Crónica de la desesperación.


Cap. 1
Por: -Sonia-

Es curiosa la mente humana, más curiosa la mía... mis recuerdos están basados en lugares, olores, sabores, texturas, por lo general siempre me remiten a algún momento de mi vida; puede ser el más feliz...o el más amargo.

Heme aquí, frente al puente que da directo al río, la vista es hermosa, excepcional... es un día nublado, hay neblina, hace frío...ese frío que conozco, pero que ya no me resulta molesto.

Heme aquí, en el mismo punto de hace 15 años, y luego de hace casi 6 y 3 años... este puente, esta vista sólo me recuerda a tí, estos momentos son sólo tuyos... al igual que mi alma, que mi ser.




Mi historia no es nada particular, es la historia de un amor que jamás volví a sentir, ese amor que vivirá dentro de mí por toda una eternidad, ese amor masoquista, ese amor dependiente y enfermizo, ese amor lleno de celos pero que, para mí, no dejaba de ser amor.

Tenía 18 años, iniciaba la universidad y mi vida pintaba muy feliz, todo era tan fácil, hasta el hecho de enamorarme de una mujer... Ahí apareció mi primer amor formal, mi experimiento, una especie de novatada... ese amor que aún le recuerdo con cariño pero no con amor; al final de mi relación con ese amor, todo resultaron traiciones y mentiras, mi alma recién abierta...quedó destrozada y decidí que era un buen momento de dedicarme a la universidad.

Pero el destino es cosa cruel y nos atenemos a sus deseos, a sus dictámenes... y el mío, fue una cita ciegas... una de mis mejores amigas, recién llegó de Chile, le conté sobre mis penas y me dijo que me presentaría a una amiga.

Pasaron meses de esa plática con mi amiga, una tarde sonó mi celular, era ella...

-Ve al puente ahora y más te vale ser puntual... Por cierto, lleva flores, gardenias están bien- y colgó

En ese momento no entendía, compré las gardenias (mis flores favoritas) y fuí al puente, era un día soleado, se me antojaba pasear, pero sólo buscaba a mi amiga, quién por cierto no daba señales de estar ahí.

Mi celular volvió a sonar, está vez una ráfaga de aire me sorprendió:

-Voltea y mira a la chica del cartel, entrégale las flores y más te vale ser amable, ella es alguien muy especial- y de nuevo colgó

Miré hacía todos lados... y la ví, la chica del cartel que decía "Dama de las flores, aquí estoy"

Sonreí y me acerqué... me presenté y ella también.

-Disculpa, mi amiga tiene una manera particular de presentar a la gente ¿no?- ambas reímos y me invitó a tomar algo.

Le dí las flores, ella me dió el cartel... y creo que en ese momento, nuestra historia inició...

Sigo en el puente, mirando, recordando... y pensando:

-Aún conservo ese cartel... ¿Alguna vez creíste que llegarías a ser tan importante en mi vida?- me pregunto... te pregunto...lanzo la pregunta al aire, esperando una respuesta que no vendrá.

Crónica de la desesperación
Cap. 2
Por: -Sonia-

Esa primera cita hablamos de nosotras, supiste que estudiaba diseño de interiores y que era 2 años menor que tú, además estudiabas Arquitectura, lo cuál me llamó mucho la atención, platicamos por largo rato; eras una mujer callada, reservada, pero logré captar tu atención de alguna manera, tú lograste despertar algo en mí... que no sé explicar bn.

Nos despedimos normal, intercambiamos números y nos dimos un tímido beso en la mejilla... Lo que jamás podré olvidar fue la sonrisa que me regalaste, creo que en ese momento quedé prendada a tí.

Pasaron semanas y la verdad había olvidado lo que esa cita había significado, hasta que una mañana mi celular sonó, eras tú; nos saludamos normal y me invitaste al cine esa misma tarde, pese a que tenía clase... acepté.

Durante mis demás clases te escribí una carta, plasmé lo que me hacías sentir y que estaba muy feliz de haberte conocido:

"Sé que seremos más que amigas..." era el final de la carta, me pareció atrevido, pero era lo que sentía.

Llegué al cine, ya esperabas con las entradas, así que fuimos directo a la sala, nos acomodamos y saqué de mi mochila la carta y te la entregué:

-No la leas ahora- te susurré - es algo muy privado- me sonreíste de nuevo y me ofrecista palomitas, la película inició pero yo... no dejaba de pensar que estabas junto a mí, tenía unos deseos inmensos de tomar tu mano o acomodar tu cabello detrás de la oreja... darte un tímido beso en la mejilla o qué sin querer... nuestras piernas se rozaran... Un roce, sólo eso pedía.

La película pasó con normalidad, no le presté mucha atención, de reojo te miraba atenta a la película, mientras mi atención sólo estaba puesta en tí.

Saliendo del cine me invitaste a cenar y fuimos a un mercado que se encontraba cerca de ahí, comimos y platicamos un poco de la película, esta vez te acercabas más a mí y nuestra despedida, fue un beso en la mejilla y un abrazo que no quería terminar.

Días después recibí un correo electrónico, en él.. estaba una carta que ella había escrito:

-Creéme, ya formas parte de mi vida...- era la frase final.

Sigo en el puente, han pasado unos minutos y mi mente retrocedió años atrás, aún recuerdo esa carta...las primeras lágrimas salen...

-¿Por qué si todo inició tan bien...debió terminar de esta manera?-

No te imaginas lo ilusionada que estaba en esas citas y yo no tenía la mínima idea de que serías tan importante, pero... no me arrepiento y el haberte conocido, fue de lo mejor que me ha pasado, el entregarte esa cartam en realidad fue una especie de simbolismo, porqué en ese momento... te entregué mi corazón.

Crónica de la desesperación
Cap. 3
Por: -Sonia-

3 semanas pasaron, 3 semanas en las que ella solía llamarme o mandarme mensajes al celular, pero no me había animado a pedirle otra cita y ella, tampoco.

Una mañana ella llamó, me dijo que había salido antes de la escuela:

-Si quieres y tienes tiempo... podría ir por tí a la Facultad y no sé, comer juntas o algo- dijo

-Claro, es una idea genial- respondí y quedamos en vernos por la tarde.

Ese día me encontraba particularmente nerviosa, puntual llegó ella y la saludé con un tímido beso en la mejilla, compramos algo de comer y fuimos a una parte de la Facultad que esta llena de pasto, nos sentamos, comimos y platicamos de cosas que no recuerdo.

La comida se acabo y mirabamos las dos al cielo... de repente su mano rozó la mía, volteé a mirarla y sonreí.

-Espero que no te moleste- me dijo -Desde que te ví, quisé hacerlo-

-Yo también tengo ganas de hacer algo, desde que te ví- quedamos frente a frente y me acerqué a abrazarla, pero...le dí un beso en el cuello, sentí cómo vibró, me separé un poco y nuestros labios se probaron por primera vez.

Esa tarde fue de discretos besos en aquella parte de mi facultad, nos despedimos de nuevo:

-¿Qué somos ahora?- me dijo

En ese momento yo no quería una relación, quería probar mi libertad... y estúpidamente le respondí un:

-Lo siento, no quiero hacerte daño-

Me di la media vuelta y me fuí... por la noche no podía dormir, me sentía mal; ¿por qué había sido mi actitud así? No quería lastimarla, no a ella... la sentía inocente, pura, ingenua, un poco cómo yo...

Pasaron dos días y decidí llamarle:

-Soy una basura, por favor...perdóname- expresé muy apenada

-Te entiendo, no te apures...-

-Hay algo que quiero decirte... ¿podrías considerar el hecho de tener una relación conmigo?-

Se hizo una pausa y escuché una risa nerviosa de ella....

-Te busco esta tarde en tu Facultad ¿quieres?- dijo

Quedamos en vernos, de nuevo en esos pastos... nos sentamos y nos miramos de frente...

-¿Y bien? ¿Hay algo que quieras decirme? - dijo

Tomé su nuca y la besé de nuevo...esta vez fue un beso más prolongado...

-Considera eso cómo un sí- sonrió... y ahí inició nuestra relación...

No puedo olvidar ese recuerdo, la ansiedad que generabas en mí y el deseo de iniciar algo contigo, la verdad, pensé que sería algo corto...pero el tiempo se puso a nuestro favor, ese mismo tiempo que nos arrebató tanto...

Crónica de la desesperación
Cap. 4
Por: -Sonia-

Fueron 3 meses después de iniciar que todo se tornó un poco más serio, a veces los tiempos nos hacían vernos poco, pero cada momento a tu lado lo disfrutaba al máximo, el verte llegar siempre iluminaba mi día y aunque no te viera, con sólo escuchar tu voz en una llamada, me ponía feliz.

