Pasajera
Cap.1
Por: -Sonia-
Acababa de encontrar un nuevo trabajo como asistente, lucía bien y me
parecia genial, sólo que estaba en la Capital y tenia que abordar el
tren de camino allá.
Ya
habian pasado tres meses, mi vida era como la de cualquier chica, tenia
amigas y me habia hecho de un novio, a quien solo veia los fines de
semana.
Ese Viernes, tome
el mismo tren de siempre... el de las 6, caminé hasta el fondo del anden
y entré al último vagón, busqué un asiento para sentarme, no había
abordado mucha gente.
Levanté mi mirada y por primera vez la
vi... esas primeras impresiones nunca se olvidan... aunque sinceramente
crei que se trataba de un chico, uno bastante guapo... pero, al mirar
detenidamente... note su busto, era pronunciado. Me sonroné.
Su
cabello era corto y con algunas luces verdes, tenía unos lentes gruesos y
negros, unos audífonos algo grandes y parecía no mirar a ningún lado en
particular, hasta que... su mirada se cruzo con la mía, fueron segundos
que vinieron acompñados de una sonrisa suyas y unas mejillas bastante
encendidas mías.
Estaba algo nerviosa, aquella chica estaba
frente de mi y se que me miraba, pues yo también lo hacia de reojo, mi
parada había llegado y me levanté... Al bajar, volteé y la miré de
nuevo, esta vez me regaló una sonrisa más pronunciada.
¿Qué había sido ese coqueteo? Peor aún... con una chica. No quise pensar en eso más.
Los
demás días se pasaron con cotidianeidad, aunque esperaba volverla a
encontrar uno de esos días... y el destino atendió mis ruegos, nos
volvimos a sentar una enfrente de la otra y nos volvimos a mirar.
¿Me
habrá reconocido? La verdad es que yo no olvidaría jamás ese rostro...
De nuevo cruzamos miradas y esta vez le sonreí yo... ahora noté sus
mejillas encendidas.
¿Qué estaba haciendo?
Pasajera
Cap.2
Por: -Sonia-
Pasaron
semanas y pude notar un patrón en nuestros coincidencias en aquel tren,
sólo la veía 3 veces a la semana, siempre a la misma hora y nos
sentabamos en el mismo lugar.
Hacíamos lo mismo, a veces
yo era la que sonreía, a veces era ella... nos mirábamos discretamente y
de eso no pasaba, la verdad no me atrevía a más y al parecer, ella
tampoco.
Ese día el trabajo había sido pesado, así que al
abordar el tren me quedé plácidamente dormida, en un sueño bastante
profundo del cual me sacó una sacudida, abrí los ojos y miré los
suyos... eran color miel.
- Creo que bajas aquí- susurró en mi oído
Las
puertas se abrieron y corrí a bajarme, las puertas se cerraron y la ví
desde afuera, se despidió agitando su mano, hice lo mismo. Me tallé los
ojos y descubrí que en realidad había escuchado su voz, había mirado sus
ojos, eran hermosos... su voz retumbaba en mi cabeza.
- ¡Pero que voz!- digo y camino hacía la salida del tren.
Creo que en ese momento cambió mi vida, me comportaba rara y deseaba volver a encontrarla en aquel tren.
Con
mi novio las cosas marchaban medianamente bien, llevábamos algunos años
ya y él quería casarse, al parecer... yo también, tenía vacaciones en
su trabajo y se ofreció a ir por mi al tren. Accedí, me emocionaba
verlo.
No sé si sería cosa del destino, pero mi novio
siempre llegaba tarde y abordabamos el tren de las 6:30, me escondía
detrás de una columna y veía a la chica con ojos de color miel subir al
de las 6.
Así pasaron cerca de dos semanas, no quería que
me viera con él... pero, ese día, mi novio llegó antes de las 6. Nos
subimos y nos sentamos, pretendí no mirar a nadie... pero noté que ella
se sentó cerca de nosotros.
Mi novio era bastante
cariñoso, en realidad yo también, pero ... con ella mirándonos, no
quería ni tocar su mano, en cambio él, me tomaba de la mano, me abrazaba
y me besaba... No sabía que hacer.
Pasó la parada donde
habitualmente me bajo, pero esta vez íbamos a casa de mi madre, unas 5
estaciones más adelante... Bajamos y mi mirada la buscó, ella ni
siquiera volteó.
Decepcionada bajé del tren y caminé junto a mi novio, él me tomó de la mano.
¿Porqué
me sentía así? De todas maneras no se fijaría en mí... Esperen
¿fijarse? PEro... ella es una chica. ¿En que demonios estaba pensando?
Pasajera
Cap. 3
Por: -Sonia-
Ni
ganas de abordar el tren de las 6, por varios días opté por irme en el
de las 6:30, pero siempre se llenaba y nunca me sentaba.
¿No
se han percatado? En las grandes ciudades los minutos valen oro y si
sales unos minutos más tarde, el transporte puede ir atascado de gente,
eso pasaba con el tren, conforme se hacía más tarde, iba más llenos.
Con toda la pena del mundo tomé de nuevo el de las 6, prefería mi comodidad aunque pasara algo de pena con esa chica misteriosa.
El
último día que tomé el de las 6:30, algo extraño pasó... miré hacía el
vagón y ahí estaba ella, me sonrió y cuando el tren se arrancó, me tomó
de la mano para sostenerme, estábamos juntas y apretadas, sentía el
calor que expedía su cuerpo su aroma y su mano sujetando la mía.
- Es para que no caigas- dijo, me limité a responderle con una sonrisa.
Se acercaba mi parada y no se había movido la multitud.
- ¿No bajas en la que sigue?- preguntó
- Dudo que pueda salir... bajaré en la que sigue.
- Ok, entonces bajo contigo.
Pasó
mi parada y nos preparamos a salir disparadas en la siguiente, era una
transbordo así que mucha gente salía. Se abrieron las puertas y sentí su
mano apretar la mía... salimos empujadas por la gente y ella seguía
tomando mi mano. El tiempo se detuvo, sólo sentía a ella tomándome de la
mano.
