas. La luz del Sol entraba por el gran ventanal e iluminaba toda la sala.

Colgadas a lo largo de los muros, había fotografías, eran retratos de calles, avenidas, personas en la Ciudad; retratos que mostraban una realidad que no podría ser descrita con palabras... Era admirable el compromiso que esas fotografías mostraban.

-Son todas tuyas, ¿cierto?- pregunté

Ella sonrió y asintió con la cabeza - ¿Quieres dejar tus cosas en la recámara?- tomó mi mano y caminamos por el pasillo hacía la habitación.

Estaba ordenada, una cama intacta y una sola fotografía sobre la cabecera, era un bello paisaje del campo.

- Es verdaderamente hermosa ¿donde la tomaste?- pregunté

- Ese fue un obsequio, yo no la tomé... pero es en un antiguo poblado al Norte del país, ahora hay muchas maquiladoras en ese lugar... ese paisaje me gusta recordarlo así- dijo con una seriedad muy grande, era obvio que quien le hubiera regalado esa foto era alguien especial, me acerqué y en la orilla del marco se asomaba una dedicatoria, firmada con una C.E... No pude acercarme a leer más, ni quería preguntar.

El timbre sonó - La fiesta comenzó- dijo, así es,a fiesta era en su departamento...

La gente fue llegando, eran amigos de ella, la música alegraba el lugar y el alcohol me puso mareada, yo no era gran bebedora... Me mareé y fui al baño a lavarme la cara, después me recosté en la cama y me quedé dormida viendo aquella foto.

- ¿Sole?- escuché en mis sueños, abrí los ojos y frente a mi un par de hermoso color miel me miraban preocupados - ¿te sientes bien?- era Lucía.

-Disculpa, estoy algo mareada y vine a recostarme, en seguida sal...- no pude continuar, los labios de ella se posaron en mi boca y mi respiración se agitó, mi primera vez besándo a una mujer.

No la separé, ni siquiera cuando comenzó a acariciar mi cuerpo por debajo de la ropa, me encendí de pronto...pero, algo me decía q eso estaba mal.

- No, no puedo... disculpa- dije

-¿Tienes pareja?- preguntó

-Algo así, además... nunca lo he hecho con una mujer- dije sonrojada, Lucía sonrió, besó mi frente y salió de la habitación.

Ya no pude volver a dormir, en mi mente sólo pensaba en el beso y en lo que había sentido... pensaba en lo hermosa que Lucía era.

A primera hora por la mañana, salí de su casa, ella me dió su correo electrónico y me besó de nuevo...

- Volverás... Aquí te esperaré...- dijo

Horas, muchas horas más tarde... Me encontraba en mi hogar de nuevo, pero algo había cambiado en mí.

Prendí la.compu y tenía varios mensajes de Alelí, no pude leerlos... la ventana de chat se abrió y ahí estaba ella... pero ahora se veía diferente.
Kilómetros
Cap. 10
Por: -Sonia-

Alelí me miraba raro, era algo que no podía definir cómo odio o tristeza...

- Hola amor ¿cómo estás? - pregunté

- ¿Cómo te fue? Entregaste el proyecto- preguntó friamente...

Hablé poco, había muchos silencios incómodos y me atreví a preguntarle que le pasaba.

- ¿Sabes? Durante tu ausencia medité muchas cosas y ... todo marchaba bien, hasta que me encontré con cierto personaje la otra noche...- dijo, yo no entendía nada, no sabía de que me hablaba... A menos que...

- Un tipo que se hace llamar tu novio habló conmigo, me dijo que estaban juntos y sobre todo, me dijo que nunca hablas de mí...- continuó y me quedé callada.

- Creo que esto no lo tomas en serio ¿verdad? Pues quiero ser completamente seria contigo y sincera, quiero que me veas a los ojos- había lágrimas en mis ojos pero aún así la miré...

- Te amo Soledad, hasta ahora no había pensado la idea de ir a verte y conocernos en persona, pero es algo que debo hacer.. Te amo y lo que siento es sincero, es verdad y sobre todo... real; quiero un compromiso contigo, te amo y...- yo ya estaba bañada en llanto pero la interrumpí.

- Te amo Alelí y puedo explicar todo...él no está conmigo, no me gusta, no lo amo... Lo que siento por ti no lo había sentido jamás- Ella también lloró...

-No sabes lo que daría por besarte en este instante- dijo, ambas sonreímos.- Pero verás que pronto nos encontraremos.-

- Así será, amor- dije ... ahora sentía algo certero con ella... Y si, sólo tal vez, esto no era sólo una ilusión...
Kilómetros
Cap. 11
Por: -Sonia-

No puedo describir lo que Alelí me hacía sentir, en cada una de nuestras pláticas por cámara y video me sentía más cercana a ella.

Conocí muchas cosas de su país, literatura, música, paisajes, arquitectura, personas... Estaba enamorada de su país, y yo de ella... de lo que representaba en mi vida, una ilusión, pero que ahora la veía posible... sin tiempo, por lo que no se agotaría jamás.

No puedo describir lo que me hacía sentir, a cada momento la pensaba, la sentí junto de mí, durante todo el día acumulaba eventos que platicarle, nunca me quedaba callada con ella.

Yo no era una persona tan extrovertida, mucho menos abierta... no tenía amigos y realmente no me interesaba, Alelí era todo lo contrario a mí, tenía amigos y salí a fiestas, eso me encantaba.

Ella me encantaba...

- Quiero pedirte tu número de teléfono, ya sabes... puedo enviarte un mensaje o algo así- dijo algo tímida, le pasé mi número.

- Te amo Alelí, no sabes lo mucho que significas para mí, lo que representas en mi vida y... las ganas inmensas que tengo de sentirte, vivirte... amarte en persona.

- Ya será pronto mi Soledad, ahora no tengo los recursos, no me va muy bien y se que a tí tampoco, tienes el proyecto y estás al pendiente de los resultados... Veo esto cómo una prueba, una de verdadero amor... Si sobrepasamos esto, todo será mejor.

- Quisiera besarte- dije

- Y yo a tí... acariciar esos labios que he mirado tanto tiempo, los imagino, cierro los ojos e imagino su textura, su sabor... Eres tan hermosa Sole, mi Soledad...-

Mi corazón latía con tanta fuerza, ¿era posible un amor así? A veces no lo creía, una parte de mi lo negaba... Era esa parte la que se daba cuenta que Alelí no estaba aquí...

Pero, ¿si me proponía a encontrarla?... Sonreí y decidí aceptar ese propósito... Encontrarme con Alelí lo más pronto posible.

De la manera que fuera, en el lugar que fuese... la idea es, encontrarla, mirarla a los ojos y... saber que ella es la indicada.
Kilómetros
Cap. 12
Por: -Sonia-

El día de la premiación llegó, de nuevo tuve que ir a la Capital, alisté el viaje y cité a Alelí unas horas antes de irme, quería que me deseara suerte... Esperé por horas y nunca apareció, me quedé dormida frente a la computadora, me desperté para irme a la central, completamente triste.

Llegué a la Capital unas dos horas antes del evento, fui al edificio del periódico y esperé afuera, la verdad me sentía un poco triste y decepcionada, eso era importante para mí y Alelí ni se apareció.

-Al final es sólo una ilusión, un juego...- pensaba y alguien se sentó junto a mí.

- Eres demasiado puntual, eso me agrada en sobremanera- era Lucía, sacó un cigarro y me ofreció uno, lo tomé -¿Estás nerviosa? Luces rara- dijo

- No, sólo no he dormido adecuadamente, estos días han sido pesados- respondí

No hablamos más, fumamos y el humo se juntaba en el ambiente:

- No me mandaste ningún correo electrónico, pensé que podríamos seguir hablando- dijo, la.miré y sonreí, acaricié su cabello.

- Lo haremos ¿subimos ya? Seguro ya pusieron los bocadillos- evadí la pregunta, Lucía me atraía pero yo estaba con Alelí y debía respetarla.

Desayunamos con la comida gratis que noa ofrecieron y nos sentamos, Lucía me hablaba del trabajo que había tenido y me explicó un poco del fotoreportaje que metió al concurso:

- Eres toda una fotoperiodista urbana- le dije y sonreí de nuevo, tomó mi mano y la besó...me ruboricé, sentí mis mejillas arder.

- Eres muy hermosa, deseo que te quedes y no sé, puedas estar conmigo, en este gran circo que es la Ciudad.

No dije más, la gente comenzó a llegar y no tardó mucho en comenzar la ceremonia, se dieron los premios de fotografía, Lucía se llevó una mención por su trabajo, me sentí orgullosa de ella.

Llegó el momento del premio por publicaciones independientes, pasó el tercer...el segundo y el primer lugar, en ninguno fuí llamado, Lucía acariciaba mi mano:

-Tenemos una mención especial, de un periódico cuya visión guarda un profundo compromiso con la comunidad en la que se desenvuelve, coordinado por Soledad...