¿Acaso te empezaba a amar?

Esa tarde, en esos mismos pastos de la Facultad, que se convirtieron en nuestro lugar... esa tarde te miré de otra manera, y en nuestros ya propios besos... lo sentí; me acerqué a tu oído, bese un poco tu oreja y te dije:

-Te deseo- sentí cómo vibraste de nuevo... me miraste y sonreíste

-¿no es muy precipitado? Verás... yo..nunca, bueno, yo no he estado con una mujer...- dijiste algo apenada

Tompe tu mano y la besé -tranquila, ya habrá tiempo- te besé de nuevo y te abrazé...

Creo que en ese momento comprendí que tendríamos que esperar para consumar una entrega así, para hacer el amor y sentirnos...

Pero, no imaginaba que esa espera, no sería tan larga.

Ese día, en mi casa no había nadie, y te invité para que vieramos algunas películas... no sabía que pasaría.

Nos sentamos en el sillón y te abrazaba, de repente tu mano acarició mi pierna:

-Estoy lista, quiero... - no te dejé continuar, te besé... ahora con pasión, con deseo.... besé a la mujer que quería sentir mía, la mujer que quería que acariciara mi alma.

Los besos nos llevaron a recostarnos en el sillón, mientras con nuestras manos nos quitabamos la ropa... nuestras almas se desnudaban, la primera vez que nos vimos desnudas, que sentimos y reconocimos en el cuerpo de la otra...lo que había: amor.

Procuré ser cuidadosa y llenarte de besos y caricias que hicieran especial esa primera vez, quería que me recordaras siempre... que cuando tuvieras un recuerdo de esa tarde, fuera un recuerdo tierno y lleno de pasión, de entrega.

Procuraba preguntarte si estabas bien, si te gustaba lo que hacía, sólo sonreías y te cubrías el rostro...tenías algo de pena, era normal, supusé... te sentí, esa primera vez no la olvidaré jamás, fue la más especial, te sentí mía por primera vez... mía desde ahora.

Terminamos abrazadas, tu acariciabas mi espalda y yo revolvía tu cabello...

-Gracias por estos momentos- dijiste -procuraré que sean más seguidos- ambas reímos y te besé....

-te amo- susurré...

El primer te amo ¿cómo podría olvidarlo? Esa tarde lo sentí de verdad, ese era el amor que tanto buscaba, que mi alma anhelaba desde el inicio...ella era la mujer que quería, que...amaba.

Crónica de la desesperación
Cap. 5
Por: -Sonia-

En el orden de mis pensamientos me di la oportunidad de avanzar 4 años... hasta el punto del colapso.

En esta reflexión que va encaminada a la desesperación no hay cabida a buenos recuerdos...

A resumidas cuentas, en 4 años establecimos una relación formal, ella conoció a mi familia y la adoraron, no costó trabajo que ya fuera parte de nuestra familia.

Por mi parte, no era bien recibida en su casa, pero con ayuda de su padre ella y yo logramos poner un despacho donde ella y yo trabajaríamos a la par, ella en Arquitectura y yo en diseño de interiores.

Ambas terminamos la Universidad y con grandes esfuerzos logramos que el despacho avanzara, decidimos incorporar a una de mis amigas, quién también era Arquitecta.

4 años se dicen muy rápido y realmente lo fue, el tiempo con ella me era insuficiente, los paseos, los lugares que conocimos y la gente de la cual nos hicimos amigas.

-Quiero que vivamos juntas y no sé, tal vez casarnos... Eres el amor de mi vida- le dije aquella tarde, en este mismo puente... Ella me abrazó

-Yo también lo deseo, te amo...pero deja que el despacho avance, en nuestro 6to aniversario hablamos, apenas llevamos 4- y sonrió... -También eres el amor de mi vida- nos besamos

¿Alguna vez sintieron que para hacer el amor con alguien... no se necesitaba sólo de los genitales? Con ella una mirada, una sonrisa, una caricia o un beso...me era suficiente, me era todo... Hacer el amor con ella... era vivirla a cada instante, sentirla en mi alma y no tener ojos más que para ella. Hacer el amor con ella era eso, amarla y hacer de nuestro amor algo muy fuerte, cercano y único.

Fue nuestro cuarto aniversario y el primero del despacho, hicimos una gran fiesta y me excedí en beber, platicaba con mi amiga, la Arquitecta, en un rincón...Ella había bebido mucho también y en el momento más inesperado nos estabamos besando, me separé y me disculpe... fuí hacía el baño a mojarme un poco la cara...

Sigo en el puente y recuerdo... Ahí fue el origen del final, me recuerdo mirándome en el espejo y comenzando a pensar... Quizá este beso si me gusto; y si...

Y si... el origen de la duda y el principio del adiós.

Crónica de la desesperación
Cap. 6
Por: -Sonia-

En estos momentos parezco la mala yo, la que engaña y sobre todo después de profesarle ese amor tan incondicional.

Yo la amaba, la amaba más que a mi vida entera, era capaz de morir si su vida dependiera de la mía, daba todo por ella...todo, hasta mi existencia era sólo para ella.

Pero, ese beso me confundió...me abrió un horizonte que no planeaba, quizá en algún momento eso terminaría y de mí, no quedaría nada...

Anduve algo lejana esas semanas, mi amiga renunció al poco tiempo y sólo hablábamos de vez en cuando, ella y yo lo hablamos...sólo eramos amigas y así las cosas debían de ser.

Pero, la duda se sembró en mi y se enredaba en cada uno de mis pensamientos...“Y si...todo esto terminaba“; me portaba algo fría y ella lo notó.

-¿Qué tienes?- dijo
-¿Por qué no nos casamos ya?- respondí
Me miró extrañada y dijo : -¿No lo entiendes? No tenemos la suficiente estabilidad económica, quiero darte un patrimonio y quiero que estemos bien...-

-Mientes- escupí sin pensarlo - tú me das largas para no hacerte cargo...pero ¿sabes? Quizá ya comprendí que no eras la única en el mundo... quizá ya me guste alguien más- me tapé la boca...y me disculpé

Ella me miró...con lágrimas en los ojos- ¿Quién es? - dijo

Solté el llanto y le conté del beso con mi amiga, me sacudió por los hombros -¿Fue sólo un beso? Responde.. ¿fue sólo eso?-

-Sí, pero... estoy confundida y creo que puedo enamorarme de alguien más y creo que al fin me he dado cuenta que...en algún momento podemos terminar...- respondí con lágrimas en los ojos, m di la media vuelta y me encerré en la oficina del despacho. Lloré hasta quedarme dormida.

Ella abrió la puerta y me levantó para llevarme a casa, cuando llegamos, me besó...

-Siempre te amaré...no lo olvides- susurró

Pero no fue así, a partir de ese instante los celos y la desconfianza se hicieron parte de la dinámica dentro de la pareja y lo peor...fue que lo permití.

La culpa se hizo parte de mi, la introyecté tanto que cada noche lloraba, le pedía perdón por haberla traicionado y ella se encargaba de recordármelo a cada instante.

Me enfrasqué en ella y lo peor es que eso...duró un año, me perdí completamente y olvidé quien era... Ahora era quien ella decía: la socia, la amiga, la confidente, esporádicamente la amante o la prometida...pero siempre era la mujer que la traicionó y nunca más volví a ser el amor de su vida...

Crónica de la desesperación
Cap. 7
Por: -Sonia-

Un año pasó y nuestro 5to aniversario nos sorprendió, el depahco iba bien, ibamos ganando clientes y ambas nos desarrollabamos laboralmente de una manera grata.

A veces no podía con su indiferencia, con sus palabras que me herían, con sus gestos y sus malas caras...

No era sorpresa que cada noche terminara llorando en mi cama, por creerme todos los reproches que ella me decía, por creer que era fea, tonta, incompetente y que nadie más podría amarme, sí, de eso se encargó ella en un año, destruirme por completo y logar que yo hiciera todo a razón de ella.

No podía odiarla, al contrario, la amaba más y con mayor intensidad, me perdí, me fui a un lugar en el que nunca había estado y en el que ella era múnica guía, lo peor es que me daba cuenta de lo mal que estaba haciendo al depender de ella de esa manera, al amarla tanto que me había olvidado en amarme.

Llegó el punto en el que creí en sus palabras, en el que sí era una tonta, fea, inútil y que sin ella no era nada, eso lo creí, esa...era mi realidad en ese momento.