Cuando la gente se disipó, ella miro nuestras manos y las soltó. Le agradecí el gesto de ayuda.
- Me llamo Joana, todos me llaman Joe... - dijo ella
Estreché su mano y me presenté.. después, el silencio nos invadió.
-¿Vienes del trabajo?- preguntó
- Sí- respondí nerviosa y de nuevo el silencio nos embargó... - ¿y tú?- dije algo tímida.
- También, me dedico a la jardinería y venta de productos orgánicos. Estudié biología ¿y tú?- dijo entusiasmada
- Soy asistente en un banco y ... pues no estudié nada- ambas reímos -¿Vas del diario?
- No, tengo un encargado en el local y surto tres veces a ala semana... los demás días, los paso con mi mamá. ¿y tú?
- Voy diario, salgo a las 5:30 y por eso tomo el tren de las 6.
Llegó el tren de Joe, se despidió con un beso en la mejilla, abordó y aún agitó su mano para despedirse.
Ahí
me quedé en el andén, acariciando mi mejilla y sin creer que al fin
habíamos hablado. Me sentía emocionada, trataba de indagar si le
interesaba de alguna manera... pero ¿cómo saberlo?
Pasajera
Cap. 4
Por: -Sonia-
Joana...
Joana, tenía un lindo nombre, lindos ojos, una voz que impone... un
cuerpo muy atractivo, una sonrisa que conquistaba... LA estaba
idealizando ¿cierto? Nunca me había sentido así, mucho menos con una
mujer. ¿Qué me pasaba?
Pasaron días hasta nuestro próximo
encuentro, esta vez nos sentamos juntas, nos saludamos y hablamos de
cosas banales... cómo el clima. La parada donde usualmente me bajaba
pasó, no me bajé.
- ¿No siempre te bajas aquí?- preguntó
- sí, pero esta vez no- dije algo seca
- ¿Vas con tu novio?- preguntó algo curiosa
Sonreí y dije que no con la cabeza -Voy con mi mamá- respondí
- ¿Cuánto llevas con él?
- Cerca de 3 años
- ¿Lo amas?- preguntó
-
No- dije y realmente sentía eso... ¿cómo podría amar a alguien mientras
pensaba en otra persona? - ¿Tienes novio Joana?- le pregunté
Ella
rió - ¿me ves con cara de que soy de essas chicas que tiene novio? Si
tu pregunta es... si estoy soltera, así es, soy soltera y no, no me
gustan los chicos.
La miré y me sonrojé, quería preguntarle eso pero no supe cómo, ahora me había respondido.
- ¿Y a tí?- preguntó
- No sé, siempre he tenido novios
- Quizá te falta experimentar- dijo eso y se acercó un poco a mí, afortunadamente mi parada llegó, me despedí y bajé.
La mire sonreirme desde dentro el vagón... me puso muy nerviosa, tanto que no me fijé que me hbía bajado antes.
Joana, Joana.. si pudiera experimentar, me gustaría que fuera contigo.
Pasajera
Cap. 5
Por: -Sonia-
En la oficina me decían que mi mirada había cambiado, mi madre lo notaba también y mi novio, ni se diga.
Lo
mejor del día, era tomar el tren de las 6, Joana estaba ahí los días de
siempre y nos sentábamos juntas para platicar sobre nuestros días en el
trabajo, sólo eso. Aparte de ser hermosa era muy inteligente e
interesante, hasta me dió a probar sus productos orgánicos... pero, no
pasaba nada más, yo no sabía que más hacer.
Comencé a
alejarme de mi novio, gradualmente... a veces le decía que los fines no
podía, hasta busqué horas extras en la oficina, esquivaba sus besos y
abrazos y dejamos de tener sexo, él ya no me interesaba, así que
esperaba que tomara la iniciativa y lo dejara todo.
No lo
hizo... esa mañana, antes del trabajo, pasé a su casa y lo di todo por
terminado, me dolía un poco ¿saben? Llevábamos un rato juntos, pero
simplemente no me interesaba... ¿porqué? El motivo tení un nombre:
Joana.
Ese día estaba cómo ausente, abordé el tren y Joana se sentó junto a mí.
- ¿Qué tienes?- preguntó
- Nada- dije y fingí sonreir
- ¿Me acompañarías por un trago? Verás... hoy es mi cumpleaños y me gustaría compartir contigo algún tiempo, un trago.
LA miré escéptica - Hoy no es tu cumpleaños- dije riendo
- Si no decía eso, no aceptarías.
- ¿Porqué no sólo preguntas, Joe?
Me
miró y tomó mi mano... se acercó a mi oído y me susurró- ¿Quieres ir a
mi departamento? Tengo unas ganas locas de hacerte el amor-
Mis
ojos se abrieron cómo platos, no pude decir nada... sentí que mis
mejillas estaban rojas como un tomate, mi corazón latía con fuerza y...
una humedad invadió mis piernas. No contesté nada por un momento... el
silencio nos embargó.
- Disculpa, no quería incomodarte- dijo y se levantó
Me
levanté también y la tomé de la mano... el tren se agitaba y nos
pegamos la una a la otra... acaricié su rostro y acomodé sus mechones
verdes.
- Claro que quiero... También quiero que me hagas el amor.
Y
de la nada, salió de mi un impulso... era jugarse el todo por el nada,
me acerqué a sus labios y los probé por primera vez, esa chica me había
vuelto loca desde la primera vez que la ví, esa chica ... Joana, Joe...
sus labios eran deliciosos, su lengua juguetona, sus manos eran rápidas e
inquietas... Joe...
Jamás había sentido eso... ni por un
hombre, mucho menos por una mujer... pero ahora no importaba el sexo o
el género, sólo estaba ahí... de repente nos bajamos del tren y fuimos a
su casa.
De un momento a otro... ella me tenía sobre la cama.
Pasajera
Cap. 6
Por: -Sonia-
Mechones
verdes, ojos color miel... labios dulces y un olor fresco. Creo que son
algunas de las frases con las que podría describir a Joana.
Lo demás, bueno... no hay palabras que pudiesen abarcar lo que ocasionó en mí.