Ni siquiera escuché mi apellido, me levanté de inmediato y recogí el premio, Lucía aplaudía fuerte, me sonreía desde su lugar.

Terminándo la ceremonia, pasamos al banquete de nuevo, esta vez había música en vivo y el coordinador del concurso se paseaba por las mesas, llegó el turno de la mesa en la que estábamos Lucía y yo, él dijo unas palabras emotivas del trabajo de ella y después me miró:

- Señorita Soledad, en mis años de carrera nunca me había conmovido tanto una publicación; estamos muy interesados de que trabaje en nuestro periódico... ¿Podría mandar su curriculum por e-mail? Le agendamos una cita para afinar detalles y su trabajo aquí comenzaría.

Sonreí emocionada y dije que sí, no me lq creía ¡Tenía un trabajo!

- ¿Quieres que nos vayamos ya?- preguntó Lucía, acepté pero primero debía pasar al baño.

Lucía me acompañaba, le hablaba de lo emocionada que estaba... mientras me.lavaba mis manos, Lucía se acercó a mi... volteé a mirarla y justo en ese momento me acorraló en la pared y volvió a besarme...

- ¿Quieres ir a mi departamento a celebrar?- me susurró en el oído, sus palabras me ponían a temblar...ella me hacía estremecer, sentí mi celular vibrar y vi una serie de número muy larga que no conocía.

- ¿Hola?- pregunté

- ¿Verdad que no te lo esperabas, amor?

Esa era la voz de ... Alelí...
Kilómetros
Cap. 13
Por: -Sonia-

-¿Alelí?- no pude decir más, estaba pasmada de escucharla por teléfono, de sentirla más cerca.

- Mi amor, disculpa... Ayer se complicó el trabajo y recién voy regresando a casa, pero dime cómo te fue, preciosa.

Reaccioné un poco para contesarle la mención especial y la oferta de trabajo:

- Sabía que ganarías y ahora te irás a vivir a la Capital, tu sueño.

Y de repente reaccioné, si trabajaba en el periódico, ya no podría irme con ella, no si me asentaba aquí - Pero es a costa de otro sueño- respondí

- El nuestro lo cumpliremos, está escrito... Ahora sólo esmérate por seguir con profesionalismo, tengo que irme, debo dormir y comer un poco; me alegraste todo el día hermosa.

- Y tú a mi, gracias.

- Te amo,mi Soledad.

- Y yo a tí, Alelí.

Fin de la llamada, seguía en el baño y Lucía acababa de escuchar todo:

- ¿Tu novia?- preguntó

Me quedé callada unos instantes, me mojé la cara y me miré en el.espejo:

-No, una amiga na'más...¿nos vamos a tu departamento?- pregunté

Lucía sonrió y volvió a besarme contra la pared, esos besos me estaban volviendo loca...
Kilómetros
Cap. 14
Por: -Sonia-

Llegamos al departamento de Lucía y de inmediato pasamos a su habitación, llegamos besándonos...Ella me.azotó contra la cama y se puso sobre de mí, besaba mis labios, mi cuello... y el frenesí nos invadió, las caricias que llevamos por encima de la ropa querían hacerse más íntimas; la ropa era el estorbo.

Miré desnuda por primera vez a una mujer y viceversa, era excitante, justo lo que siempre busqué...

- ¿Eres pasiva verdad?- preguntó Lucía y no supe a lo que se refería, supongo que notó mi cara de duda - Sí, que si te gusta que te den- preguntó nuevamente.

- Bueno, yo nunca he estado con una mujer y no sé cómo se hace- dije

Ella sonrió y me calló con un beso profundo, mientras sus dedos se internaron entre mis muslos, en la vasta humedad que la esperaba; fue... ni siquiera tengo palabras.

Sus dedos se metían y salían de mi, al igual que los gemidos que me provocaba, nunca me había sentido tan excitada, ni había gritado con tanta fuerza. Lucía se movía bastante bien, pero con la lengua.. se llevó todo de mi.

Estuvimos así hasta el amanecer, yo no la toqué... ni siquiera me atreví, me dejé recorrer por una mujer, ¡Vaya recorrida que me dió!

- ¿Te gustó?- preguntó

Sólo la besé, hasta quedarnos dormidas de cansancio...

Por la mañana tomé mis cosas y salí de su departamento, dejándole una nota..."Volveré muy pronto."

Tomé el autobús, ahora me sentía diferente... Tenía que alistar mi nueva vida en la Capital, mi sueño dorado...

Y en ese momento, no pensaba en Alelí...
Kilómetros
Cap. 15
Por: -Sonia-

Mandé mi curriculum y me dieron una cita para la próxima semana, le mandé un correo a Lucía para que me acompañara, aceptó.

Esos días Alelí no aparecía a menudo, tenía mucho trabajo... eso fue bueno, no podía evitar sentir culpa por lo que había hecho con Lucía, sería incapaz de mirarla a los ojos...aunque fuera solo por una cámara web.

El día de la entrevista llegó, Lucía me esperaba en la central de autobuses, me saludó con un beso en los labios.

- Sabía que.volverías- dijo.

Fuimos al edificio del periódico y entré con la coordinadora de Recursos Humanos, me explicó mi contrato, paga y prestaciones... todo era bastante bueno, acepté y en 2 semanas iniciaría.

Lucía me esperaba afuera, me dijo que fueramos a su departamento, me tenía una sorpresa...

Al llegar, todo estaba adornado con un felicidades y comida aguardaba en la mesa, la besé, no podía contener mis ganas...

-Deberíamos comer, se enfriará- dijo

- Podemos volver a calentarla, y puedo calentarte ahorita- respondí

La recosté en el sillón y seguí besándola, esta vez mis manos curiosas la despojaron de su ropa y sintieron el cuerpo desnudo de una mujer... quería recorrerlo con todos mis sentidos: la vista, mis ojos no se apartaban de su cuerpo, del movimiento que hacía...el oído, escucharla jadear, gemir... gritar mi nombre mientras el éxtasis llegaba, olfato... oler cada rincón de su cuerpo, me atraía... tacto, este fue el que me incitó a la pasión desenfrenada, recorrer con la yema de.mis dedos su cuerpo, desde su rostro, su cuello...sus hombros, esos senos discretos pero que escondian una sensibilidad sin igual... sentir su piel rozando la mía.

Y por último, el gusto... probarla por primera vez, no supe ni cómo lo hice... pero en cuanto la sentí me llegaron deseos por devorar todo ese delicioso néctar que no dejaba de brotar, la devoraba y ella lo gozaba.

Terminamos, ella estaba muy cansada y yo... no podía creer de lo que me había perdido por tanto, revolvió mi cabello y me besó.

Después pasamos a comer, le conté sobre mis planesde buscar un departamento:

- Puedes quedarte aquí el tiempo que desees... ya lo sabes.-

Sonreí y acepté la propuesta, me quedé a dormir con ella, bueno... en realidad no dormimos.

Al siguiente día regresé a mi casa, tenía que dejar atrás esa vida y emprender la nueva.

¿Dónde quedaría Alelí?
Kilómetros
Cap. 16
Por: -Sonia-

No dejaba de pensar en Lucía, invadía cada uno de mis momentos..

Restaba semana y media para irme, acomodé mis cosas... Ropa, libros, sólo lo necesario, porclas noches... hablaba con Alelí.

Mientras no hablaba con ella a veces sentía que no me interesaba más, pero cuando la veía, una profunda paz me llenaba y no dejaba de sonreír, llenaba de felicidad mi vida, hasta que recordaba los kilómetros que nos separaban.

- Te siento cerca ¿sabes? Te amo Soledad- me decía siempre.

- Ahora que me vaya a la Capital no podré conectarme a menudo y te voy a extrañar... ¿no me olvidarás?

- Claro que no Sole, te amo y cada día pienso más en tí... juro que quiero dejar todo y volar hasta donde estás, pero ahora es complicado, ambas nos estamos acoplando a una nueva vida.

- Alelí, te amo- y rompí en llanto, era mi última noche ahí... la despedida fue dura y cuando apagué la.computadora, sentía que apagaba parte de mi vida.

Partí para la Capital, Lucía me llevó a su departamento y me llevó a mi habitación... la había equipado para mí.

-Supongo que buscarás privacidad, es toda tuya, ¿La estrenamos?- mientras decía eso se quitaba la playera y se lanzó sobre mí.

No miento, pensé que dormiríamos juntas...pero no me.molestó tener mi propio espacio, así tendríamos dos camas diferentes para el sexo diario que teníamos.

Ninguna de las dos teníamos llenadera.

Pasó una semana y no podía conectarme, Lucía me enseñó la Ciudad y cómo moverme en ella...era un jungla y al menor error,podía perderme.