Para nuestro quinto aniversario, reservé una habitación en un hotel que a ambas nos gustaban, cenamos y el plan era hacer el amor, había pasando meses desde la última que ella me tocó, así que esa noche era mi oportunidad de vovler a sentirnos.

Llegamos a la habitación, abrí un poco de vino y le dí una copa, brindamos... Ella sonreía, era una farsa, esa sonrisa hipócrita me molestaba pero dependía de ella, comenzamos a besarnos, ella me desnudó, yo no pude ni siquiera tocarla... sólo ella, esa noche era ella y a mi no me importaba.

No pasó ni una hora, cuando se separó de mi cuerpo ansiosos por sentirla, por ser probado por ella, devorado con sus sentidos...

-Lo siento, no puedo... ya no me atraes cómo antes y no quiero hacer algo que no me nace, lo siento...- se fue al baño, me vestí y me recosté en la cama...sollozando.

-Quizá ya no soy tan atractiva- mis sollozos aquella noche fueron el arullo de mis sueños, las pesadillas...las estaba viviendo.

De nuevo en el puente las lágrimas salen, ese recuerdo es amargo en verdad, el preciso instante en el que me derrumbó, no tenía confianza en mí, no tenía amor propio...sólo tenía lo que yo pensaba que era un amor y ella, se aprovechaba de ello...Me hacía pagar por algo que ni siquiera hice, algo que no planeaba...

Crónica de la desesperación
Cap. 8
Por: -Sonia-

REcuerdo esos meses, ahí inició la desesperación... Fue su cumpleaños y ella decidió ir a comer con todos las amistades a un restaurante y después pasamos a mi casa a seguir con la fiesta, la sentía lejana... en todo momento era lejana, sus besos no eran besos, eran una pantalla hacía los demás, creo que en ese momento me dí cuenta que ella había dejado de amarme, la mantenía conmigo un deseo de venganza, de resentimiento... Ella quería hacerme pagar, y lo hacía.

Cuando todos se fueron, quedamos en mi cama ella y yo...la abrazaba y le dí un beso, ella me separó bruscamente...Se levantó y me dijo que tenía que irse, así lo hizo...me dejó sola ese día, me dejó sola, cómo siempre.

Pasó un mes y se venía un feriado acá en la Ciudad, maldigo esa fecha, cuando la conocío.

Al despacho llegó una mujer, no me pareció atractiva, pero a ella...la cautivó, lo noté en su mirada, en la manera en que le hablaba...la mujer en cuestión pretendía construir una casa de cultura a unas 4 horas de distancia de la Ciudad, solicitó los servicios de la Arquitecta:

-Ella es diseñadora de interiores, puede ayudarte- dijo

-¿Es tu socia?- preguntó la clienta potencial

-Sí... y bueno, es mi novia- me presentó... estreché la mano de esa mujer y sentí una rabia inmensa, su sonrisa sarcástica me ponía furiosa

-Lo siento, el arreglo de adentro lo harán unas mujeres artesanas del pueblo- dijo y así cortándo toda posibilidad de trabjar en ese proyecto.

-Vayamos adentro, platiquemos de cómo quieres los planos- dijo y ambas se metieron a la oficina...

Me quedé de nuevo sola y a partir de entonces ellas hicieron relaciones más estrechas, sé que había trabajo pendiente, pero... algo dentro de mí me decía que todo iba mal. Aún así seguía al pendiente de que ella sintiera mi amor y ahora con mayor fuerza, aunque lo único que recibiera fueran llamadas rechazadas, números apagados, mensajes no leídos o respuestas frías... Tan frías cómo ella, cómo su mirada de amor que se extinguía y no podía hacer nada para avivarla de nuevo.

-Ya te he dado toda mi vida ¿qué mas quieres? ¿quieres más?- me preguntaba cada noche y dormía llorando... Presentía que se acercaba algo, pero aún no sabía que.

Crónica de la desesperación
Cap. 9
Por: -Sonia-

Así cómo ella tenía proyectos personales, yo los empezaba a trabajar también, al menos la idea de querer desarrollarme profesionalmente por mi cuenta era un motor importante para tomar las riendas aunque sea de mi trabajo.

Fuí invitada a decorar un viejo casino que estaba a las afueras de la Ciudad, el lugar era hermoso y la invité a que me acompañara, me quedaría todo el fin de semana; cómo siempre ella se negó...

Tomé mis cosas y me fuí, llegué muy temprano, el lugar era hermoso ya que estaba enmedio de un bosque, el casino era viejo pero tenía muchos elementos que se podrían explotar, pero lo primero era entrevistarme con la organizadora del evento.

Me instalé en la cabaña que me fue asignada y me dirigí a la oficina de la gerencia, al abrir la puerta me sorprendí, era ella...mi primero frustrado y viejo amor.

-¿Eres tú?- pregunté asombrada

Ella me mirí y sonrió -Vaya sorpresa, en verdad que es una grata sorpresa- estrechó mi mano y me besó discretamente en la mejilla.

Hablamos del trabajo y nos pusimos a trabajar, esa misma noche debía quedar todo listo, la siguiente noche sería la fiesta...

Después de un arduo trabajo me invitó a cenar y pudimos platicar de nuestras vidas, ella se había convertido en un organizadora de eventos bastante prestigiosa y al parecer un contacto le hizo la recomendación de mi trabajo.

-No tenía idea que eras tú, pero dime... ¿porqué compartes trabajo con un Arquitecta?- preguntó

-Es mi... novia y llevamos años trabajando juntas, sólo que recién se nos dió el de trabajos separados-

-¿Y cuánto llevas con ella?

-6 años, casi los mismos que tenía de no saber de tí- la miré a olos ojos y ella tomó mi mano...

-¿Quieres ir a mi cabaña? Podríamos tomar vino y mirar la Luna... - besó mi mano

Mi primer pensamiento fue un No, pero recordé lo mucho que estaba sufriendo este último año, las caricias que necesitaba y los besos que quería dar... Cerré los ojos y respondí: -Vamos-

En cuestión de minutos estabamos en su cabaña, era la más grande y tenía una chimenea muy hermosa, la encendimos y me sirvió vino... nos asomamos al balcón.

-Siempre me preguntaba que sería de tu vida, pero ahora se que estás bien... Y ¿sabes? te sigo deseando cómo antes- rodeó mi cintura con sus brazos y besó mi cuello... -¿vamos a la cama?- susurró

Giré y quedamos frente a frente, la besé, la besé con una ganas incontenibles, estaba consciente que no era mi novia, pero también estaba consciente que esa fue la primer mujer en mi vida y que sus deseos...eran los mismos.

Cerramos el balcón y me recostó en la cama, seguía besándome...se colocó sobre de mí y me desnudó lentamente... desabotonó mi blusa lentamente, mientras su boca seguía en mi boca; mis senos quedaron al descubierto y ella no tardo en sentirlos, me sentía bien, me sentía deseada, querida... sabía que a alguien le resultaba atractiva...

-¿Quieres hacerme el amor?- susurré mientras ella desabrochaba mi pantalón

-¿Lo dudas?... Al verte esta mañana te imaginé en mi cama... te deseo, te deseo mucho...- su boca bajo hasta mis piernas que al menos roce de sus manos se abrieron dejando al descubierto aquella oculta humedad, que ahora no estaba reservada para una sola persona...Ahora sería alguien más quien la estimulara.

En mi cuerpo sentí vibraciones que había olvidado, en mi sexo la humedad se adueño de cada movimiento que ella hacía con su lengua...y de mi boca salían gemidos que había callado, pero que estaban deseando salir.

Me sentí mujer otra vez, por esa noche recordé quién era y cuáles eran los deseos que había guardado, lo deseada y querida que anhelaba sentir con miradas, caricias, movimientos dentro de mí que me indicaban eso: ella me deseaba.

Pasé toda la noche con ella, por la mañana me bañe temprano y arreglé los últimos detalles de la fiesta, por la tarde estaba todo listo y me disponía a irme...

-Espera, pasa esta noche aquí, disfruta de la fiesta y quizá, puedas amanecer conmigo de nuevo- me pidió

La besé fuertemente y decidí que esa noche quería estar con ella de nuevo, frente a esa chimenea... sintiendome de nuevo yo, sintiéndola dentro de mí y provocando que mis deseos regresaran.

De nuevo por la mañana me despedí, esta vez si fue un adiós... partí de nuevo a la Ciudad y con un nuevo horizonte, intentar arreglar la situación, reparar la relación y hacer de mi novia, mi esposa...estaba convencida que ella era la mujer con la que quería estar, con ella me sentía plena y si estábamos en una mala racha; eso, lo arreglaría.