Sentir
sus besos sobre mi cuerpo mientras me desnudaba lenta pero
desesperadamente, su aliento que se aceleraba al compás del mío y sus
labios cálidos que con el roce de mi piel parecía una ráfaga de
electricidad.
Me sentía cómo nunca, deseada y procurada,
en esos momentos olvidé todo lo pasado... sólo me concentraba en sentir a
Joana conociéndome. Lentamente bajó sus labios por mi abdomen, me
sentía desesperada, quería que llegara más y más abajo... así lo hizo,
al contacto de sus labios en aquella humedad, algo inesperado pasó... mi
mente se nubló y sólo escuchaba el latir de mi corazón, los gemidos que
salían de mi garganta y mis manos empujándo a Joana, cómo si quisiera
que su lengua se adentrara por todo mi ser.
Humedad, sólo eso sentía... una mezcla entre humedades, sudor, saliva, dulce néctar que brotaba de mí, sólo para ella.
PAsamos
toda la noche entregándonos, Joe se encargó de hacerme vibrar muchas
veces, arrancó gritos y palabras que jamás había pronunciado y me regaló
algo tan genuino cómo lo es el placer legítimo, creo que en ese momento
nació de mi un sentimiento que recién había descubierto.
Sentí
a Joe recostarse a un lado mío, besándonos y tocándonos desnudas hasta
quedarnos dormidas, acariciaba su cabello y la miraba dormir
pacíficamente.
- Podría acostumbrarme a esto- susurré antes de quedarme dormida.
La
luz entró de lleno y supe que era hora de irme a trabajar, en mi rostro
se dibujaba una sonrisa particular. Por la tarde, me quedé en la
oficina un buen rato, miré el reloj... eran las 8 pm y salí.
Llegué a casa ya tarde, pero con una determinación... no volvería a tomar el tren de las 6.
Pasajera
Cap. 7
Por: -Sonia-
Pasaron muchos días y el recuerdo de Joe no se disipaba, al contrario... se afianzaba más a mi memoria.
Tomaba
trenes con un horario más tarde del de las 6, procuraba no estar en la
estación a las 6... el sólo pensar que podría ver a Joe me generaba una
emoción obnubilada por la angustia de no saber que es lo que sentía por
ella.
Todas mis tardes eran así, tristes... el tren me
parecía tan vacío aún cuando estuviera lleno de gente... Ella me faltaba
¿qué es lo que me estaba pasando?
Era Viernes, estaba
cansada y decidí llegar a la estación pasada las 6:30, iba con mi cabeza
baja... hasta que alguien gritó mi nombre, al mirar... la ví, lucía
igual que siempre: hermosa..
- No has tomado el tren de las 6- me dijo en tono de reclamo
-
Yo...- la miré a los ojos, ese color miel me sumergía y las palabras me
fallaban- yo... yo.... no puedo Joana, estoy confundida y esto...
Me
jaló del brazo hacía ell, se acercó y me besó tomándome de la cintura,
mis ojos se cerraron suavemente mientras percibía su aroma y la calidez
que ese beso tenía para mí. Nos separamos.
- ¿Puedes confundir eso?- me dijo mirándome a los ojos, sonreí.
- ¿Siempre obtienes a las mujeres que quieres?- le pregunto sarcástica.
- A las mujeres que deseo, sí... pero a tí, te quiero de verdad.
Agacho
la mirada y ella me toma de la barbilla, una lágrima corre por mis
mejillas hasta terminar en su mano - Joe... no sé si podré
corresponderte cómo deseas...
Vuelve a besarme,
depositando su confianza en ese beso, me besa y siento cómo si el mundo
estuviera de más... sólo ella, sólo a ella la quería a partir de ahora.
- Tranquila- susurra después de besarme.
¿Iniciamos
una relación? No lo sé... abordamos el tren tomadas de la mano y
brindándonos besos en aquél tren... fuimos hasta su casa.
A
partir de ahí, esa fue nuestra rutina... más cerca y cálida, besos,
caricias... todas para ella. Conocí su local, el huerto que tenía en su
casa.
Hasta iba a conocer a sus amigas... esa noche.
Pasajera
Cap. 8
Por: -Sonia-
Joe
tenía un grupo pequeño, pero muy unido de amigas... obviamente todas
eran lesbianas y por alguna extraña razón, sospechaba que había tenido
encuentros entre ellas. PAra mi, eso era algo envidiable.
Para
esa ocasión me vestí muy linda, usé un vestido color cafe y unas
zapatillas, me peiné y me maquillé... quería lucir implacable, al menos,
para que no me criticaran eso.
Llegamos, Joe tenía 5 amigas clave... me las presentó, ahí quedé con ella, mientras ella se iba a saludar a la festejada.
- Entonces... ¿eres la nueva novia de Joe?- preguntó una
Asentí con la cabeza - Supongo- dije y sonreí nerviosa
- ¿Cuántas novias has tenido?- me preguntó otra
- En realidad... ninguna, sólo he salido con chicos- respondí inocentemente.
-
Típico de Joe, convertir a mujeres- y las 5 rieron al unisóno - Espere
que este gusto si le dure... y no haga "otra de las suyas"
- A Joana le gustan los riesgos, entre más peligrosos... le generan más satisfacción.- dijo otra.
Bebí
de mi trago y sonreí, ahora era incómoda... Joe me tomó del brazo, iba
con una mujer demasiado hermosa como para ser cierta.
- Ella es Fátima, la festejada- dijo
-
Y su ex novia- respondió Fátima- mucho gusto- estreché su mano. La miré
detenidamente, llevaba un vestifo negro y corto, sin tirantes... su
cuerpo era hermoso, bien formado y proporcionado, un par de senos
envidiables, cabello largo y negro y una mirada... sentía como me
desnudaba con solo mirarme con esos ojazos negros.
- Hola- dije sin poder hablar más... me había robado el aliento.
La fiesta siguió y le pedí a Joe que nos fueramos, me sentía incómoda, salimos de la fiesta y caminamos rumbo a mi casa.
- ¿Fue porque es mi ex novia?- preguntó - Ella... ahora es una amiga y ya... no significa nada para mí.