Me dió un juego de llaves de su casa y por primera vez, visité un antro gay... Me la pasaba bien, Lucía llevó unos amigos y bebíamos, ella y yo nos besábamos... hasta que se levantó al baño, se tardó demasiado y fui a buscarla, a lo lejos la ví...se besaba con otra chica, me acerqué enojada y la tomé del brazo:

-¿ Qué haces? - le grité

- ¿Te importa? Te recuerdo que no somos nada o ¿sí?

- Pero tú y yo... no entiendo.

- No lo entiendas Sole, vívelo y entiende... puedo salir con quien quiera- diciendo esto, regresó con aquella chica, me senté en la barra, muy decepcionada y comencé a beber más, una chica se acercó a mi... intercambiamos palabras y luego besos...

-Vamos a mi casa- dije y así fue...

Llegamos al departamento, el cuarto de Lucía estaba cerrado y por los ruidos que salían, era evidente que estaba con alguien más... Así que yo hice lo mismo, la chica desconocida y yo noa sumergimos en una lujuria, en sexo y nada más...

Así fue hasta el amanecer, el compás de gemidos en cuartos diferentes, no miento... me sentía rara, Lucía me gustaba pero, si las cosas serían así, no podía contradecirlas.

La chica anónima se fue en la mañana, me dejó su número, me desperté por un café y prendí la.compu de Lucía... Abrí mi sesión de chat y escribí:

"Te extraño y te amo... no me.olvides mi amor"

Se lo envié a Alelí... cerré la sesión y deseaba que las cosas fueran cómo antes... sólo Alelí y yo.

Escuché abrirse la puerta de Lucía, salieron ella y otra chica, que no era la que estaba besando... Se besaron y se despidieron. Lucía se acercó a mi, bebió de.mi taza y me sonrió.

- ¿Y bien? ¿Estás enojada?- preguntó

- No, sólo que ... debo de acoplarme a esto si quiero estar contigo ¿no?- dije

Ella sonrió, me besó y dijo- Así es, la pasaremos bien... ¿Quieres darte un baño?- preguntó

Sonreí y fuimos al baño...

Lucía era la.persona perfecta para experimentsr en este mundo y Alelí, era la persona perfecta para amar...
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Cap. 17
Por: -Sonia-

Estaba acoplándome a mi nueva rutina, había pasado un mes... un mes sin saber nada de Alelí.

El trabajo era bueno, bastante bueno, aprendía cosas nuevas día con día y era un verdadero gusto acudir a diario, por las noches, regresaba a casa y Lucía preparaba la cena, platicabamos de nuestros días y nos disponíamos a tener sexo, un rato o toda la noche... su cuerpo me resultaba adictivo y comprendí que era sólo eso lo que podía involucrar con ella.

Aquella mañana de Domingo, Lucía tenía compromisos y le pedí permiso de usar su computadora, cuando me encontraba sola en el departamento, abrí mi sesión, tenía muchos mensajes de Alelí, en ellos me contaba cuanto me extrañaba y cuanto pensaba en mí.

"Hay una página donde puedes enviar mensajes al celular, puedes enviarme uno de vez en vez y sentirte cerca, te dejo el link abajo. Que te sea muy feliz tu nueva vida amor, te amo."

Eso decía el último mensaje, abrí la página y le mandé un mensaje con los datos que me había dejado...

"Te amo y siempre pienso en tí..."

Le escribí, eso era cierto... No había día en el que no pensara en ella, en el que no recordara su voz y una alegría desconocida me invadía, quizá era un recordatorio de mi promesa... de ese encuentro que nos habíamos prometido.

Alelí, su sólo nombre me daba una enorme sonrisa, su mirada, sus ojos, su boca... La recordaba y por más tiempo que pasara, ella, sólo ella lograba provocar eso en mí.

Copié el link en una hoja y lo guardé en mi cartera, ahora podría sentirla más cerca, pues podría enviarle mensajes a su celular por medio de Internet.

Borré toda la evidencia de la computadora de Lucía, y pensaba seriamente en comprarme una computadora personal; ahora no importaba, Alelí me seguía amando y yo a ella, con Lucía la pasaba de lo mejor.

La vida me sonreía.

Hasta ... una noche peculiar; había pasado más de una semana desde aquel mensaje primero que le envié a Alelí, no obtenía respuesta, pero sabía que estaba bien. Llegué a casa y Lucía lloraba tendida en el sillón, no le presté mucha atención, sabía que ella quería su espacio, fui a la cocina y me preparé un café.

- ¿Sole? ¿puedes venir un momento?- gritó

Apagué la estufa y fuí con ella... me senté a su lado y de repente me abrazó, seguía llorando, no sbaía que hacer y creo que ella lo notó.

- Sólo abrázame, déjame sentirte cerca Sole- musitó

Así lo hice, aunque me parecía algo raro, nunca había visto tan vulnerable a Lucía, seguía llorando y un sentimiento me embargó, era empatía... quería averiguar que le pasaba pero sabía que eso sería atentar con nuestro trato.

- Desde que estás aquí ya no me siento sola, Sole, prométeme que estarás conmigo mucho tiempo.

- El tiempo que me lo permitas, Lucía.

-Quiero que sea para siempre- dijo en voz muy baja, levantó el rostro y me besó, era un beso tierno, dulce... era algo indescriptible, seguí besándola, acariciaba su nuca. ¿Qué era todo eso?

Aquella noche no tuvimos sexo, me pidió que durmiera con ella esa noche y la siguiente... y así fue toda la semana, no había sexo...por las noches ella me abrazaba y yo... me quedaba pasmada.

Para no parecer impertinente no hablaba del tema, supuse que estaba deprimida y me mostraba muy consecuente, preparaba el desayuno y procuraba hacerla reír, Lucía cambiaba poco a poco, me mostraba una faceta tierna, cálida, algo que desconocía en ella.

Mi segundo pago llegó y la invité a un bar gay por la zona, íbamos a bailar y a beber un poco, todo marchaba con aparente normalidad, una chica me sacó a bailar y acepté, era bastante linda. A mitad de la pieza, Lucía se acercó y me jaló, no entendía nada hasta que me besó.

- Ella viene conmigo- le dijo a la chica con la que baiala y ésta, se fue.

Tomé mis cosas y salí del lugar, ella me siguió

- ¿ Por qué le coqueteabas?- reprochó

No entendía nada - Pensé que ese era el trato- respondí

- ¿No lo entiendes?- dijo, se acercó y volvió a besarme... ahora sus besos eran dulces, la separé y le dije que estaba muy tomada, que lo mejor era irnos de ahí.

Llegamos al departamento, la recosté en su cama y me dispusé a irme a mi habitación.

- Espera Sole, quiero sentirte esta noche.

- No Lucía, no es un buen momento- repuse

- Quiero... quiero que esta noche me hagas el amor- pidió

La miré, esa no era la Lucía que había conocido meses atrás, no era la chica que me pedía sólo sexo... Esa chica ahora se mostraba tierna e incluso podía aegurar que...

- Te quiero Soledad, estoy enamorada de tí...
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Cap. 18
Por: -Sonia-

¿Enamorada? No, eso no podía ser... sobretodo, no podía corresponderle, yo amaba a Alelí y de eso estaba segura.

Me quedé parada en la puerta de su habitación, no dije nada... escuchaba sollozar a Lucía, no podía decirle nada, no a alguien cuyas intenciones quedaron claras desde el principio y no estaba dispuesta a moverme de eso.

- Debes estar confundida, tal vez es por vernos a diario- traté de convencerla

- Todos estos días estuve pensando en las múltiples posibilidades de lo que siento, por eso me sentía tan mal, no sabía que hacer, que decir... Pero hoy, cuando te ví con esa chica, lo supe. Yo te quiero Soledad, lo que siento por tí va más allá de una mera atracción... Creéme... sólo una persona más había logrado hacerme sentir eso.

- ¿C.E?- pregunté irónica

- No la nombres, ni siquiera la pienses, ella... ya no se debe nombrar aquí.

- Creo que será mejor que me vaya del departamento- repuse

- No, no es necesario. Es obvio que no me correspondes, lo sabía, después de la manera en la que te traté, en la que llevé las cosas... Pero quiero que me des una oportunidad, Soledad, eres una mujer increíble y quiero que sientas por mí lo que yo siento por tí.

- No puedo, no ahora Lucía... ERes muy hermosa y sin duda me atraes, pero no puedo enamorarme de tí, no ahora- dije

- ¿Hay alguien más?

- Algo así, pero no quiero hablar de ello... mañana por la mañana me iré de aquí, disculpa las molestias Lucía.

- No es necesario, no tienes a donde ir, quédate en lo que buscas algo, no te preocupes por mí. Pero debes saber que siempre obtengo lo que quiero y tú, Sole, eres una persona a la cual deseo en mi vida. Y lo estarás- dijo

Salí de su habitación y me fuí directo a mi cama, cerraba los ojos, quería que todo fuera un sueño.