Al menos, eso creía (o quería creer).

Crónica de la desesperación
Cap. 10
Por: -Sonia-

Regresé a la Ciudad y lo primero que busqué fue a ella, pero estaba ocupada, nos vimos días después en la oficina, se notaba fría, ausente y sus besos me clavaban el alma, se metían en mí y me mataban lentamente, en una tortura que encntraba dichosa.

Faltaban 3 meses para nuestro aniversario número 6, estaba decidida a pedirle matrimonio y empecé a organizar una fiesta en la cuál se lo propondría, mientras tanto la llenaba de flores, de regalos, de cartas donde le declaraba un amor eterno que estaba segura podía darle. ¿Cuál era su respuesta? Más frialdad... Pero lo curioso era que, cuando yo me alejaba...ella me buscaba.

Entre nosotras había un vínculo que no se podía romper, estabamos encadenadas a un cariño vacío, gastado que aún prevalece; ahora que lo contemplo desde este puente... me doy cuenta de ello, nuestras cadenas no se llamaban amor y cariño, era un masoquismo, una dependencia y un falso cariño.

Pero no me importó en ese instante, no me importó en ninguno de los 5 años anteriores, no me importaría jamás...quería ser de ella completamente y por fin hacer de nuestro amor algo eterno.

Pero, ella no quería lo mismo... Aquella tarde llegó a mi casa, no teníamos trabajo y me pidió hablar:

-¿Sabes? de un tiempo para acá he pensado en nuestra relación y he tomado una serie de decisiones...- me dijo

LA besé sin pensarlo y me emocioné - Yo también, se supone que era una sorpresa pero ya tengo todo listo, pronto nos comprometeremos de verdad, quiero que seas mi esposa...- le dije

-¿No entiendes?- me tomó de los hombros- Yo no quiero eso, si lo hubiera querido te lo hubiera propuesto, a lo que realmente me refiero es... que quiero terminar todo- me miró a los ojos, estaba hablando en serio

No pude hablar, no quería escuchar, pero ella siguió hablando:

-Parto en unas semanas para lo de la casa de cultura y quizá no regrese, la oficina está a tu nombre y puedes continuar ahí....yo lo haré por mi cuenta- se dió la media vuelta y corrí a abrazarla

-No, no puede ser así, no...no ahora, dime que todo es una broma, dí que me amas- le dije llorando

-Te amo, pero ya no podemos estar juntas...- se soltó bruscamente de mis brazos y se fue, me derrumbé en el piso.

En menos de 2 semanas se fue y fue la génesis de esta crónica, de mi crónica desesperada por buscarla...

-No tan cerca de nuestro aniversario- pensaba cada noche y lloraba, mirando hacia mi ventana, esperando una llamada, un correo electrónico, un mensaje... Buscándo en la noche su sonrisa, su mirada... su amor

¿Donde estás ahora?- preguntaba...

"Qué el amor es simple y a las cosas simples las devora el tiempo..."



Crónica de la desesperación
Cap. 11
Por: -Sonia-

¿Terminar? Esa no era una opción para mí, no después de casi 6 años:

-Yo soy tuya y tú eres mía, así debe ser- me atormentaba a cada momento con ese pensamiento, ese repetitivo pensamiento que se alojaba en lo más profundo de mi ser.

Esos primeros meses fueron los peores que he pasado en mi vida, la soeldad me invadía, me sofocaba y no podía hacer nada, no comía, no salía, no trabajaba, miraba su fotografía y me dedicaba a llorar, esperaba una llamada suya, algún mensaje o una visita a mi casa, donde ella me pidiera perdón.

Pero eso, jamás llegó...LA fecha de nuestro aniversario estaba próxima y decidí buscarla, sabía perfectamente donde estaría y partí hacía ese lugar.

Al llegar no fue difícil encontrar la zona donde se estaba construyendo la casa de cultura, me alojé en un hotel cercano y fuí a buscarla, la encontré...estaba con ella, besándola, abrazándola, sonriéndole... A pocos meses de nuestra separación ¿ella estaba con otra?

Me escondí en un pequeño callejón cercano y comencé a llorar, repetía esas imágenes en mi cabeza, ella besando a otra mujer, brindándole la sonrisa que solía darme... No, no podía, me limpié las lágrimas y fui a buscarla, estaba sola:

-¿Tú? ¿qué haces aquí?- dijo asombrada
-Feliz aniversario, amor- dije con la voz entrecortada y me solté a llorar frente a ella, quién me tomó del brazo y me llevó a un pequeño lugar de comidas.

Pedimos café y me ofreció un pañuelo para secar mis lágrimas:

-Mira, ya tengo una nueva vida, estoy con alguien- así lo dijo, fríamente... ¿una nueva vida? ¿una nueva vida después de 6 años? ¿una nueva vida a lado de esa...? ¿Cómo pudo olvidar tan fácil todo?

-Regresa a mí, aunque sea esta noche, pásala conmigo...te lo suplico- tomé su mano, la separó bruscamente

-¿No entiendes? Estoy con alguien más - pidió la cuenta y resistí el llanto que recién brotaba -Adiós- dijo

Corrí a alcanzarla afuera del local, la tomé del brazo, se volteó y me miró...su mirada era fuego, era odio...su mirada ya no era amor, me arrodillé frente a ella y me solté a llorar:

-Regresa por favor, regresa... te amo y siempre será así... No puedes dejarme, regresa...- gritaba, no me importaba quién me viera o que dijeran de mí, yo la quería a mi lado, cómo antes...

Te agachaste y me tomaste por la barbilla, pensé que me besarías y me acerqué, te separaste y me ayudaste a ponerme de pie...

-Haz tu vida, sal con otras personas y conoce otras mujeres, la vida es así...la vida sigue y yo, ya continué...- se dió la media vuelta y se alejó.

En medio de esa calle me dejó, de nuevo caí al suelo de rodillas, de neuvo el llanto brotó, de nuevo rogaba porque ella volteara y me dijera que seguía amándome...así cómo yo la amaba, cómo nunca podría amar de nuevo.

La quería a mi lado, la quería de regreso...no me importaba el cómo, sólo el ahora...mi presente, mi futuro era ella...sólo ella...Ella, quién me dejó en aquella calle sin siquiera mirar atrás.

Crónica de la desesperación
Cap. 12
Por: -Sonia-

Ahora estaba sola, ella ya tenía a alguien en su vida y estaba dispuesta a reiniciar con esa mujer su vida.

Y yo ¿qué tenía? Aquí inicía el clímax de esta crónica, en la cuál la perspectiva gris de la vida se apoderó de mí, la depresión me invadió cerca de 3 años, de los cuales, de mi vida no hice nada,¿para qué? Sin ella mi vida no tenía sentido.

No me refugié en nada, ni nadie, mis amigos se preocupaban y me invitaban a salir, mi familia se alarmaba y me mandaron a terapia, el trabajo lo abandoné por un tiempo y mi mente, estaba plagada de recuerdos, de momentos con ella y también de imágenes inexistentes sobre su nueva felicidad.

Mi pensamiento recurrentes esos 3 años que se pasaron larga u tortuosamente era: ¿Cómo pudo reiniciar su vida? Los primeros meses me fue dificil no llamarla, ni mandarle mensajes, lo hacía a cada momente sinr ecibir respuesta; después me enteré que ella había cambiado su número, así que en las llamadas al antiguo número le dejaba pensamientos, ideas, hablaba llorando, le mandaba mensajes de amor, de desamor, pero nunca de odio.

Creo que nunca llegué a odiarla, creo que también había dejado de amarla, pero algo me ataba a ella ¿orgullo? ¿ego? ¿o mera costumbre?

En esta crónica no hay cabida a esos 3 años oscuros, tristes y que ahora me parecen lejanos, fue mi periodo de luto y en él, aprendí a valorar a mi vieja amiga: la soledad.

3 años pueden parecer largos y lo son, en mi vida no pasó nada relevante, me di la oportunidad de hundirme y der regresar, de aprender...pero no de olvidarla... Jamás la dejaba de pensar y por las noches su recuerdo me invadía; aunque, cómo todo... la frecuencia ue disminuyendo...

Al término de esos 3 años, me sentía algo renovada, algo libre y no la pensaba más, quizá era el momento de rehacer mi vida. Retomé el trabajo, retomé a mis amistades y quizá me di un tiempo para el amor, aunque no llegó.

3 años después de su adiós, me encontraba en esta vida tan llena de alegrías cómo de amarguras, tan llena de personas...cómo de sorpresas.