-
¿Sabes? Tus amigas tienen razón, no soy cómo tú, ni cómo ellas.- me
detengo y la miro, ella me toma de la cintura y me besa arrebatadamente
- ¿Y como se supone que somos ellas y yo?- preguntó
- LEsbianas.
Joana
me mira y rie un poco - Supongo que cada quien es distinto ¿no? cada
quien se enamora distinto, yo te quiero... ¿y tu a mi?- me dice
No contesto nada, la vuelvo a besar -LA verdad, no lo sé.
-¿Vamos a mi casa?- pregunta - Quizá te pueda convencer.
Y
vamos a su casa, hacemos el amor... el cuerpo de Joe me era adictivo,
esas sensaciones que aumentaban de intensidad cada vez que teníamos un
encuentro... pero, ¿la quería? ¿qué era eso que vivía con Joana?
La angustia me estaba matando...
Pasajera
Cap. 9
Por: -Sonia-
Desde
que era pequeña, mi madre siempre me dijo que las chicas sólo podían
amar chicos... cuando mi padre murió, mi madre me llevó hasta su ataúd y
me dijo:
- Ahora deberás buscar a un hombre tan bueno
como lo fue tu padre, te casarás y me darás nieto... eso es lo que
harás, porque una mujer no es nada sin un hombre-
¿Sin un
hombre? Esas palabras resonaron en mi cabeza durante toda mi vida,
siempre buscando a un hombre que me hiciera feliz... desde mi primer
novio fue así... siempres buscando ese amor que mi madre siempre
profetizaba. Pero... nunca llegó.
Hasta... que te conocí,
bueno conocí a Joe, ella había cambiado todo mi mundo, sus cariños me
hacían sentir amada, sus caricias y besos encendían una pasión que
desconocía en mí... su cuerpo, su voz, su esencia... Ella, sólo ella
habitaba en mi mente y... aunque yo no quisiera admitirlo, en mi corazón
también.
Joe... mi Joe, cada momento a su lado era mejor
que el anterior... debo admitirlo, me estaba enamorando y mucho de ella,
pero... no podía expresarserlo... No ahora, cuando las cosas sólo
lograban confundirme más y más.
A sus "te quiero", sólo le
respondía con un beso... mi mente estaba confundida, pensaba en el que
dirán... pero, no quería alejarme de Joe, la necesitaba a su lado,
despertar junto a ella, mirarla sonreir, mirar su cuerpo encendido sobre
de mí.
La necesitaba por completo, la anhelaba... la quería, cómo nunca antes quise a alguien... yo... comenzaba a amarla.
¿Acaso... estaba mal?
Pasajera
Cap. 10
Por: -Sonia-
Había
veces en las que no sabía que hacía con Joe, me sentía mal... culpable,
lo peor es que no sabía lo que quería, mi mente estaba confundida...
aunque mi corazón tenía la respuesta.
Joe era lo más
parecido a una relación en serio en toda i vida, me sentía muy bien con
ella... pero aún así la culpa me cegaba y desaprovechaba muchos momentos
a su lado.
Cada fin de semana la pasaba con ella, entre semana también me quedaba en su casa y el tiempo pasó... 6 meses juntas.
Aquella
tarde fuimos a comr a mi restaurante favorito, por motivo de nuestro
medio aniversario, ese restaurante me gustaba porque mi padre solía
llevarnos ahí en ocasiones especiales, después mi mamá siguió esa
tradición.
Lo que nunca imaginé, es que mi madre estaría ahí... Joe y yo comíams y ella se acercó a saludarme... me quedé fría.
- No pensé que estaría aquí... ¿celebras algo?- preguntó
- Nada en especial madre...- dije esperando que se fuera
- ¿Y no me vas a presentar?- preguntó insistente
- Es Joana.
Ambas
estrecharon sus manos... mi madre me miraba insquisidoramente, esperaba
que le diera una explicación que no le dí... resignada, se despidió y
se sentó en la mesa que le habían asignado.
- ¿Estás bien?- preguntó Joe
- Mi madre no sabe nada, aunque supongo que ahorita lo sospecha.
- ¿Y eso que tiene?- me preguntó Joe... lo que ella no entendía era la confusión en la que estaba inmersa mi mente.
Terminamos
de comer y nos fuimos a su casa, había velas aromáticas y muchas floes
en la cama... tuvimos nuestra celebración completa, con besos y
caricias...
- Te amo- me susurró mientras acariciaba mi cuerpo - Te amo demasiado, quiero estar junto a ti toda mi existencia...
Lágrimas
corrieron por mis mejillas, tenía tantas ganas de responderle a Joe...
de decirle que la amaba tanto, había cambiado mi mundo, mi vida... me
enseñó una felicidad que desconocía... la amaba, no había marcha
atrás... pero no podía decírselo, no ahora.
Terminamos
exhaustas de placer y de entrega, nuestros cuerpos desnudos y llenos de
sudor se abrazaron hasta quedarnos dormidas, al amanecer... supe que
tenía que ir a un lugar.
Tomé mi ropa y salí sigilosamente, tomé el tren... llegué a aquella casa.
Toqué el timbre y ella abrió la puerta.
- Pasa hija, te estaba esperando- dijo
- Buenos días madre- respondí y entré...
Pasajera
Cap. 11
Por: -Sonia-
Me sirvió de desayunar, hablamos del trabajo y de las pocas veces que había ido a visitarla estos meses:
- Supe que terminaste con Miguel, vino a verme, porbre muchacho, tenía muchos planes contigo.
- PEro yo no, últimamente he pensado más sobre mi vida y sobre mis planes
- ¿Y son con esa muchacha?- preguntó algo escéptica, bebí un sorbo de café y la mrié ...
- sí- respondí
Sonrió
de una manera burlona- No sabes ni lo que quieres hija... siempre has
sido así, cómo un pequeño ciervo al que necesitas cuidar y proteger.
- LAs cosas no son así, madre... yo... yo... yo... la amo.
- Eso no es amor, el amor sólo es entre hombre y mujer... lo que tienes es una etapa pasajera, estás confundida.