Lucía me gustaba, en eso no tenía ninguna duda, pero... yo le guardaba un respeto a Alelí (irónicamente, me acostaba con otra).

No, en realidad sentía algo serio con Alelí y aunque estuviera sexualmente con Lucía, a Alelí la amaba... sentía un compromiso a miles de kilómetros de distancia, la amaba y no había duda.

Pero, no podía decirle nada a nadie, mucho menos a Lucía, se burlaría de mí y pensaría que era una infantil... Enamorarme de una desconocida que ni siquiera vive en el país ¿tonto, no?

PAra mí, no lo era... Alelí era una realidad que sólo yo podía entender, y no me interesaba que nadie más lo supiera, no quería que nadie más lo supiera.

Alelí y yo éramos eso, sólo nosotras dos.

Decidí quedarme con Lucía y buscar algún departamento en renta, no encontraba ninguna accesible y me tuve que quedar con ella, pasaron dos meses desde su declaración de amor, ahora la sentía lejana.... No habíamos tenido sexo, no platicábamos mucho y a veces la escuchaba sollozar en su recámara. Me daba pena.

Después de muchos meses, al fin me compré una laptop, Lucía me ayudó a escogerla y a configurarla...había una tensión entre ambas.

Lo primero que hice fue mandarle un mensaje a Alelí, diciéndole que ya tenía una computadora.

Ahora, volvería a hablar con ella... volvería a verla y a escucharla, a sentirla cerca de mí.
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Cap. 19
Por: -Sonia-

"Lamento no poder decirte las palabras que deseas escuchar..." Me repetía cada que veía a Lucía mirarme de esa manera, hablarme, acercárse a mí... El abrazo largo que me brindaba cada mañana y el cálido beso en la frente que me daba por las noches.

Con Alelí no había podido platicar bien, sólo nos mandábamos e-mails, tiernos y dulces correos que me llenaban todos mis días.

El trabajo iba muy bien y ahora me habían asignado un buzón dentro del periódico, sin dudarlo, le envié la dirección a Alelí, esperando recibir alguna carta de ella.

Todo marchaba bien, aunque Lucía la sentía más cercana, pero no podía acercarme yo.

Era un Domingo cualquiera, me conecté y Lucía estaba frente a mi en su computadora, Alelí apareció... pusimos ambas la cámara y me puse los audífonos, pero yo no podía hablar... y según yo apagué el micrófono.

Me levanté por agua a la cocina y de paso, ir al baño... Regresé y Lucía aguardaba en el sillón, me pedía ir a comer algo.

Me senté frente a la computadora y le escribí a Alelí que tenía que salir:

- ¿Quién es ella?- preguntó Alelí

- Es mi compañera de cuarto- escribí

- ¿Quién es ella?- dijo Lucía

- Es ... una amiga, ahorita termino la videollamada y vamos a comer- le respondí

La videollamada se cerró, creí que era la conexión... Alelí se desconectó y sólo apareció en su ventana de chat.

- Esta, tu "amiga" se despide... Adiós.

No entendía nada, hasta que revisé... el micrófono estaba prendido.

- Acabo de cagarla bien bonito- pensé, cerré la computadora y me fuí a comer con Lucía.
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Cap. 20
Por: -Sonia-

- ¿Qué tienes Soledad? - me preguntó Lucía mientras jugaba con mi ensalada, era obvio que me sentía mal y que se me notaba.

- Nada- respondí seca

- Hay algo que quiero pedirte, habrá una exposición de algunas de mis fotografías y pensé si querías ser mi acompañante- dijo

- No lo sé, no sé si sea lo correcto- respondí aún más fría.

- ¿Qué pasa Soledad? ¿Dije algo malo? ¿Fue mala idea salir a comer? Pareciera que esa amiga con la que hablabas te dijo algo.

¿Amiga? Alelí era mi novia, mi amor a distancia pero que la sentía más cerca que cualquiera, era la mujer que había logrado sacar tanto de mí, sólo por videollamadas, por una llamada al celular y por los cientos de mensajes que le enviaba a su celular, me sentía una basura, una persona sin escrúpulos.

- Claro, esa "amiga", no quiero hablar por el momento, te acompañaré... ¿cuando es?- pregunté

- El próximo fin de semana, ¿es un trato?- preguntó.

Asentí sin ganas.

Regresando al departamento prendí la computadora, Alelí no estaba... no se apareció en los siguientes días.

Era Viernes, mi esperanza se vió iluminada cuando ella apreció.

"Te he extrañado..." apareció en la pantalla y prendió la cámara.

- Te amo Alelí, lo lamento, no quería decir nada de eso, es que... todo es difícil, la gente juzga sin saber y no quiero eso, lo nuestro es nuestro y...

- Te amo Soledad, sé lo que sientes por mí y se que es verdadero, nos encontraremos y le mostraremos al mundo lo que el verdadero amor es... te amo, mi Sole.- me dijo y el mundo se iluminó.

Ya era tarde allá en su país y me dijo que trabajaría temprano, quedamos en vernos al día siguiente, ella dejó una fiesta para encontrarse conmigo en una videollamada.

- Hasta mañana amor- dijo

Apagué la computadora y me fuí a dormir, en el closet colgaba un vestido con una nota:

" Espero sea tu talla, es mi regalo para que mañana te veas aún más hermosa."

- Demonios- pensé - mañana es la exposición de Lucía, espero llegar a tiempo.

Me fuí a dormir, soñé con Alelí... cómo cada noche, soñé con ella y no había más.


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Cap. 21
Por: -Sonia-

La exposición de Lucía era unas horas (varias) antes de mi cita con Alelí, tenía tiempo suficiente.

Llegamos a la galería, era la primera vez que entraba a una, todas las personas conocían a Lucía y la trataban amablemente y ella me presentaba cómo su "acompañante" y guñaba el ojo.

La exposición era sobre su trabajo foto-periodístico en una de las zonas más marginales de la Ciudad, me sorprendía de la sensibilidad que proyectaba en cada una de ellas. Lucía me acompañó por toda la exposición y me explicaba cada una de las fotos.

- ¡Felicidades, sigues teniendo ese ojo que engancha!- esuchamos detrás nuestro.

- Cristina ¿Tú aquí?- dijo Lucí sorprendida

- C.E. - pensaba - es ella, debe ser ella... una mujer que realmente no me pareció atractiva, cabello corto y negro, chaparrita... sin ninguna clase de encanto.

- Lucía, nos volvemos a encontrar y... no vienes sola- dijo aquella mujer y me miró de pies a cabeza.

- Es Soledad, mi... novia- dijo Lucía, no siquiera pude contradecirla.

- Cristina Esmeralda, mucho gusto ¿también te dedicas a la fotografía?- preguntó

- No, soy periodista.

- Vivimos juntas- interrumpió Lucía, aquello se me estaba saliendo de las manos, pero no sabía que decir o cómo hacer para safarme de aquello. Miré mi reloj, estaba a menos de una hora de mi cita, tenía que irme.

- Es hora de que me vaya- le susurré a Lucía

- No puedes- contestó aquella otra mjer - Aún no se da la presentación oficial y todo aquél alarde y derroche de halagos que disfruta Lucía.

- Por favor, espera un poco- dijo Lucía y me tomó del brazo para llevarme al otro extremo de la sala.

- ¿Eso querías? ¿Ser un trofeo para presumirme con tu ex novia?- dije enojada

- No, no sabía que estarí aquí, Soledad, estoy muy apenada, pero por favor no te vayas- dijo, noté su mirada de angustia.

- Esta bien, me quedaré... pero será lo último que haga por tí- dije

Me abrazó y me agradeció, minutos después la llamaron para que el dueño de la galería la presentara, Lucía era una mujer muy talentosa, la admiraba por eso... sus fotografías eran únicas.

- ¿Te acostumbrarás a esto?- la famosa CE me dijo

- En realidad vivimos juntas, pero no somos nada... yo tengo pareja, la acompañé porque admiro su trabajo- contesté

- No por mucho, cuando algo lo quiere... lo tiene y tú no serás la excepción- sonrió y se fue.

Esa tipa era una antipática y fea.

Después de la presentación, hubo un brindis... la cita pendiente ya era algo perdido para mí, así que comencé a beber cómo loca, Lucía me detuvo y me llevó al departamento.

- ¡Arrasaste con el vino querida!- me decía mientras me recostaba en mi cama, me quitaba los zapatos y desabrochaba el vestido.

- Hazme el amor- pedía... Lucía se acercó y me besó...

- Alelí- susurré quedo pero... en Alelí es quién estaba pensando...
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Cap. 22
Por: -Sonia-

-Hazme el amor- era el susurro que salía de mi boca, pero no se lo estaba diciendo a la mujer que me estaba besando ya, no, no se lo decía a Lucía.