Fuí solicitada para la decoración de unos departamentos en un complejo de recien construcción; acudí a la cita con el director general, le llevé algunas muestras y el quedó en presentarme a la arquitecta a cargo de los detalles de los departamentos.

LA vida es irónica, a veces creo que las coincidencias es su manera de burlarse...

Estreché la mano de esa Arquitecta, eras tú... Me sonreíste y ... de nuevo entraste en mi vida.

Crónica de la desesperación
Cap. 13
Por: -Sonia-

-Ella es la arquitecta encargada de los acabados de los departamentos- dijo el director

-Ya nos conocemos, solíamos trabajar juntas- dijiste, el director salió y nos quedamos tú y yo

-¿Hace cuánto regresaste?- pregunté

-Menos de 4 meses, me contaron que desapareciste un rato ¿cómo estás?- dijiste

-Bien, ahora mejor... ¿y ella?-

ME miraste y sonreíste -HAce mucho nos dimos cuenta que no eramos compatibles y decidimos dejarnos, aún así seguí viviendo con ella, hasta ahora.- fue tu respuesta, juro que te hubiera besado en ese instante y te hubiera dicho lo hermosa que te veías, lo mucho que te había extrañado y el deseo de seguir contigo.

-Bueno, tengo que irme...aún tengo trabajo- dijo y me dí la media vuelta, me tomaste del brazo

-Espera ¿me dejas invitarte a comer?- preguntaste

-No puedo- sin titubear lo dije...

-¿Estás con alguien, cierto?-

-Creo que eso ya no te incumbe, adiós...- seguí mi camino

-Por cortesía tendría que decir que no me importa, pero..la verdad, es que no he dejado de pensar en tí- no esperaba escuchar esas palabras salir de tu boca.

ME detuve antes de abrir la puerta y te miré, aún sentía algo fuerte por tí....pero también recordaba el dolor de tu partida, giré la perillla, abrí la puerta y salí sin decirte nada...

-Al fin que seguiremos trabajando juntas- pensé

Esa tarde me la pasé meditando sobre lo que estaba a punto de pasar, recordé la felicidad que me habías dado 9 años atrás... y pensé que quizá el destino nos había vuelto a juntar.

Sigo en el puente, ahora viene la segunda parte de esta crónica, el capítulo en el que volviste pero nunca imaginé para qué...

Crónica de la desesperación
Cap. 14
Por: -Sonia-

Un clavo saca otro clavo, es lo que solían decirme, pero no había manera de sacarla, no quería conocer a nadie y si alguien me la presentaba simplemente las rechazaba; ella era mi todo... Tú eres mi todo.

Sigo en el puente y parece que la historia la estoy recordando para contartela; el hecho de saber que trabajaríamos juntas me inundó de tus recuerdos y con ellos, los sentimientos...La felicidad, la euforia, el placer...las lágrimas, la tristeza, el enojo y... la traición.

Debía odiarte pero no podía, seguía amándote a cada instante, parecía q cada latido de mi corazón palpitaba tu nombre, anhelaba tu regreso... ¿ese era mi destino? ¿Volver a tí?

No te miento, las primeras semanas de trabajo fueron tensas, me portaba seria e indiferente pero sabías cómo sacarme una sonrisa e inclusive hacerme reir:

-Tus mejillas sonrojadas son hermosas ¿lo sabes? Tus “chapitas“- dijo aquella tarde y un recuerdo surgió, la primera vez que me dijo eso...

¿Acaso ella seguía amándome? Me limité a mirarla y sonreírle... -¿recuerdas que te decía después? Tu cabello melenudo- reí

-¿Alguna vez regresarán esos momentos? ¿Quizá ahora...?- me decía pero no la dejé continuar, me acerqué y la besé arrebatadamente, más de 3 años sin probar esos labios... y me seguían pareciendo igual de adictivos.

Me separó -no, esto no está bien...- y salió de la oficina, dejándome de nuevo confundida...pero ahora tenía una nueva convicción: No rogarle...

Pasó nuestro primer año de trabajo, faltaban dos para cubrir el contrato, no hablamos, no volvimos a acercarnos más de lo debido, pero siempre estaba la constante tensión entre ambas, después de ese beso guardado.

El segundo año de trabajo lo pasaría separada de ella, se trataba de mostrarle a los clientes diferentes diseños de los departamentos, por lo que me fue asignada una vendedora.

Esa tarde esperaba a la vendedora, la llamé y quedamos de acuerdo de encontrarnos en el edificio, es raro, pero el oír su voz me había puesto nerviosa, tenía un timbre particular que me puso a imaginarla...

Llegué al edificio, ahí estaba, no era cómo las otras vendedoras que conocía cuyo aspecto era ultra femenino, ella no era así: tenía cabello corto y negro, una pinta bastante andrógina, una hermosa y profunda mirada...una bella sonrisa y una voz:

-Hola, debes ser la vendedora...mucho gusto- estrechó mi mano y sonreí cómo boba.

Esa tarde hablamos sobre los diseños y las ventas y después de nuestras vidas, ella era mayor que yo y se dedicaba a las ventas desde hacía mucho tiempo; era buena en lo que hacía, poseía un carisma particular que esa tarde me cautivó.

Salimos ya de noche del edificio y se ofreció a llevarme a casa, estando en la puerta me miró a los ojos y sonrío:

-Presiente que haremos buena mancuerna, eres una excelente y talentosa diseñadora-

Agradecí el cumplido y bajé del auto... ¿qué me estaba pasando? Creo que había olvidado lo que se sentía ser atraída por alguien y ese día, aquella vendedora lo logró...

Crónica de la desesperación
Cap. 15
Por: -Sonia-

¿Para qué mentir? Sólo pensaba en tí, esperando el instante en el qué me pedirías volver a tus braxos y yo gustosa acudiría a esa cita pendiente.

Por las noches recordaba ese beso, recordaba tu imagen y me torturaba, tan cerca estabas pero te alejabas cada vez más, ese segundo año de trabajo no podría verte a menudo y no volvería a tí.

Pero de nuevo el destino es parte crucial de esta crónica, al parecer fuiste asignada al mismo edificio en el que trabajaba y de nuevo te miraba a diario, aunque tu fría manera de tratarme me desconcertaba, aún así no te hablaba, no te buscaba y si te encontraba en algún pasillo, me limitaba a agachar la cabeza y seguir mi camino.

-¿Ella fue tu amante, cierto? al parecer vivieron momentos intensos- me dijo la vendedora una tarde mientras comiamos en uno de los departamentos recién vendidos, habíamos logrado crear un vínculo fuerte.

Me limité a sonreir y ese fue una respuesta muy clara; aunque la vendora me atraía demasiado físicamente no podía verla más allá, era muy diferente a mí, era ambiciosa a veces tramposa y sobre todo tenía una actitud que la ponía en un nicho inalcanzable, aunque en realidad ella no ofrecía nada; la miraba y me encontraba con una persona vacía, qué sólo la movían sus intereses, y eso a mi... no me gustaba.

¿Qué me pasaba? En cada persona que conocía quería que tus cualidades fueran una constante, pero no era así y eso sólo me limitaba a pensar en tí, desearte e idealizarte cómo aquella mujer perfecta que fue mía ... FUE...eso..es en el pasado.

Mi presente no existía y aunque te miraba a diario, sólo era un saludo, aunque... aquella tarde todo cambió, caminabamos por un pasillo la vendedora y yo y tu venías en sentido contrario... sin siquiera preguntarme, ella tomó mi mano y tú lo miraste, te quedaste quieta uno segundos y seguiste tu camino.

-Veremos que reacción tiene ahora...- dijo burlonamente la vendedora, me enojé con ella y corrí a alcanzarte.

-No es lo que piensas- dije sin pensarlo, después de meditarlo no tenía ni porque haberte dado explicaciones...eso me quedó claro con tu respuesta:

-Eso no me importa... además si sales con ella, bien por tí...- seguiste caminando, dejándome ahí, de nuevo sola, de nuevo triste.

Ahora cuando te miraba ni siquiera cruzabamos mirada, ahora ni siquiera me saludabas...Esa tortura me mataba, esa incertidumbre...

PEdía una señal y me fue dada...

Aquel día la vendedora no llegó a trabajar y me dediqué a escuchar música mientras dibujaba en uno de los departamentos muestra... de repente una canción familiar surgió, era "nuestra" canción...

"Tú eres mi destino...bendito destino..."

Una lágrima rodo por mi mejillla y alguien entró al departamento

-Yo también la escucho a diario, me gusta recordarte- eras tú

No dije nada, limpié mi lágrima y te acercaste a ver mis diseños, sonreíste...