Comencé a llorar, me sentía aún más confundida... ella me abrazó.
-
Goza mientras dures, experimenta y cuando termines... vuelves y te
casas con Miguel. A veces las mujeres necesitamos experimentar algo,
para saber lo que verdaderamente queremos.
No respondí nada, me levanté y tomé mis cosas... miré a mi madre con lágrimas en los ojos y salí.
- No es una confusión... me siento bien, amada... yo amor a Joe ¿cómo podría confundir eso?
REgresé a casa de Joe, ella preparaba la comida.
- Y bien... ¿cómo te fue?- preguntó
Sabía que ella se refería al encuentro con mi madre.
- Jamás lo entenderá.- digo
- ¿Entender qué?- pregunta
-
Que te amo Joana- digo decida, se asoma desde la cocina y sonríe... hay
lágrimas en sus ojos, corre y me abraza, me llena de besos la cara.
- Te amo- me dice
Nos fundimos en un beso cálido, entregado... así era mi amor por Joe.
¿Confusión...?
No lo sé... pero debía indagar más a fondo que tan verdaderos eran
estos sentimientos y demostrarle a mi madre que no era sólo una etpa
pasajera.
Pasajera
Cap. 12
Por: -Sonia-
Así es, amaba a Joe... aunque ahora había otra cosa que me preocupaba más, ¿qué era yo?
El
acudir a las fiestas de sus amigas, me generaba una genuinda ansiedad,
ellas me miraban como un bicho raro, como una indecisa, una "pasajera"
en el lesbianismo... Tenía miedo que Joe se dejara llevar por esos
comentarios. Se lo decía, me besaba y me decía:
- Cada quién ama a su manera, yo te amo, tu me amas y eso nos es suficiente. Calma, amor.
Y hacía eso, confiar en ella... en el amor que nos teníamos y eso era suficiente... eso pensé.
Joe
se llevaba excelente con Fátima, su ex novia, sí, esa femme fatale que
me miraba con ardiente deseo, me hundía en su mirada llena de lujuria...
En
fin, Fátima inauguró un comedor vegetariano, y por supuesto, Joe era su
provedora de materia primas, el día de la inauguración, llegué sola al
local. Joe no estaba ahí, le llamé y me dijo que se había retrasado unos
pedidos, me pidió que la esperara ahí.
Momento incómodo,
sus amigas lesbianas estaban ahí, dispuestas a destrozarme, interrogarme
sobre "¿Acaso te tocó un mal pene y ahora eres lesbiana?". Eso me
parecía tan acosador, tan fuera de lugar... temblaba de miedo, hasta que
alguien me tomó de la cintura.
- ¿Ahora ustedes deciden que es una verdadera lesbiana?- era Fátima, me llevó a la cocina y me ofreció vino.
- Son unas imbéciles, no les hagas caso.
Le sonreí y le agradecí el vino, se acomodó junto a mi... acarició mi rostro.
- Joe está fascinada contigo, eres hermosa.
No
dije nada, bebí un poco de vino y mi mirada se posó en aquél escote
pronunciado... Fátima lo notó, con uno de sus dedos, delineó la marca de
su escote, después lo pasó por mis labios.
Eso me
prendió, ella era una mujer tan sensual... tomó mi copa de vino y la
puso en una de las barras de ahí, se colocó frente a mi de espaldas...
tomó mis manos y las puso en su cadera, que comenzó a mover... suaves
movimientos, mientras acercaba su cuello a mi cara... acomodó su cabello
de tal manera que su cuello quedó al descubierto... ahí estaba, frente a
mí... lo besé...primero tímidamente, despues con un poco más de
frenesí... rozando mis labios en su piel... subiendo mis manos hasta sus
senos hermosos....
¿Qué es lo que estaba a punto de pasar?
Pasajera
Cap. 13
Por: -Sonia-
El cuerpo de Fátima era... irresistible, su cuello, su olor, su cabello... de repente, me detuve...pensé en Joe y la separé.
- Esto está mal... Joe es mi novia y tu ex novia.
- Te he deseado desde que te conocí- me dijo
- No, no, no puedo...- salí de ahí y encontré a Joe afuera, Fátima salió después de mí.
- ¿Qué pasa?- me pregunta Joe
- Tus amigas, de nuevo estaban molestándola y la traje para que se tranqulizara, casi lloraba- contesta Fátima
Joe
me abraza y me besa tiernamente, la abrazo y le digo que tengo que irme
a casa... así lo hago, pensando en Fátima, sintiendo lo mojada que me
había puesto.
Fátima... la deseaba demasiado, quería probarla entera, sentirla... beberla, Fátima... Fpatima...
Al
día siguiente no fui a casa de Joe, le dije que iría a mi casa...la
verdad es que hice una parada antes, en el restaurante de Joe, ya estaba
cerrando, me invitó a pasar y comer.
Llevé mis platos a
la cocina y ella me vió... sabíamos lo que pasaría, me abalancé y la
besé sin freno, la llevé a una mesa cercana y ahí fue donde desaté mis
instintos más bajos... lujuriosos, deseaba a Fátima ... era tan hermosa,
su cuerpo era hermoso y vibrante, lleno de sensaciones que deseaba
desatar.
La miraba así, recostada en la mesa, mientras yo
la devoraba sin pudor... quería sentir su humedad en mi boca, su calor a
lo largo de mi cara escurriéndose, delicioso.
No sé ni
cuántas horas nos quedamos ahí, saciando unas ganas infieles... claro
que amaba a Joe, pero... Fátima... ¡uy! a ella la deseaba demasiado.
Pasajera
Cap. 14
Por: -Sonia-
¿Qué había hecho? Juré que sería la última vez...
Pero...
no fue así, tenía encuentros con Fátima más a menudo, me hacía adicta a
su cuerpo, procurarba no descuidar a Joe... no sé si ella ya lo había
notado.
A veces, Fáima nos inviaba a comer a Joe y a mi, y
aprovechaba para acariciarme la pierna debajo de la mesa, encontrarme
en la cocina y besarnos apasionadamente, con Joe afuera.