-Alelí- pensaba, mi cabeza estaba muy confundida, nunca había sido una gran bebedora y esta vez había perdido toda la noción de sobriedad.

Pero la ví, en ese emborrachamiento producto del vino y de mi imaginación activa, vi a Alelí, la sentí besándome, acariciándome... Alelí era quien me hacía el amor, me estaba entregando a Alelí.

- Te amo, hermosa- escuché, así me decía Alelí.

- Y yo a tí, amor- respondí sin pensar, le respondí a Alelí.

Mis sentidos se estremecieron, en esa ilusión nocturna donde mi amor tan grande había venido a reclamarme, sentí un orgasmo único, lágrimas corrían por mis mejillas y me quedé dormida.

El Sol inoportuno entró por la ventana y me develó lo sucedido... No era Alelí, Lucía yacía junto a mí, no miento, verla dormir era algo hermoso y único... pero, no era con quien quería amanecer.

Me levanté y fui a la cocina por un café, me senté en el sillón, estaba confundida, estaba algo triste y prendí la.computadora. Ahí había un mensaje de Alelí, de apenas unas dos horas.

"Te esperé, seguro el trabajo te retrasó... Te amo.."

Accedí a la página de mensajes y con lágrimas en los ojos escribí: "Te amo Alelí..."

Me sentía una maldita traicionera, quería largarme de ahí y no aparecer más, estaba jugando con ambas, estaba jugando conmigo, pero... ¿A qué?

Era una cobarde y de las más viles... y eso quedó asentado con lo que acabababa de pasar, pero... las cosas nunca vienen solas.

Lucía se despertó y me abrazó por los hombros:

-Hace mucho no me entregaba de esa manera... Nos pertenecemos ¿no lo ves? Dime que lo sientes... amor- dijo

¿Qué podía hacer? Pudo más mi cobardía y la culpa, ahora debía hacerme cargo de shs efectos.

- Así es, Lucía.

- Entonces ¿somos novias ya? - preguntó

- Sí, eso parece- respondí con una sonrisa fingida que fue correspondida con un beso tierno y cálido, me gustaba esa Lucía amorosa... pero no podía amarla.

No cuando Alelí había cautivado todo en mí...
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Cap. 23
Por: -Sonia-

Lucía absorbía mi espacio, mi tiempo en casa, pero no mis pensamientos, la quería mucho pero no podía verla cómo a mi pareja, no cómo veía a Alelí.

¿Qué raro no? A Alelí la sentía cercana a mi, a mi corazón, a mi ser, a mi cotidianeidad, aunque fisicamente nos separaban kilómetros.

Con Lucía me pasaba lo contrario, su cercanía me asfixiaba, ella no era mala, se desvivía por hacerme feliz, lo que no entendía es que mi felicidad dependía de otra mujer.

Aquella mujer con la que evitaba todo contacto, le.dejaba mensajes en el chat o le enviaba mensajes a su celular... Pero nada más.

Los días se tornaban grises y la depresión comenzaba a devorarme. Pero esa mañana todo cambió, abrí mi buzón del periódico y ahí estaba: ¡Una carta de Alelí!

Estaba tan emocionada, sonreí y no evité llorar de feliz, olí el sobre... quería abrirla de inmediato, pero a la vez quería hacer todo una especie de ritual.

Llegué a mi oficina, me senté y miré el.sobre, cada detalle de su letra lo memoricé, abrí el sobre y ... su aroma me embargó, comencé a leer y en mi mente resonaba Alelí, la imaginaba escribiendo la carta en la mesa que tenía en su jardín, mientras jugaba con su perro...

Aún no quería leer la carta, miraba las letras, lloraba y no dejaba de hacerlo... estaba muy conmovida.
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Cap. 24
Por: -Sonia-

"Mi Soledad:

Estos meses han sido duros sin tí, tu nuevo trabajo te absorbe mucho tiempo , pero me da tanto gusto que estés haciendo lo que te gusta, eres una mujer muy responsable y eso me enloquece de tí.

Nunca había mandado una carta, quizá no tenía a quién mandarle una, pero me alegra que seas la primera, este gran amor que no conoce fronteras.

Te ofrezco lo que vivo, lo que amo, lo que soy ¿lo entiendes? Mi vida entera va para tí, al principio pensé que esto no era amor, que era una ilusión, un sueño imposible, pero... no es así.

Creéme Sole, iré contigo y esta es una promesa que he de cumplir, iré por tí, a vivir esta felicidad que no distingue kilómetros, por el amor que me brinda tantas alegrías.

Te amo, mi Soledad.

Pd. Escríbeme de vuelta, esto es muy romántico"

Con la carta entre mis manos temblorosas, mi corazón latió muy fuerte y las lágrimas brotaron sin cesar.

No podía decir nada, sólo pensaba en que lo que sentía por Alelí era auténtico,real y ... ahora tan lejano.

Le mandé un mensaje a su celular: "Hermosa carta, me quedé sin palabras. Te amo Ale“

No pasaron ni 15 mins, mi celular sonó y ahí estaba la voz de mi verdadero amor:

- Hermosa, te he extrañado.

- Alelí - dije llorando- Te amo, eso no lo olvides jamás... aún cuando pase la distancia y el tiempo... tú eres algo hermoso y un gran amor que no quiero perder.

- Sole, no llores... verás que nuestro destino es estar juntas, lo haremos y ya no habrá lágrimas, sólo felicidad. Te amo.

- Te amo Alelí, sólo a tí- Esa última frase era completamente cierta, sólo a ella la amaba... sólo a ella le pertenecía.

Pero, la vida era cruel...
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Cap. 25
Por: -Sonia-

No pude contestarle la carta a Alelí, no tenía el valor suficiente para mentirle, me alegraba no hablar con ella por videollamada, hubiera notado mi tristeza, mi engaño. Así era ella, en tan poco tiempo, sabía interpretarme muy bien.

Con Lucía todo iba bien, cada mañana me sorprendía encontrar a esa mujer en mi cama, podría acostumbrarme a ello. Sí, acostumbrarme, esa era la palabra.

El amor lo había reservado para Alelí, y al parecer la distancia fomentaba ese amor, aunque ahora mis circunstancias eran un tanto inaccesibles.

En el trabajo me iba muy bien, a veces agradecía tener tanto trabajo y pasar el menor tiempo posible en casa, el pensar que vivía un engaño me hacía sentir fatal.

Lucía llegó aquella noche al departamento muy emocionada, cómo de costumbre me besó en la frente y me preparó un café.

- Acabo de encontrar un trabajo- dijo emocionada, la verdad también me emocioné, pese a todo, admiraba a Lucía demasiado, era una mujer muy talentosa y con una sensibilidad única... A veces pensaba que si mis circunstancias fueran diferentes, podría enamorarme de ella, es más... podríamos hacer trabajo periodístico juntas.

- Es en un colectivo de fotografía, tienen mucho impacto en la Ciudad, esto sin duda será un acierto en mi carrera- continuó diciendóme emocionada- Sin duda Esme tenía razón, al fin entré a su colectivo.

¿Esme? ¿Esa no era su ex-novia? La miré algo extrañada y dije:

- ¿Me estás diciendo que trabajarás con tu exnovia?-

- Sí, ella forma parte del colectivo, ella me ayudó a entrar ¿te molesta?

- Sí - dije sin pensar - ¿cómo puedes estar tan tranquila estando junto a la persona que amaste tanto tiempo? - dije furiosa

- no entiendes, las cosas no son cómo piensas... Ella y yo...

- No quiero escuchar, hoy dormiré en mi cuarto, mañana despierto más temprano y no quiero molestarte. Descansa Lucy- besé su frente y me fui a mi habitación, cerré la puerta azotándola y me recosté.

- Esa hija de...- pensaba en mi cabeza, imaginando la expresión de la horrible Esmeralda, esa mujer era fea cómo la fealda misma y ahora estaría con Lucía todo el tiempo en el trabajo, se verían ¿ y si se besaban? ¿Y si... recordaban viejos tiempos?

Esperen ¿acaso yo...? No, no podía ser... Podría jurar que estaba celosa de Esmeralda.

- Debe ser la costumbre- me repetía mientras dormía.

¿ O no?

La siguientes semanas ocurrían con una tensión particular, era un poco distante con Lucía y ella lo notaba, cuando trataba de hablar, la esquivaba, no quería saber lo maravillosa que era su ex, lo felices que eran... Dios, hasta tenía una foto de su autoría en su cabecera ¿Eso no significaba nada?

Claro que sí, que Lucía seguía amando a su ex... Al final yo era una tapadera, un juguete... pero ¿por qué no terminaba con todo eso?

No, había algo que me lo impedía..

Esa semana sólo recibía mensajes por chat de Alelí y la cité para el Viernes por la noche, Lucía no estaría en casa y podía hablar largo y tendido con mi amor a distancia.