-sigues usando los mismos patrones, sigues siendo la misma de antes, la mujer de la que me enamoré- sonreíste de nuevo y yo hice lo mismo

Tomaste mi mano, era cómo un sueño... y nuestras miradas se cruzaron:

-Tú eres mi destino...- dijiste

Separaste tu mano y te diste la media vuelta... ¿qué había sido eso? Cuando estabas en la puerta me dijiste:

-No quiero que salgas con ella- y saliste del departamento

¿Acaso eso había sido una muestra de celos? ¿Acaso ella...aún sentía algo por mí?

Acariciaba mi mano, mientras pensaba:

Pasado, presente, futuro...cualquiera de esos quiero vivirlos a tu lado...

Crónica de la desesperación
Cap. 16
Por: -Sonia-

Aunque pareciera una locura, sé que el hecho de que estuvieras de nuevo en mi vida era por algo, a ese motivo me agarré con fuerza y lo proyecté cómo un objetivo: estar contigo.

Se acercaban los últimos 3 meses de mi segundo año de trabajo, mi relación con la vendedora era, hasta cierto punto, amistosa...

Cómo cada tarde comíamos en el mismo departamento, me encontraba lavando los trastes y ella se acercó a mí, se colocó detras mío, volteé y quedamos de frente...Sin previo aviso me tomó por los hombros y me besó, no la detuve...esperaba ese beso, pero jamás pensé que ella tomara la iniciativa.

-Espero no interrumpir- dijeron desde la puerta, eras tú...

-No es lo que parece- me justifiqué

-Sí lo es- dijo la vendedora- Tenía ganas de eso y más desde hace mucho tiempo... y lo hubiera obtenido si no te hubieras entrometido en asuntos que no te corresponden, al menos no ahora...-

Te acercaste y le diste una cachetada, ella te miró enojada y sonrió... -Jamás volverá contigo- dijo ella

-¿No lo entiendes? Ella es mía y no permitiré que esté con alguien, mucho menos...contigo- respondiste y me miraste.

¿Tuya? Aunque en un principio sonó halagador, recordé la cruel despedida que me diste, los desdenes y el sacrificio que hice por estar contigo; las mire y me acerqué a tí.

-Hace mucho dejé de ser tuya, no lo volveré a ser... Ya no- salí del departamento y me alcanzaste en el corredor.

-Mientes y lo sabes... eres mía, aún me amas...aún mis miradas te hacen vibrar, aún mi voz resuena en tu cabeza, aún...aún...añoras mis besos, mis caricias- tomaste mi barbilla y me besaste de nuevo, otro beso esperado en el que me hundí, en el que mi felicidad apareció. Pero, recordé...

Me separé bruscamente y me fuí de ahí sin mirar atrás...Faltaba poco para terminar el segundo año de trabajo y en el tercero, no tendríamos que vernos... ¿Acaso estaba decidida a dejarte atrás?

Sigo en el puente... y recuerdo ese beso en mis labios, acaricio mis labios queriendo revivir ese beso... El único motivo por el que no te dejaba ¿cuál era? Quizá ya ni te amaba... pero no podía dejar ir a ese gran amor, al más grande, al que me hizo experimentar una gama de sensaciones, emociones, momentos... No, no podía dejarte ir...No después de que habías aparecido de nuevo.

Crónica de la desesperación
Cap. 17
Por: -Sonia-

En esta crónica me he permitido saltar el tiempo, mostrar los momentos en los que aparecía y provocabas tu ya usual angustia en mí; después de ese beso...los meses eran chocantes, el verte me provocaba nerviosismo pero a la vez, quería mostrarte indiferencia.

Con la vendedora no pasó más, no después de ese beso...Sí me atraía pero yo no buscaba nada con ella, no lograba reflejarme o sentirme a gusto, me resultaba hasta cierto punto, boba, tonta y carente de cualidades que pudieran parecerme atractivas.

Contigo, mi viejo amor, no volví a hablar... Llegó el tercer año de trabajo y ahora estaba yo sola, aterrizando mis diseños en los departamentos que así lo quisieron, trabajaba por mi cuenta.

Mientras tanto, tú te encargabas de refinar detalles en algunos departamentos, pero serían sólo unos meses y tu contrato terminaría; intentaba buscarte, encontarnos por casualidad pero todo fue inútil ¿quizas ese era el verdadero motivo de tu regreso? Aprender de mirarte cómo una necesidad, cómo un deseo...una tentación.

Jamás olvidaré ese día, estabas en el departamento que estaba arreglando, me saludaste y me invitaste a comer, por primera vez hablamos de nosotras, de nuestra vida en común, de nuestros deseos perdidos...Hablamos cómo viejas amigas, hasta cómo viejas amantes, tomaste mi mano y sonreíste. PAgaste la cuenta y esta vez no corrí para alcanzarte.

Regresamos al edificio y me abrazaste muy fuerte... No lo resistí y te besé de nuevo, en esos labios que eran más míos que tuyos...

-¿Algún día volveremos a estar juntas?- te susurré

-Adiós....- te separaste y te fuiste, subí hasta el departamento, me llamó la atención la caja que estaba sobre la mesa, la abrí...Era un anillo, lo recordé... Ese anillo que algún día me dijiste que habías comprado y que buscarías el momento de entregarmelo. Había una nota:

-te veo en el puente...-

Sin más, corrí hasta el puente, miré el anillo y me emocioné ¿estaríamos juntas ahora?

Llegué al puente, estaba nublado y lucías una gabardina café, mirabas hacía el rio, volteaste a mirarme, ambas sonreímos...

Crónica de la desesperación
Cap. 18
Por: -Sonia-

-Pensé que no vendrías, tengo que hablar contigo- dijiste

ME acerqué y te abracé, no quería que dijeras más...quería que en mi memoria prevaleciera esa fotografía, el lugar donde nos conocimos y el lugar donde estabamos ahora -Sé lo que quieres decir, esta vez no creo equivocarme... te mostré el anillo-

-Quizas te eqivoques, de nuevo...- miraste de nuevo hacia el rio, sacaste un cigarro y me ofreciste uno, lo tomé; esto iba en serio ya que tú nunca fumabas...

-¿Recuerdas lo que te dije de ese anillo? Dije que te lo daría en una ocasión especial, en el momento crucial de nuestra relación y bien, ese momento llegó; yo quiero...quiero que, te olvides de mí-

Te miré extrañada ¿irme? ¿no me pediría matrimonio? Estaba confundida, miraba el anillo, y seguiste diciendo...

-No me importa estar sola, pero he decidido que este sea nuestro adiós, es justo...después de 9 años, quiero dejarte en libertad, eres libre de amar en la vida...pero prométeme que serás feliz, ya que nunca te volveré a ver, quiero que me lo jures...que siempre serás feliz, que conservarás esa sonrisa que me llena de felicidad... Soy sincera y aunque me duele, quiero dejarte ir- comenzaste a llorar, te abracé muy fuerte...

-Tu no puedes dejarme así, no después de que regresaste...- te decía

-Sigue feliz tu camino y que te vaya bien, al fin con el tiempo el olvido curará mis penas...- susurraste por última vez, me abrazaste más fuerte... y te fuiste.

Así me quedé en eeste mismo puente, de hecho me parece mirarte partir de nuevo y las lágrimas salen, después de tanto...Este fue un adiós definitivo, sólo lágrimas y yo... ya no te busqué de nuevo; sentí un alivio, una especie de descarga emocional, pero no podía evitar pensar en tí, añorarte...

-Adiós, mi amor...- susurré cómo aquella tarde...

Ahora en esta crónica está a punto de iniciar el nuevo y último capítulo...el más intenso, en el cuál... mi vida cobró sentido de nuevo.

Crónica de la desesperación
Cap. 19
Por: -Sonia-

Ausencia infinita representabas ahora, esa ausencia que no podía cubrir, un vacío que no llenaría jamás...Y no quería llenarlo, quería guardarte ese espacio, aunque no volvieras, aunque no quisieras....Tal vez la esperanza de volverte a ver me mantenía así, esperándote.

PEro la vida, el destino o las casualidades me llevan a caminos insospechados, cómo a aquel bar, en el que esperé a mi amiga inútilmente, decidida a irme, me levanté de la mesa y una mujer se sentó...

-Disculpa mi atrevimiento, pero creo que a tí también te plantaron- la miré, era muy atractiva, alta, cabello larga y castaño y con un porte completamente distinto a todo, el sólo mirarla me llenaba de una empatía que no puedo describir.