Mi nivel de cinismo era impresionante, pero... yo amaba a Joe, sólo quería experimentar nuevas cosas.
Malditos experimentos...
Esa
tarde, en la ya cotidiana sesión que tenía con Fátima, alguien tocó la
puerta... ella y yo estabamos jadeantes y no pudimos abrir la puerta.
- Fátima, abre- se escuchó desde afuera, pero no prestamos atención.
Seguimos
en lo nuestro,desnudas en aquella mesa de la cocina, con Fátima dentro
de mi, haciéndome gritar...jadear... volviéndome loca.
De
repente, la puerta de la cocina se abrió, tenía los ojos cerrados
pero... cuando los abrí... ¡Era Joe! Dejó caer la caja que traía consigo
y me miró llorando.
- No... no es lo que parece amor- le dije y me separé de Fátima... tomé mi ropa, me acerqué a Joe, me dió una cachetada.
- Claro que no... simplemente es, que ustedes se burlaron de mí-
Salió del restaurante, Fátima rió y me abrazó...la empujé y me vestí rápido para seguir a Joe... no la encontré ya...
Me
senté en una banqueta a llorar, la había perdido... corrí hacía el
tren, logré abordar ese tren... ahí estaba ella, sentada, me miró y
volteó... me acerqué y de rodillas le pedí perdón, tomé sus manos, las
besé.
- Perdóname Joana... te amo-
Se levantó sin mirarme y salió... no volteó, sólo salío...
El tren cerró sus puertas y la vi ahí parada en el andén... el tren avanzó y con él, se llevó aquel amor que traicioné.
Derrotada me senté ... llegué a mi casa y me hundí... me perdí en la soledad y la tristeza.
Mi timbre sonó, era Fátima... pasó y tuvimos sexo vacío... no podía ofrecerme más.
- A partir de ahora, podremos ahcerlo sin reservas- me dijo mientras me abrazaba
No le respondí, algo de mi se había perdido en ese momento... quizá yo era quién me había perdido por completo.
Pasajera
Cap. 15
Por: -Sonia-
Una
última esperanza habitaba en mi corazón, fuí a buscarla a su casa... no
había nadie, el encargado me dijo que estaba vacía ya. Fuí a su local,
estaba su encargado y le pregunté por ella.
- No sabemos donde fue, simplemente dejó encargos y se fue.
- Debes decirme donde está- le grité llorando
- No lo sé, aunque... puedo darte la dirección de su madre, es cerca de aquí... seguro te servirá.
Me
anotó la dirección en un papely me dió las indicaciones, tomé un taxi,
debía ir ahí de inmediato, aún me sonreía la posibilidad de encontrar a
Joe, pedirle perdón por tod... decierle que no amaría a nadie más cómo a
ella.
Llegué y toqué la puerta, me abrió un señora...
supuse que era la madre de Joe, se parecían. Me presenté y la saludé, me
invitó a pasar.
- Joana siempre me hablaba de tí, dice que te veía muy linda en el tren, le entusiasmaba mucho viajar en él- sonrió
- ¿Dónde está?- pregunté
-
No lo sé, se fue... me dijo que volvería y que me avisaría que estaba
bien, así es ella... desaparece, cuando estudió Biología, un día se
marchó de casa y al otro recibí una llamada diciéndome que estaba en la
Universidad... la veía sólo en Navidad. Así es ella, un ave libre...
cuando me habló de tí, noté en ella algo que nunca había visto, un
brillo particular, me hablaba de un futuro estable, de una libertad
compartida. ERes la indicada.
- Y yo le fallé- le dije
La
mamá de Joe me abrazó, y me dió un beso en la mejilla, me invitó a
comer... hablamos un poco más de mí, me mostró viejas fotografía y
después me despedí.
- Puedes venir cuando quieras, hija- me dijo - Y recuerda, "uno vuelve siempre a los viejos sitios donde amó la vida..."
Salí de ahí y tomé el tren rumbo a mi casa...
"Volver..."
¿Acaso Joe volvería? ME encontraba tan decepcionada de todo, dejé ir lo
más maravilloso de mi vida... la dejé escapar.
Y siempre me arrepentiría de ello.
Pasajera
Cap. 16
Por: -Sonia-
Ausencia, ausencia de todo...
A partir de que Joe se había ido, me llené de ausencia... aunque me hacía acompañar de Fátima.
LA
pasabamos bien, teníamos sexo delicioso, placentero... pero, cuando
todo terminaba, no había más; no me veía con ella como con Joe, riendo,
cocinando, cocinando juntas.
Como no tenía nada mejor que hacer, salía con Fátima, esa vez me llevó a mi primer antro gay.
El
ambiente era tan... extraño, muchas mujeres con otras mujeres, hombres
con hombres, besándose, tocándose... bailando tan pegados, el ambiente
irradiaba sensualidad que se mezclaba en el sudor de los cuerpos,
deseosos, ardientes... quedé bastante fascinada.
Esa noche
fuimos con unas amigas de Fátima, se parecían a ellas, "femme fatales",
una de ellas me miraba insistentemente desde el principio, me invitó
unos cuantos tragos, bailamos varias piezas... cuando empecé a sentirme
mareada, fui al baño, ella estaba ahí.
No sé ni cómo pasó,
pero de repente sentí su boca en la mía y su cuerpo más y más pegado a
mi, sus manos rápidamente buscaron por debajo de mi vestido y sólo me
hizo mojar más y más.
-Espera- detuve su mano que se quería escabullir dentro de mi ropa interior
- ¿Quieres ir a mi departamento? Podemos estar más solas.
Giré,
ni siquiera recordaba el nombre de aquella chica, tome un poco de agua
del lavabo y me mojé la frente, la chica seguía aprisionandome y ahora
acariciaba mi espalda. Me miré en el espejo, ella me sonreía.
- Esta bien, vamos- le dije decidida
Fuimos a la mesa y le dije a Fátima que me iría con la otra chica... me sonrió y levanto su copa.
- Suerte- dijo
Salimos
del lugar abrazadas, afuera me encontré a una de las amigas de Joe, me
miró algo confundida... besé a la otra chica frente a ella y seguimos
caminando.