Esperaba ansiona la noche de Viernes, esta vez nada me haría faltar.
Kilómetros
Cap. 26
Por: -Sonia-

El Viernes llegó, preparé comida en la casa y me serví un poco de café... Prendí la computadora y ... ahi estaba.

Mandé la cámara de inmediato, esos ojos llenos de alegría y de amor me estaban mirando, una sonrisa se dibujó en su rostro.

- Mi amor- dije

- Sole, mi hermosa Sole... te he extrañado, no sabes cuánto mi amor, cada vez te miras más guapa.

Reí un poco y le pregunté sobre su trabajo, le hablé sobre el mío, reí mucho, me sentí tan llena, cómo hacía tanto no lo era.

- No sabes la falta que me haces mi amor, contarte cómo estuvo mi día, decirte lo mucho que me haces sentir-

- Sole, quiero que me prometas algo.

- Dime.

- Si llegaras a encontrar a una chica que te diera todos los besos y los abrazos que yo no puedo darte, júrame que me lo dirás- me quedé fría, aún más cuando miré las lágrimas en los ojos de Alelí.

- No podría amar a nadie más- respondí

- Pero necesitas caricias, besos, abrazos, todo eso que no puedo darte por ahora, lo necesitas... Pero te lo daré, sólo que no sé cuando, estos días mi esperanza se ha ido al carajo, estoy a punto de perder el trabajo, la situación del país está de la mierda y tú... eres lo único hermoso dentro de este mundo gris, pero no quiero ser egoísta, mereces que alguien te ame. Te amo de cerca.

- No digas eso Alelí - ni siquiera podía mirarla a los ojos - Te amo, te amo cómo no te imaginas...

Ya era muy tarde y decidimos cortar la videollamada, era doloroso, después de eso... me fuí a la cama, no podía dormir, sentí cuando Lucía llegó y me abrazó.

- Tengo que decirte algo Lucía- dije

- ¿Qué pasa amor?- preguntó

- ¿Qué opinas del amor a distancia? - pregunté...
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Cap. 27
Por: -Sonia-

- Debes estar jodiéndome... ¿en serio quieres preguntarme eso?- dijo riendo

- Es una idea que me ha rondado por mucho tiempo- respondí

- Bueno, pienso que eso son tontería de gente inmadura- Esperaba esa respuesta

- Aunque, yo siempre he sido de la idea de que el amor no tiene límites, esos los ponemos nosotros, así que la distancia no es un impedimiento para el amor, puedes conocer a una persona muy bien... Aún sin tocarla, además...eso es un acto de valentía ¡Mira que esperar por mucho tiempo para besar a la persona que amas! Sin duda, es una muestra más del poder del amor.- dijo

No podía creer lo que acaba de decirme Lucía.

- ¿Y crees que es algo serio?- pregunté

- cuando involucras los sentimientos de otra persona, ten por seguro que es algo serio- me dijo entre bostezos hasta quedarse dormida.

Me levanté de la cama y fuí a fumar al balcón, tenía mucho en que pensar... Ahora estaban involucradas Alelí, Lucía y yo ¿qué es lo que quería realmente?

Pensaba en lo que me había dicho Alelí, pensaba los motivos para que me dijera esas palabras que resultaban tan fuertes y entonces tomé una decisión.

Por la mañana le mandé un mensaje a Alelí a su celular, quería citarla esa misma noche.

Así fue esa noche, Lucía dormía plácidamente y yo me conecté...

- Alelí, quiero decirte algo...- dije - He conocido a una chica, salgo con ella y...

- ¿Es tu compañera de cuarto, verdad?- respondió

- Sí, en realidad no sé cómo se dieron las cosas... yo.

- Te amo Soledad, eso no lo cambiará nada ni nadie... No te juzgo ni me siento herida, lo mereces... mereces que alguien te de ese amor que no puedo darte en persona, físicamente... pero, debes de saber que cómo yo te amo, nadie te amará y... que estaremos juntas mi amor- dijo, su voz se escuchaba entrecortada.

- Te amo Alelí- dije llorando y acariciaba la pantalla de la computadora.

- Ahora es tiempo de despedirnos, acá es muy tarde... Te amo mi Soledad, no sabes la felicidad que me da el sólo pensar en tí- y cortó la videollamada, después, se desconectó.

Cerré la computadora y me maldije, por haber ocasionado todo eso, por haber aceptado estar con Lucía... maldecía mi destino, mi vida... Ahora me había quedado sin Alelí.

Esos días se pasaron lentos, le mandaba mensajes a Alelí y no obtenía respuesta, en el chat no se aparecía... tenía mucho miedo de que le hubiera pasado algo.

Pasó un mes, el mes más eterno de mi vida... esa mañana revisé el buzón y una luz me llenó. En un tímido sobre amarillo, venía una letra que conocía muy bien.

Aquella remitente era: Alelí.
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Cap. 28
Por: -Sonia-

"Sole:

Me juré a mi misma que no te escribiría, que haría todo lo posible para dejar que la felicidad te llegara y te embargara.

Pero no puedo, no pueno hacerlo, sé que conmigo serás feliz...pero esta distancia, he comenzado a odiarla, no sabes cómo envidia a esa mujer que puede besarte, mirarte a los ojos, secar tus lágrimas... sentir tu piel. La odio en verdad.

Sólo quiero que sepas que te amo, que te amo cómo nunca he amado a nadie y cómo nunca volveré a amar, no te mentiré... esto del amor a distancia me parecía una juego, una broma que hacía la gente para no sentirse sola. Pero te conocí, supe lo que el amor era, los obstáculo que hay que pasar para que se concrete y descubrí que el amor a distancia es una realidad.

Yo no me he rendido, ni me rendiré... Estos kilómetros significan que la lucha será larga, pero el sólo mirarte, el tenerte cerca es la mayor recompensa que puedo obtener. Te amo mi Soledad, no me olvides... así cómo yo no me olvido de tí.

Tuya siempre. Alelí"

Sonreí y lloraba... le mandé un mensaje al celular de Alelí:

"Lo hiciste de nuevo... Te amo"

Mi celular sonó, contesté emocionada:

-¿Lista para la sorpresa mensual?- dijo

- Te amo Alelí, no he dejado de pensar en tí...

- Calla y escucha, quiero que disfrutes el tiempo que pases con ella y aguardes por mí, nos encontraremos algún día... Te amo Soledad y esto no se borrará.- dijo

- Lo sé, lo siento en lo profundo de mi corazón, Alelí.

- Ahí es donde habito yo, ahora... quiero que disfrutes de tu vida, que me pienses, que me extrañes... pero que sigas adelante, en ese camino es donde nos encontraremos. Te amo

Y colgó sin más, no pude llorar, creo que había entendido todo...

Siempre me dijeron que el amor es sacrificio, Alelí lo hacía, renunciaba a mí por mi felicidad, aunque... de algo estaba muy convencida, el destino volvería a poner a Alelí junto a mí y esa vez, sería la definitiva.

Guardé la carta bajo llave en mi escritorio, y sonreí... Era momento de seguir, pero sin olvidar mi meta: estar con Alelí.

Ahí fue cuando decidí enfocarme más a Lucía, ser feliz con ella, disfrutar lo que se venía...

¡Y vaya que se vinieron muchas cosas!

Lucía seguía trabajando con su ex, eso cada vez me molestaba más pero no lo decía, no podía decirlo cuando de cierta manera yo hacía lo mismo.

- Sole, quiero hablar contigo, ya no podemos seguir con esto-

- ¿De qué hablas Lucía?

- De tus celos irracionales, de tus actitudes hostiles por las ideas que te formas en tu mente, ideas que no tienen fundamento. Esme y yo sólo trabajamos juntas, hace tanto tiempo que dejé de sentir algo por ella. Lo que pasó, se quedó ahí... en el pasado y yo...

No la dejé continuar, un impulso me llevó a besarla, a callarla con besos...

- ¿No lo entiendes? Estoy enamorada de tí- dije, Lucía abrió sus ojos y me miró incrédula, tomó mi rostro con sus manos y me besó... me besó hasta que me llevó al sillón.

_Y fue ahí donde hicimos el amor por primera vez...
Kilómetros
Cap. 29
Por: -Sonia-

Sé lo que deben estar pensando, que no se puede amar a dos personas a la vez. Tienen razón, yo no amaba a dos personas, sólo amaba a Alelí, pero... con Lucía me pasaba algo peculiar, la sentía mía, ella estaba conmigo y no podía manejar mis celos.

¡Vaya que tengo construcciones del amor muy complicadas! ¿no? Amo locamente a alguien que se encuentra a kilómetros de mí y deseo fervientemente a la mujer que amanece todo los días a mis lados.

ME costó mucho trabajo, pero seguí la recomendación de Alelí y me entregué a las caricias y el amor que Lucía me ofertaba, aunque, no me entregué del todo, pues una parte de mí la tenía Alelí y no la soltaría hasta que estuviera con ella.