Sonreí y le dije que mi amiga me había plantado, al parecer a ella, sus amigas del trabajo también... -Quieren que consiga a alguien, pero les dije que soy mala socializando- sonrió

Su sonrisa era bastante hermosa, mostraba una autenticidad, una modestia y una personalidad genuina, sonreí de nuevo y le invité una cerveza, hablamos de nuestras vidas, le conté sobre el diseño y mis últimos meses de trabajo, ella era encargada en una muebleria pero sabía mucho de tapicería.

-Mi padre se dedica a eso, siempre he querido hacer mis propios muebles- me dijo

Eramos muy compatibles y hacía mucho tiempo que no me sentía tan a gusto con alguien, platicamos por horas y nos perdimos en la plática, miré el reloj, era tarde y al otro día debía presentarme temprano en los edificios.

-discúlpame, tengo que irme- dije apenada

-¿Te acompaño?- preguntó

-No, gracias...- dije seca....miré su cara de decepción, y le dije - pero puedes buscarme en el complejo residencial del Sur, pregunta por la diseñadora del edificio A, esa soy yo- me acerqué y le dí un beso en la mejilla, aspiré su aroma y me despedí.

Por la madrugada pensaba en aquella chica, por primera vez mis pensamientos se fueron hacía otra mujer... y creo que ese era un buen indicio ¿no?


Cap. 20
Por: -Sonia-

Después de aquél encuentro en el bar, recordaba la imagen de aquella chica y no podía evitar sonreír, había una pequeña pero naciente ilusión, y lo más importante... Había dejado de pensar en tí (tanto).

Pero, siempre llegaba un momento del día en el que miraba el anillo y un nudo en mi garganta se formaba... Recordaba tu partida en aquel puente, recordaba que ese había sido nuestro adiós, el final de nuestra historia.

Mi mente me llevaba a muchos lugares mientras no estaba ocupada, por las tardes, en el trabajo...solía poner música que innevitablemente te ponían en mi memoria, me parecía verte ahí, junto a mí... sonriéndome cómo lo hacías, mirándome de la manera en que me enamoraste; aunque una parte de mi sabía que ya todo había terminado, algo me impedía dejarte ir del todo... Esa tarde meditaba el porqué, cuando alguien irrumpió en mis pensamientos:

-¿Ocupada?- era ella, la chica del bar.

-No te fue difícil encontrarme... adelante- ella entró y miró el departamento que estaba decorando

-Eres muy talentosa y posees mucha sensibilidad, eso es de admirarse en una diseñadora... además, eres muy linda- me miró a los ojos y me sonrojé... no estaba acostumbrada a los piropos

-Gracias... ¿me acompañarías a comer? Ya es tarde y tengo hambre- dije

Salimos del edificio y nos dirigimos a un restaurante cercano, ordenamos y ella miró mi anillo...

-¿Estás comprometida? Qué descortés fui...di por sentado que eras soltera- me encantaba su manera tan directa y amable que tenía para decir las cosas

-Soy soltera, este anillo... es un viejo recuerdo- miré el anillo
y lo acaricié, mi mirada buscó la mirada de ella y le sonreí; ella se puso nerviosa.

-Tu mirada es hermosa, muy profunda y revela muchas cosas... aunque son tristes- me dijo, le sonreí de nuevo.

-He pasado una historia algo difícil...pero, ahora estoy dispuesta a seguir- tomé su mano, y de nuevo la miré fijamente, me sostenía la mirada, me reflejaba en ella...creo que en ese momento me cautivo.

Después de comer, fuimos por un helado; ella me hacía reír, disfrutaba de su compañía, miré la hora y ya era tarde.

-¿Me acompañas al edificio? Voy por mis cosas y después me voy a casa- le pregunté y ella aceptó.

Llegamos al departamento y tomé algunas cosas que debía seguir trabajando en casa, tomé mi bolsa y ella esperaba en la puerta, me detuve frente a ella, la miré de nuevo...se acercó a mi y me besó, me besó con fuerza y con un beso que no había sentido antes, era parte de mi nueva ilusión, era un beso nuevo, fresco... encantador.

Seguimos besándonos y cerré la puerta con llave, arrojé mis cosas al piso y ella me condujo a uno de los sillones, seguía besándome... pero ahora no sólo los labios, comenzó a besarme el cuello, estaba a punto de perder el control, se separó...

-¿Estás segura que quieres hacerlo?- preguntó

Sonreí y la tomé de la nuca para seguirla besándo, sus manos quitaban mi saco y comenzaban a desabotonar mi blusa, mis manos estaban debajo de su blusa...dibujando figuras en su espalda.

Después de los besos, fueron caricias... de esas que hacía tanto no compartía, las había olvidado ya pero ella se encargó de recordarme lo bien que se sentía ser besada, tocada, devorada con una sed insaciable de deseo, de pasión...

Desnudas sobre ese sillón nos probabamos, nos sentíamos... recordé lo que era el clímax y por primera vez no pensé en ti para nada, ahora era ella... sólo ella, quién me estaba dando placer, quién con sus dulces embestidas provocadas por sus dedos dentro de mí ocasionaban gemidos, jadeos, orgasmos...y con mis manos rasguñaba su espalda, revolvía su cabello, sentía sus senos firmes y pequeños...

LA miraba y ella me miraba -¿estás bien?- preguntaba y me limitaba a seguir en lo mío, seguir disfrutando... seguir demostrándole lo que su cuerpo provocaba en el mío....

Salimos ya noche del edificio, tomadas de la mano...

-¿Qué somos ahora?- me preguntó e irremediablemente recordé esa escena contigo

LA abracé y le dije -Seremos lo que tu quieras-

Me besó de nuevo y me dijo -Quiero que a partir de ahora caminemos juntas, serás mi compañera, mi amante... mi novia ¿aceptas?-

Sonreí y volví a besarla...A partir de ahí, creo que mi desesperación terminaría...

Al menos...eso deseaba, pero no fue así.

Crónica de la desesperación
Cap. 21
Por: -Sonia-

Iniciamos una relación, me gustaba estar con ella aunque mis horarios de trabajo a veces me impedían verla; aunque casi a diario ella pasaba por mí a los edificios.

Pasaron 6 meses y al fin terminó mi contrato de trabajo, seguía con ella...Me sentía a gusto con ella pero no podía dejar de pensar en tí, te miraba cada noche, tu recuerdo me golpeaba en mi realidad y no podía entregarme por completo a ella.

Esa tarde ella me llevó a su casa, me presentó a su papá quién era carpintero y tapicero, me contó un poco de su historia de vida, ambos vivían juntos desde que la madre de ella murió, por lo que ella desde muy pequeña se puso a trabajar, sabía todo sobre el oficio de su padre y hacía sus propios muebles; era muy buena en su trabajo y en ese momento la admiré, por primera vez no la comparé contigo, ví una cualidad que era muy suya y de la cuál podría sujetarme y en un futuro, enamorarme de ella...

-Me encanta tu trabajo, quiero que trabajes conmigo, no es un ingreso muy alto pero será fijo el trabajo...Los muebles que les pida podrán fabricarlos ustedes ¿quieres?- dijo

Sonrió y no aceptó al principio -No está bien, tú y yo somos pareja y no debemos involucrar trabajos- recordé que contigo me pasó lo contrario... Sonreí de nuevo y le dije.

-¿Sabes? Los muebles que vi hoy son de mucho mayor calidad que los de cualquier mueblería... De verdad, estoy interesada en tu trabajo- me abrazó y me besó

-Gracias por confiar en mí- la abracé y me sentí confortada, un abrazo que no era el tuyo me había hecho sentir bien.

Cada mañana intentaba olvidarte de mi mente, pero algún nombre, algún momento... me hacía recordarte y no podía enamorarme de ella, no de la manera en que ella estaba enamorada de mí... ME daba rabia pero tampoco quería terminarla.

Y así se nos fue un año...

Recuerdo esa noche, se quedó en mi casa y hacíamos el amor.... Ella me hacía sentir querida, me gustaba el compartir esos momentos con ella, el sentirla y que me sintiera, pero... en un descuido de aquél clímax alcanzado... grité tu nombre.

Reaccione segundos después, era evidente que ella lo había escuchado, dormimos y al despertar ella se levantó y se cambió...

-Disculpa... yo...-

-No digas nada, a veces me gustaría ser cómo ella para que pensaras siempre en mí... No sé si podre combatir contra un recuerdo... - tomó sus cosas y salió...

Envuelta en las sábanas y llorando en mi cama me quedé, no podía ni decir tu nombre sin recordarte con añoro y deseo...