Aquella noche, ¡aquella noche! Sexo, sexo,
sexo, en posturas que ni imaginaba, esa mujer era dinamita pura, estallé
en humedad, gemidos, jadeos, palabras altisonates... Pero, cunaod llegó
la calma al amanecer, me miré sentada, desnuda en esa cama... sin nada,
no era Joe quien estaba a mi lado, era una chica anónima, desconocida.
Tomé
mi ropa, me vestí, tomé mi lapiz labial y me miré... sucia, sudada...
con una felicidad momentánea... besé el espejo y dejé mi marca. Después
salí de ahí.
Ausencia, era todo lo que me quedaba...
Pasajera
Cap. 17
Por: -Sonia-
Desde ahí mi mundo tomó otro rumbo, cada noche salía con Fátima a bares y antros y cada mañana despertaba en una cama diferente.
Dejé mi trabajo, no pude mantener ese ritmo y, al igual que Fátima, vivía de las mujeres, de lo que yo podía hacer por ellas.
Mi
vida era vacía, aún cuando sentía tantos cuerpos diferentes sobre de
mí... tantos orgamos, tanto placer... pero ahora no me quedaba nada.
A
veces, cuando me miraba al espejo, me sentía avergonzada de mi misma,
procuraba no estar en casa, no quería verme cara a cara con mi soledad.
Cuando
estaba con Fátima, quién era una acompañante constante en la cama, la
odiaba, sus caricias y sus besos me eran odiosos, su olor,,,, su sabor, a
veces ya no lo soportaba... ella me había arrebaado lo más hermoso que
tuve, ella me lo había quedado.
No había día en que no
pensara en Joe, pero desapareció sin decir más... la tierra se la tragó,
sólo deseaba que no fuera feliz, que no lo fuera y así descubriera que
sólo ella y yo podríamos ser felices... ella era mi felicidad, yo debía
ser la suya.
Ya no pude pagar la renta y regresé a casa de
mi madre, ella repudiaba mi nueva manera de vivir... Deseaba tocar
fondo, deseaba volver a ser lo que solía ser...pero no podía, Joe no
estaba.
Recuerdo esa noche, viajar sola en aquel tren, las
imágenes de Joe me invadían, la miraba sonriéndome, sus mechones
verdes, sus ojos miel, sus piernas largas... la sonrisa que cautivaba.
Lloré en aquel tren, ya no podía continuar mi vida así... ya no quería.
Dejé de hablarle a Fátima de tajo, dejé de frecuentar bares y encontré un modesto trabajo en la Capital.
Mi
vida tomaría un nuevo rumbo. Lo sabía... Miguel iba a verme a casa de
mi madre los fines de semana, salíamos, comíamos y caminabamos.
- Quiero volver contigo- me dijo esa noche
Lo besé en los labios... con eso marcaba ese nuevo compromiso, una nueva vida... sin Joe...
Mi vida vacía.
Pasajera
Cap. 18
Por: -Sonia-
Había pasado cerca de año y medio desde que Joe se había ido, pero el dolor seguía intacto, es más... se incrementaba.
Con
Miguel ahí seguía, la verdad no sé ni porque estaba con él, supongo que
así me sentía menos sola, al menos tenía la compañía de alguien que
"supuestamente" me quería.
Esa noche, Miguel me invitó a
comer en un restaurante, me citó allá, tenía que llegar... llegué a la
estación pero el tren acababa de cerrar sus puertas... se quedó unos
momentos frente a mí, al subir la vista...juro que ví esos mechones
verdes y esas gafas.
Miré más fijamente, era... era...
Joe, no había duda, era ella, su cabello, sus gafas, leía un libro... no
levantó la mirada, el tren avanzó... corrí en la misma dirección, no
podía gritar, me quedé sin voz...
El tren no se detuvo, Joe no levantó la mirada... ¡era ella! De eso no había duda.
salí
de la estación y tomé un taxo rumbo a su local, estaba cerrado, fui a
casa de su madre, nadie abrió la puerta... por último, busqué en la
vieja casa de Joe... ya lo habían rentado, pero no era ella.
¿Dónde estaba? No pude alucinar de esa manera, estaba segura que era ella.
Derrotada, tomé el tren de regreso a casa, me sentía mal, como si mi última esperanza hubiera muerto.
Me
encerré en el cuarto... y recordé ¡Había dejado a Miguel en el
restaurante! Hablé a su casa y les dije que había tenido una
emergencia... que le avisaran.
No pude dormir, recordaba a Joe en ese tren, era ella... mi corazón lo sentía.
Cada
tarde, desde entonces, a las 6 de la tarde me subía al mismo tren,
esperaba encontrarla... se me hizo costumbre hacerlo por meses... peor
no había resultado nada.
Mi vida continuaba vacía, porque de Joe no había señales en ningún lado.
Después
de varios meses, al fin se hizo la dichosa cena a la que Miguel me
había invitado, no me sorprendía, me estaba pidiendo matrimonio, en ese
momento no pude responderle... le dije que me esperara.
- Puedo esperar por ti toda mi vida, pues eres el amor de ésta.
Sonreí, que pena que no pudiera decirle lo mismo... el amor de mi vida estaba desaparecido, Joe se había ido y no volvería...
Ya eran casi dos años... el dolor se hacía más profundo, la verdad, yo no quería continuar así.
Pasajera
Cap. 19
Por: -Sonia-
Mi
compromiso con Miguel era inminente e igualmente chocante... esa tarde
fuí a casa de la mamá de Joe a preguntarle por su hija:
- ¿Ya no la esperarás?- preguntó
- Creo que perdí esa esperanza desde hace mucho- respondí
Nos sentamos a tomar el café, puso un viejo disco y una canción sonó, la señora comenzó a cantar:
-
"Uno se despide, insensiblemente de pequeñas cosas... esas cosas
simples que quedan doliendo en el corazón. Uno vuelve siempre a los
viejos sitios donde amó la vida y entonces comprende cómo están de
ausentes las cosas queridas..."
No sé que me llevó a llorar, soltar un llanto que llevaba guardado muy dentro de mi ser...