Pasó rápido 1 mes, puntualmente estaba una carta en mi buzón, era de Alelí, me contaba cómo le iba, que hacía, que tal le iba en un nuevo trabajo, era en una ciudad muy grande y poco a poco su vida iba mejorando.

Pasaron así 3 meses, cada uno de ellos llevó una carta de Alelí que nunca me animé a contestar, me sentía mentirosa, hipócrita, jurándole un amor que no podía darle y enamorandome de Lucía cada día más.

Esa quinta carta me partió el alma:

"He conocido a una chica, es muy amable y me ha invitado a salir... Dudé en aceptar, pero lo hice, es maravillosa."

Esas fueron las palabras de Alelí y ahí lo supé, ella se había enamorado de esa otra chica.

Hasta ese momento supe la magnitud del amor que le tenía, sentada en el suelo de mi oficina llorando... sintiéndome miserable de que aquella otra chica se hubiera enamorado de alguien quien no era yo. Eso no era justo.

Abracé con todas mis fuerzas la carta y lloré, lloré sin parar hasta que el llanto no fue suficiente, la había perdido; ahora supe lo que ella sintió cuando le conté sobre Lucía.

- Es hora de seguir mi vida- dije y continué adelante.

Alelí siempre formaría parte de mi vida, formaba una parte importante en mi vida, sus cartas de cada mes me llenaban de alegría, aunque ella ya tenía un nuevo amor, una antipática chica llamada Anny.

Y así, cómo si nada más hubiera pasado... un año salió volando, 12 cartas guardadas en mi oficina y un amor a distancia que no podía superar.

Las cosas con Lucía marchaban bien, me enseñaba un mundo que desconocía, el mundo de tener una novia, de tener un compromiso, pero no me enseñaba la manera en que se debía amar... esa técnica, la había aprendido ya con Alelí.
Kilómetros
Cap. 30
Por: -Sonia-

Y entonces sucedió, Alelí volvió a ser una ilusión hermosa y sus cartas de cada mes me recordaban lo hermoso que pudo haber sido todo.

Ella ya vivía con Anny, aunque no me lo dijera, yo sabía que era feliz y me sorprendía que siguiera escribiéndome, supongo que nuestras soledades se complementaron tan bien que no se querían aparta la una de la otra.

Con Lucía me iba bien, era una mujer excepcional y me hubiera gustado amarla cómo amaba a Alelí, pero no, un amor de esos, se tiene una sola vez en la vida.

Deseché mi objetivo, Alelí ya no era mi prioridad, me convencí de que jamás la conocería ni estaríamos juntas, que todo había sido un hermoso sueño, un sueño que extrañaba cada noche, extrañaba tan solo esa videollamada, escuchar su voz... La extrañaba a toda ella.

El trabajo iba de lo mejor, de hecho me había ganado el seguir una historia en la frontera norte del país, iba a un lugar cercano al paisaje de la fotografía de Lucía.

Con Lucía me pasaban muchas cosas, pese a que no la amaba, sentía mucho celos de su ex, me pesaba su pasado y los pensamientos que tenía en torno a ellas dos me agobiaban, Lucía lo sabía y se limitaba a abrazarme, me comprendía y me besaba.

Le conté sobre la historia, que me iría cerca de 3 semanas a esa frontera, ella fue a su habitación y quitó la fotografía, sin decirme más.

- La primera vez que fuí con ella a ese lugar, fue uno de los días más felices de mi vida, ese lugar es mi todo... desde pequeña lo conocí muy bien y mi infancia se desarrolló ahí, quería que Esme lo supiera, quería que lo compartieramos. Desde que era pequeña deseaba estar con el amor de mi vida ahí, rodeadas de naturaleza. Pero eso cambió.

Tomó la fotografía que había descolgado y la miró:

- Me equivoqué, ella no es el amor de mi vida... Esa eres tú- dijo y se acercó a besarme, no supe que decir, no supe que responder - No lo sientes aún, pero ya llegará- susurró.

La miré algo triste y besé su frente, deseaba corresponder ese amor, en verdad lo deseaba...pero ese amor era algo que ya no me pertenecía, ese amor estaba a kilómetros de distancia.
Kilómetros
Cap. 31
Por: -Sonia-

Y me fuí a la frontera norte, me iba cerca de un mes; tenía una serie de sentimientos encontrados que no podía describir, por una parte extrañaría a Lucía, encontrarla por la mañana en la cama, sentir su calor junto al mío. Pero, el sentimiento más grande, era el que sentía por Alelí, pensar en ella conmovía mi alma y no dejaba de sentirme mal. Yo no la extrañaba, lo que sentía por ella era aún más grande. La amaba.

El amor se presenta de diversas formas, tiene diferentes obstáculos y me dolía pensar que el amor que sentía por Alelí no lograría concretarse, por más que me esforzara, no ahora que ella tenía a alguien más, con la cual era muy feliz y ya hasta vivían juntas.

Llegué a la frontera del país, la investigación no era muy sencilla y se sentía hasta peligroso el ambiente; es mundialmente conocido el caso de las mujeres que han sido asesinadas o desaparecidas en Ciudad Juárez, pues bien, mi trabajo era conocer y hacer un reportaje de las familias de las chicas desaparecidas, el trabajo que estaban haciendo y los hallazgos que habían logrado.

Pensé que resultaría fácil, la verdad no era así... La mayor parte de familiares que estaban en esa búsqueda, estaban con amenazas de muerte, las autoridades lucían incompetentes, pero, el deseo por recuperar a sus desaparecidas era mayor. Sin duda, me resultó admirable y conmovedor.

Pasaron dos semanas ahí, iba avanzando más o menos y mi guía estrella era uno de los hermanos de Aída, una chica que llevaba desaparecida más de 1 año; esa tarde, le pedí que me llevara al lugar de la fotografía de Lucía, estaba a una hora de distancia, así que fuimos.

Cuando llegué todo estaba irreconocible, la erosión del suelo se hacía evidente, la contaminación y las grandes maquilas era el primer plano de aquel paisaje desolador, el río lucía contaminado y casi no quedaba población en los alrededores, no quise mirar más y le pedí a mi guía que nos fueramos.

Sentí un dolor profundo en el alma, la degradación que ocurría a diario, llegamos de nuevo a la ciudad, habría una pequeña movilización en el palacio de gobierno, yo quise darme un baño, la posada donde estaba quedaba en la esquina de la plaza, los alcanzaría de inmmediato, mi guía me dejó y se fue.

Aquél día jamás lo olvidaré de mi memoría, me bañe y vestí lo más rápido que pude y salí, cuando escuché los disparos, me escondí tras un carro y vi cómo ejecutaban a la madre y al hermano de Aída, después... los hombres se subieron a una camioneta negra y se fueron. Regresé a la posada, estaba muy intranquila, llamé a mi jefe y le conté lo sucedido; me pidió que regresara lo más pronto posible.

Pero no podía, salí a la calle, se los había llevado ya; el padre de Aída estaba intranquilo y la abuela se me acercó y dijo:

"Es mejor que te vayas, podrías ser la siguiente..."

Y así lo hice, estaba muy nerviosa, pensaba en lo que me pudo haber pasado, en los riesgos en los que me encontraba; lloré todo el camino de regreso, me sentía tan frágil, tan vulnerable, no quise llamar a Lucía, no lo haría.

Ahora sólo pensaba en Alelí, pensaba en que hubiera pasado si hubiera muerto ahí, no podía dejar de pensar que debía encontrarme con ella, ahora lo pensaba con más fervor, las últimas lágrimas que derramé fueron una especie de expiación, retomé las ganas de tenerla cómo una meta en mi vida.

Llegué por fin a la Capital, tomé un taxi de regreso a casa... Abrí la puerta y Lucía estaba comiendo, junto a ella: su ex.

Las saludé sin muchas ganas y me metí a bañar, no me importó que el agua estuviera fría, estaba enojada ¿qué hacía ese esperpento en casa?

De pronto lo recordé ¿porqué celaba tanto a Lucía? DEbía de decidirme, debía de tomar cartas en el asunto.

Salí del baño y escuché que se cerró la puerta... LA fea se había ido, Lucía entró a la habitación y e preguntó el motivo de mi regreso tan pronto.

- Seguro ni me extrañaste, estabas muy bien acompañada- le dije y por priemra vez no recibí una explicación, la miré, estaba enojada.

- Trajeron tu correspondencia a casa, había un par de cartas que me resultaron interesantes- dijo

ME puse fría, seguramente hasta pálida estaba y en efecto, dijo lo que esperaba:

- ¿Quién es Alelí?- preguntó

Heme ahí, semidesnuda, pálida, fría y a mi novia preguntándome por el gran amor que vivía a kilómetros de mí... Y yo, sin saber que decir.
Kilómetros
Cap. 32
Por: -Sonia-

Terminé de vestirme, y volví a sentarme en la cama. Lucía volvió a preguntarme lo mismo.