-regresa...- pedía a gritos mi alma, mi ser... toda yo

Crónica de la desesperación
Cap. 22
Por: -Sonia-

-Quiero a alguien que me haga olvidar, que me haga sentir viva de nuevo, desde tu ausencia siento que ya no soy yo...- era lo que pensaba

¿Ella era ese alguien? ¿Porqué tu recuerdo me impedía enamorarme de ella?

Pasaron semanas sin hablarle, no podía con esa incertidumbre... Una lluvia comenzó esa noche y una inoportuna convicción apareció en mí, fuí a su casa, empapada y aún con tormenta, abrió la puerta... La besé

-Perdón, perdóname... quiero olvidarla, quiero dejarla atrás así cómo ella me olvido, cómo ella me desecho....no sabes cuán grande es mi sufrimiento, cada mañana...quiero, quiero amarte y que tú...me hagas recordar lo que es felicidad...- dije llorando, afuera de su puerta y con la lluvia corriendo por mi cuerpo...

Me tomó entre sus brazos y me besó, con intensidad, con apego...me besó cómo nunca antes lo había sentido, cómo quisiera sentirme ahora, acogida...querida y más adelante...amada, por ella...

-Déjame amarte con lo que tengo para tí... quiero que me sientas, que me ames y que dejes atrás todas esas penas- susurró a mi oído

¿Pero cómo podía olvidarte? Lo sabía pero no quería llevarlo a cabo, debía de dejar de pensar en tí para siempre, de a poco...cambiar esas viejas fotografías por unas nuevas, borrar el dolor y creerme capaz de amar, creerme lo suficientemente hermosa cómo para ser amada...Ella quería amarme y esa noche decidí arriesgarme.

Tu recuerdo era cómo una aguja clavada en mi pecho, a cada paso se incrustaba más, pero, era momento de sacarla...de a poco, para evitar dolores...

Así pasó otro años ¿sabes? Había dejado de pensar en tí casi del todo, procuraba que al pensarte, una sonrisa se dibujara en mi rostro y ahora era ella quién ocupaba mis pensamientos, mis anhelos, mis deseos...

Aunque, mi masoquismo natural, traía a mi mente de vez en cuando un recuerdo tuyo ¿de donde había surgido tanta intensidad en mi mente? ME eras necesaria, eras parte de mi pensamiento, de lo que era...

De repente me sorprendió nuestro tercer aniversario, una parte de mi la amaba, quería estar con ella... y una parte de mi aún conservaba ese lazo contigo...Irrompible, pensaba...

La noche de nuestro aniversario ella me llevó a su taller par mostrarme unos muebles de recién elaboración, llamó mi atención una pequeña cajita sobre un tocador hermoso... Abrí la cajita y decía un:

-Destapa el espejo...-

Lo hice y escrito en ese espejo estaba un -¿te casas conmigo?

No pude evitar llorar y abrazarla, estaba emocionada, siempre había esperado una propuesta de matrimonio...

-Te amo...- me dijo

-Y yo acepto...- deslizó un anillo en mi dedo y la besé

Ahora era el momento de volver a vivir, pensaba...miraba el espejo y mi masoquismo resurgió -¿por qué no eres tú con quién me voy a casar?

LA siguiente semana comenzaron los preparativos para la boda...

Crónica de la desesperación
Cap. 23
Por: -Sonia-

Ella me consintió a cada momento y la boda la organizé yo, era mi boda soñada por lo que no escatimé en gastos...Era MI boda, no la NUESTRA... A veces mi mente generaba escenarios donde tú eras la novia que me esperaría en el altar...

Lloraba en silencio, lloraba en mi cama y quería olvidar todo, perderme y que al fin tu recuerdo, tu estúpido y recurrente presencia en mi inconsciente desapareciera de tajo, me dejara ser feliz con una mujer que había demostrado su amor, su idolatría que no tenía límites, tal cómo el que, aún sabiendo que pensaba en tí, ella había decidido compartir su vida conmigo.

ME sentía basura, vacía, sin nada que ofrecer...Aún conservaba el anillo en mi dedo y lo miraba, quería pasar mi vida entera contigo ¿lo sabías? Ya habían pasado más de 15 años y tú seguías tan viva cómo en el primer instante...

-Debo actuar ahora, dejar de pensarte y seguir...-era mi mayor anhelo

Entre anhelos, masoquismos... y un amor incipiente en mi corazón, el día de la boda llegó; escogí mi vestido soñado y la ceremonia civil se llevaría a cabo en el jardín que siempre había querido, lo había arreglado yo, muchos alcatraces y una discreta gardenia en mi ramo que me recordaba a nuestro primer encuentro.

Llegó el momento de salir al jardín, me encontraba nerviosa, aunque era lo que siempre había soñado un presentimiento se adueñaba de mi mente; alguien tocó mi hombro, volteé...Eras tú

-Luces hermosa- dijiste y me abrazaste

PEnsé que de nuevo era obra de mi mente, cerré los ojos y ahí estabas...

-¿Tú? ¿cómo supiste?- pregunté

-Los chismes vuelan rápido, de hecho nunca dejé de seguirte la pista... Me alegra que al fin puedas cumplir uno de tus mayores sueños, aunque no sea conmigo-

Le dí una cachetada y una lágrima rodó por mi mejilla

-Cínica, no puedo odiarte porqué nunca he dejado de pensarte... ¿Sabes cuántas veces te añore dormida o despierta? ¿Cuántas veces le dije tu nombre a ella por equivocación?- me tomó de los brazos y me besó...

Sentí lágrimas en sus mejillas, me solté...

-No sabes lo arrepentida que estoy, demasiado tarde supe lo que realmente valías... y ahora, es tarde... A no ser que tú quisieras...- no deje que continuará y caminé rumbo al jardín, antes de caminar hacía al altar, giré, ella me seguía... Me aproximé a ella y le dí la gardenia

-No me sigas más, no sabrás donde estoy... ¿recuerdas esta flor? Cuando pienses en mí, que sea así... cómo ese bello recuerdo de nuestro primer encuentro- le dije, corrí al estacionamiento y me subí a mi auto, manejé sin rumbo... Y llegué al puente.

Crónica de la desesperación
FINAL
Por: -Sonia-

Heme aquí en el puente, donde mi historia inició, donde la crónica comenzó a ser narrada...

Sigue nublado y los recuerdos han terminado, ahora espero mi presente, de frente al rio con un vestido de novia puesto miro hacía el horizonte, increíble, en cuestión de momentos...de instantes, recordé toda mi historia.

Un llanto nuevo surgió, el haber dejado la boda inconclusa me provocaba una incertidumbre, vergÜenza y no podía evitar sentirme así de tonta.

-¿Por qué apareces así?- grite una y otra vez... -¡Vete ya de mi vida!- gritaba con mayor intensidad...

Este era la última prueba que le pedía al destino, el saber quién era el amor de mi vida, aquella mujer que iría por mi al puente y me pediría ser felices por siempre...

Me senté frente al río y no dejaba de llorar... no miraba atrás, sólo miraba de frente...

-Me alegra que estés aquí- dijeron detrás mío, esa voz la reconocí...era, ella.

La abracé fuerte y le pedí perdón -Ella...-

-¿Así que es ella? Pues ella me guió a tí, me dijo que estarías aquí y corrí a buscarte- me dijo con ternura...

-¿Por qué eres tan buena conmigo? Yo no he hecho nada más que recordar a alguien cuya existencia debió desaparecer de mi memoria...pero sigue constante, tengo miedo- solté a llorar

-Es difícil, pero no imposible...Tienes miedo de amar pero sé que me amas y yo, me encargaré de disipar esos miedos, esas dudas... me amas, por eso te pedí que fueras mi esposa-

La beso fuerte, la beso a ella...El destino me había dado la señal que pedí, era ella a quién estaba esperando, con quién debía seguir...

-Ahora regresemos, los invitados están angustiados...O ¿ya no quieres casarte?- me solté de sus brazos y fui al rio, miré mi mano, miré el anillo que me diste, lo miré por última vez y lo arrojé a la corriente...

-Adiós...- susurré, fuí de nuevo con aquella mujer que me había demostrado un amor sincero, un amor nuevo... un amor de un presente y un futuro.

Para tí, amor del pasado te regalo esta crónica que he decidido termine aquí,  fuiste una parte fundamental de mi vida pero en algún punto nuestros rumbos se separaron, ahora es el momento de darme cuenta de ello, qué por más deseos que tuviera, las cosas serían diferentes, aquella complicidad, compañia, aquél amor se había perdido en un pasado que me resignaba a vivir día con día. Pero no más, aquí termina mi crónica, la crónica de nuestro grande amor... nuestra pasión, pero sobre todo de la desesperación.


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