- "el amor es simple y a las cosas simples las devora el tiempo..."- me dijo y me abrazó.
A
veces no entendía, no quería entender que es lo que había pasado...
Pero decidí dejar eso atrás... Saliendo de la csa de la maá de Joe le
llamé a Miguel, le dije que el compromiso si se haría...
Progrmamos la boda para dentro un año, me tocaron los preparativos.
Pasaron
algunos meses, tenía que revisar lo de unos arreglos que no
encontrabamos, abordé el tren... hablaba por teléfono con Mmiguel, pero
se cortó...
De repente... escuché una risa que me sonó familiar, volteé... buscando... buscando... a ella.
Sus
ojos color miel se encontraron con los míos, sus mechones verdes
estaban más largos, sus gafas gruesas, su sonrisa... nos miramos cómo
aquella primera vez.
- Joe- susurré y sonreí...
Pero...
ella iba abrazando a otra chica, mi corazón se estrujó, Joe sólo me
miraba, no decía nada, no se movía, sólo me miraba fijamente...
No
pude soportar esa imagen, me acerqué a la puerta del tren, debía
bajar... miré mi reflejo, Joe y esa chica también se reflejaban ahí...
una lágrima corrió por mi mejilla y apreté mi celular contra mi pecho...
El sonido de que la puerta estaba apunto de abrirse se escuchó, las puertas se abrieron y yo... di un paso hacía afuera...
Pasajera
Cap. Final 1
Por: -Sonia-
-Espera- escuché y tomaron mi brazo... miré y... era Joe
Me derrumbé y me caí de rodillas en el andén, lloraba demasiado... recordaba la canción que su madre me había cantado:
- Perdóname Joe, dejarte ir fue el peor error de mi vida... dejar ir a la persona que más amo en este mundo.
Su
mano tomó la mía y la besé... la llené de las lágrimas que corrían
hasta mis labios... Me toma de la barbilla y se agacha para besarme,
acomoda mi cabello y me mira con unsa sonrisa.
- Te amo más que antes- me dice
Me levanto y la abrazo, la abrazo como si no hubiera un ayer... un mañana, sólo un futuro, mi futuro con ella.
Tomo sus mechones verdes, la siento cómo auqel primer beso, siento que el tiempo no ha pasado...
- Que el amor es simple y a las cosas simples... las devora el tiempo- susurro
- ¿Has estado hablando con mi madre? Esa canción solía cantármela cuando era pequeña. Pero ¿sabes cuál es mi parte favorita?
Me toma de las manos, me mira a los ojos y comienza a cantar:
- Uno vuelve siempre, a los viejo sitios, donde amó la vida... y entonces comprende, cómo están de ausentes ls cosas queridas-
Vuellvo a besarla, era ella, mi Joe, mi Joana:
-
Sólo soy pasajera en este tren, jamás lo seré en tu corazón ni yo en el
tuyo, porque siempre vivirás aquí- tomo su mano y la coloco en mi
pecho.
- Te amo y no sabes cuanto te extrañe- veo llorando a Joe y la beso.
- ¿Esperamos el siguiente tren?- le digo mientras la tomo de la mano.
Y
ahí estamos, dos pasajeras... tomadas de la mano, besándonos en el
andén... esperando aquél tren. Ahí estamos las dos, residentes
permanentes del amor, que no morirá... no terminará.
"Uno vuelve siempre... a los viejos sitios, donde amó la vida..."
Pasajera
Cap. Final (el que yo quería jeje)
Por: -Sonia-
Salgo
de aquel tren, se cierran las puertas tras de mí y volteo a ver al amor
de mi vida yéndose... ella me mira pero no dice nada, ella me mira y
gira su cabeza para darle un beso a su acompañante.
No
puedo llorar, en serio que me cansé de llorar... creo que me faltaba
darme cuenta de lo que pasaba, que Joe jamás vendría, jamás regresaría
por mí, la estupidez que me llevó a alejarla de mí... jamás me la
perdonaría.
Me quedo parada frente al andén, esperando nada... la nada que ahora me invadía, no podía ser más que nada, una miserable nada.
Pasa
el tiempo más lento de mi vida, pasan minutos agonizantes, minutos
decisivos... en mi cabeza no hay más pensamientos que el de la perdida
de Joe. El tren anuncia su arribo, lo miro por última vez...
"Uno vuelve siempre, a los viejos sitios... donde amó la vida."
.................
Aquella
mujer con los curiosos mechones verdes baja en la siguiente estación,
no puede dejar las cosas así, no quiere dejarlo así... la mujer que se
bajó en la estación anterior, es el amor de su vida. No la dejará jamás.
Espera
el otro tren, tarda demasiado... la espera la está asfixiando, el tren
aparece, se sube y ya quiere llegar a la próxima estación. Hay mucha
gente, muchísimo más de lo habitual.... baja y espera encontrar a la
mujer que esperaba.
Algunas señoras están llorando, ella se acerca a mirar:
- Se lanzó sin más, yo la ví- dice una
- Pobrecita, se le veía tan joven.
Joana
siente el frio recorrer su cuerpo, aunque le impiden el paso se asoma
horrorizada a asomarse, esperando que no sea...quien ella piensa.
Mira
y se encuentra con algo que ella ya sabía, ahí estaba aquella mujer
que, minutos atrás, había dejado bajarse sin impedírselo... Joe no dice
nada, la alejan, pero les dice que ella la conoce.
Cierra
los ojos y comienza a tararear una canción... la policía quiere
preguntarle algunos datos, les da su nombre completo y la dirección de
su madre. Se levanta, el otro tren ha llegado... lo aborda y se va.
"Qué el amor es simple y las cosas simples...las devora el tiempo."
Jamás
se vuelve a saber de ella... jamás nadie supo el amor que unía a
aquellas dos almas... pasajeras de un tren, quizá se encuentren en algún
otro plano, en algún otro tren de una eternidad lejana.
Wow wow wow.. Me encantoo Sonia... Eres mi escritora favorita.. Saludos desde Paraguay..
ResponderBorrarT.T
ResponderBorrarEsta historic esta genial
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