- ¿Te acuerdas de la amiga de la videollamada de hace mucho?- dije sin mucha coherencia - Ella es Alelí y no es mi amiga.

- Eso lo sé, no se habla con tanto cariño a alguien. ¿porqué no me lo había dicho?- dijo inquisidoramente

- Por qué quizá para tí no tendría mucho sentido, además de que no tendría porqué representarte algo.

- Obviamente lo representa, para tí es alguien importante y por lo visto, mucho- dijo

Ya no supe que decirle, cualquier cosa era mi ruina, cerré los ojos y dejé que mis sentimientos salieran:

- Alelí es una mujer que me llenó de sentimientos nunca antes experimentados por mí, me llena de alegría saber de ella y también me llena de rabia no poder estar con ella. Me atrevo a decir que la amo, la amo cómo nunca había amado y sé que ella me corresponde, peor hay una maldita distancia que nos separa, cada kilómetro es un dolor más en el pecho para mí, una impotencia de no estar con la persona que amas. Lo siento Lucía.

Lucía me dió una cachetada, tomó las cartas y las rompió en mi cara, después me abrazó y se soltó a llorar, yo no tuve más que abrazarla.

- Vete de mi casa, no quiero volver a verte- susurró

Y así lo hice, esa misma tarde empaqué todo y me fuí... llegué a la casa de un compañero del trabajo, esos días de descanso encontraría un departamento, ahora sólo quería pensar en lo que había provocado.

Y al final, quedé cómo el perro de las dos tortas, sin ninguna de las dos.

Pasó cerca de un mes, decidí alejarme de Alelí, su recuerdo me hacía daño y el pensar que otra estaría feliz con ella, me dolía aún más. Pasó algo chistoso, Lucía volvió a buscarme, salíamos sin ningún tipo de compromiso. Cómo al principio, pero ... ahora sí sentía algo por ella.

Entre que sí y que no, seguimos en ese mismo plan de "libertad" cerca de un año, creo que me estaba conformando a eso.

Alelí dejó de enviar cartas, nunca más volvió a llamar... ya no le volví a mandar mensajes y no me había conectado al chat desde hacía mucho tiempo.

Eso me dolía, tener que desapartarme de mi más grande amor, no quería estorbarle en su felicidad, no quería ilusionarme de una imposible y creo que eso había dictado el destino de las dos.

Ahora mi vida era amarga, ya no sonreía cómo antes, ya no le miraba el lado positivo a las cosas, me sumergía en mi trabajo y no quería nada más.

Ya no la sentía cerca, mi corazón se sentía alejado... Solía torturarme poniendo imágenes de ella con la otra mujer, qué lástima que nunca pude mostrarle el amor que le tenía.

Pasó el tiempo, mi reportaje resultó ser ganador en un concurso de periodistas jóvenes, me ascendieron de puesto y ahora tenía una oficina más grande, más trabajo y una mejor paga.

Vivía ya cerca del trabajo, encontré un hermoso departamento que tenía un pequeño jardín, ahora me dedicaba a la jardinería y la primera flor que sembré fue Alelí.

Lucía siempre me molestaba, me decía que sería el único recuerdo de Alelí que tendría, pero... algo dentro de mi me decía lo contrario.

Esa mañana era particularmente caótica en el trabajo y en mi vida, era mi cumpleaños... el número 30, me sentía rara, más vieja, cansada y sin ilusiones.

Mi secretaria abrió la puerta y me dijo que había una mujer esperando afuera, me entregó una flor que me había dejado, era una Alelí.

LE dije que la dejara pasar, estaba segura que era Lucía... esa era su manera de burlarse de mí, seguro querría tener sexo en mi oficina y llevarme a comer, cómo siempre.
Kilómetros
Cap. FINAL
Por: -Sonia-

- No pensé que vendría, ¿vienes a desearme feliz cumplaños?- dije, mi silla estaba de espalda a la puerta...

- Así es, no podía dejar pasar esta oportunidad- esa no era la voz de Lucía... giré la silla y no lo podía creer.

- ¿Alelí?- me levanté y la abracé... quería saber que no era una ilusión, lloré y sentí que me desvanecía, ella me tomó entre brazos y me sentó en el sillón de mi oficina. Yo no dejaba de llorar.

- ¡Estás aquí! ¿pero...cómo?- pregunté

- NAda más, quería pasar este cumpleaños contigo y quería decirte así, de frente... que te amo, te amo Sole, nunca dejé de pensar en tí ni un sólo momento. Debo de contarte tantas cosas, debía venir aquí, contigo. Te amo- dijo llorando también.

La miré a los ojos, seguía reflejandome en ellos, acaricié su rostro, quería saber que ella era de verdad y... me acerqué a besarla, nuestros labios se rozaron, creando un ráfaga de electricidad que recorrió todo mi cuerpo, nuestro primer beso, después de tantos años, al fin nos dabamos ese beso esperado.

Nos separamos por un momento y las dos sonreímos, acaricíé su rostro:

-Te amo, Alelí- dije, me levanté de sus brazos y la tomé de la mano, salimos de la oficina, cancelé todas mis citas...

- ¿A donde vamos?- preguntó

- A un lugar más privado- respondí- A mostrarte algo que tengo guardado para tí.

Y fuímos a mi departamento, no agurdamos más para besarnos con pasión, con un desenfreno que habíamos guardado por tanto, quería sentirla con todo mi ser, quería entregarle todo el amor que tenía para ella.

- Voy a hacerte el amor- le susurré

Ella me abrazó y de ahí, nuestro cuerpos hablaron aquel idioma que no se entiende con palabras, ese que va a base de caricias y besos indiscretos. Ese idioma que recién con ella descubrí.

Es raro ¿saben? Encontrarte con alguien a quién sólo conocía por una cámara web, pero... lo raro resulta cuando sientes que a esa persona la conocías desde tiempo atrás, su olor, su esencia, su sabor... no te parece ajeno, lo imaginabas, tenías ese presentimiento.

Eso me pasó con Alelí, en ningún momento nos pusimos nerviosas por encontrarnos por primera vez, mirarnos, sentirnos, probarnos... Alelí , sin duda, era mi más grande amor.

- Sole, me voy en dos días... sólo vine a conocerte y a que sintieras que no te he olvidado.

- ¿Qué ha pasado con Anny?- pregunté

- Nos dejamos desde hace mucho, también supe lo tuyo con Lucía, supe que terminaron.

Alelí sacó de su bolsa una carta, era de Lucía... de hecho ella la había invitado a venir, pagándole el boleto:

"Sé que la amas tanto cómo yo, la diferencia radica en que contigo solamente podría ser feliz. Asegúrate de hacerlo."

Eso fue lo que escribió Lucía... no podía creerlo.

- ¿Cómo que te vas?- pregunté, ni siquiea quería pensar en eso.

Y de repente tuve miedo, pensé en las cosas que tenía aquí... el trabajo que no podía dejar, tampoco quería proponerle eso a Alelí, sé que ella tenía una vida allá. No pregunté más.

Esos días que pasé con Alelí (en los cuales no salimos de casa) fueron los más hermosos de toda mi vida, sentirla junto de mi era algo tan hermoso, tan único.

Llegó el momento de la despedida, la dejé en el aeropuerto... Hasta ese momento no habíamos hablado de nada, no queríamos decir nada... sólo disfrutábamos el presente.

La abracé muy fuerte y la besé... - Te amo Alelí, no lo olvides jamás- me separé y di la media vuelta.

Pensé en tan pocos segundos, me giré y corrí hacía ella....

- Quédate a mi lado, quiero darte todo, quiero darte mi vida entera- le dije

Ella me miró asombrada, seguro no esperaba eso, me besó de nuevo y aceptó....

Tomé su pase de avión y lo rompi:

- Quiero asegurarme que te quedes- le dije y la tomé de la mano.

Caminamos rumbo a la salida... la miraba y besaba su frente:

"Qué no hay distancias grandes para nuestro amor..." tarareaba

"Qué todo es perfecto, cuando te siento... tan cerca aunque estés tan lejos" cantó ella

Y así fue cómo encontré a mi verdadero amor, aquél amor que no reconoce distancias, ni fronteras... el amor que traspasó kilómetros.

Comentarios

  1. flor! ;)22.9.13

    me encantó la historia!! genial :3

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  2. Anónimo3.10.13

    wow!! :')

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  3. Anónimo25.10.13

    :') me fascino!!!

    ResponderBorrar
  4. Anónimo14.1.14

    Habia olvidado el final de esta increible historia :')
    Me gusto, quiero que se repita mi historia con mi mujer con este final. :'(
    Hermosa historia Querida Sonia.
    Ceci SanH

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